4 millones de barriles vertidos por ataques a oleoductos

Desde el año 1986 a la fecha se han registrado 2.681 atentados terroristas contra los ocho mil kilómetros de la red de oleoductos y poliductos en todo el territorio nacional con un alto costo económico para el medioambiente.

Los ataques dejan más de 4.119.667 barriles de crudo derramados, afectando caños, quebradas, ríos, acueductos, a la flora y a la fauna y a miles de pobladores.

En esta cifra oficial no están incluidos los más de 14 mil barriles derramados por el accionar terrorista de las Farc y del Eln en lo corrido del presente año.

Pero además de los atentados terroristas, la red de oleoductos y poliductos, también sufren los embates de las redes dedicadas al hurto de hidrocarburos y de acuerdo con las cifras oficiales, en los últimos años, más de 1.600.000 barriles de crudo han sido hurtados.

Lo más grave, revela Ecopetrol, es que los narcotraficantes, las bandas emergentes al servicio del narcotráfico y demás grupos armados al margen de la ley, utilizan el 30% del crudo hurtado para el proceso de la base de coca y el clorhidrato de cocaína.

“El otro 70% restante va a parar casi siempre a las fuentes hídricas, a bosques primarios que requieren, en muchos casos, hasta 500 años para recuperarse, a cultivos agrícolas y pastos para la ganadería”, afirma la petrolera estatal.

Uno de los analistas de Ecopetrol dijo a EL NUEVO SIGLO que “estamos hablando que más de 1.1 millones de barriles terminaron en caños, quebradas, ríos, acueductos y en zonas selváticas, afectando gravemente al ecosistema”.

Las cifras oficiales conocidas también registran que en el año 2001, un total de 390.200 barriles se derramaron en la red de oleoductos.

Y, los costos por el petróleo derramado son multimillonarios por la fluctuación del precio del barril y del dólar, pero a manera de ejemplo, el valor de los 4.119.667 barriles de crudo derramados, podrían superar fácilmente los 250 millones de dólares.

Las cifras

De acuerdo con la información oficial, el oleoducto Caño Limón-Coveñas ha sido el principal blanco desde 1986 a la fecha por parte de las Farc y el Eln.

Pero también, según las autoridades y Ecopetrol a partir de 2005, al parecer, por la tecnificación en la protección y vigilancia del oleoducto Caño Limón –  Coveñas, los grupos armados al margen de la ley optaron por atentar contra las otras estructuras a nivel nacional.

El Oleoducto Trasandino, el San Miguel-Orito, el Masoya-Orito, el Orito-Churuyaco, han sido objeto de continuos ataques.

De acuerdo con los cuadros estadísticos de Ecopetrol y autoridades, el año pasado la cifra de atentados nuevamente tuvo una significativa disminución, pero Caño Limón-Coveñas perdió 56.132 barriles y las reparaciones  llegaron a los $56.512.68 millones; el Oleoducto Trasandino perdió 43.057 barriles y las reparaciones alcanzaron los $4 mil millones; el San Miguel-Orito perdió 15.977 barriles y las reparaciones llegaron a los $4.771.59 millones; el Orito-Churuyaco perdió1.801 barriles con reparaciones por el orden de $624 millones; el Orito-Churuyaco registró pérdidas de 1.801 barriles de crudo y las reparaciones llegaron a los $389 millones y el Bicentenario perdió 4.446 barriles y las reparaciones llegaron a los $23.438.91 millones.

Y, en el año en curso ya se registran 40 ataques contra la infraestructura petrolera, con pérdidas de más de $14 mil millones, Los costos de reparación aún no están cuantificados.

De acuerdo con las cifras oficiales desde el 1º de enero a la fecha, se han registrado ataques contra los oleoductos de Caño Limón-Coveñas; contra el Oleoducto Trasandino, el San Miguel-Orito, Orito-Churuyaco,  Mansaya-Orito, el Ayacucho-Coveñas, y Bicentenario.

El ecosistema

De otro lado, el Instituto Alexander von Humboldt, denunció que como consecuencia de la oleada terrorista contra la infraestructura petrolera se registra una grave contaminación de caños, quebradas, ríos, humedales, sembrados e importantes extensiones de selva.

En muchos casos, señalan expertos ecologistas, se afecta a bosques primarios que requieren en muchos de los casos, hasta quinientos años para su recuperación. Estos bosques o parte de la selva no solo son blanco de la contaminación por los ataques contra los oleoductos sino también son blanco del accionar de las redes de narcotraficantes que talan en forma indiscriminada y sin velar por la salud del ecosistema y de la humanidad.

Los ataques que se concentran en los departamentos del Putumayo, Nariño, Arauca y Norte de Santander, afectan no solamente a los campesinos, colonos e indígenas, sino a la riqueza ambiental y biodiversidad.

De acuerdo con la denuncia, el derrame de miles de barriles de crudo inciden de manera directa y letal sobre más de 30 especies de peces, de 25 especies de mamíferos, muchos de ellos en alto riesgo de desaparición, entre ellos la danta, el armadillo, el leopardo, el manatí, el ñeque o el venado colablanca y el Olinguito, último mamífero carnívoro del que se tiene conocimiento en el mundo y que fue encontrado en el año 2013. Es  considerado como una maravilla de la naturaleza y debido a su reducido número, los científicos temen que desaparezca por la contaminación de su hábitat.

También están en peligro reptiles y anfibios, entre ellos la rana marsupial, la rana de cristal y la babilla, así como tres especies de tortugas de río.

Los atentados terroristas contra la infraestructura petrolera amenazan a una de las zonas de mayor biodiversidad en el planeta: el territorio de transición entre los Andes y el Amazonas, además de especies de plantas asociadas al ecosistema.

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