50 años de abandono

La historia del Departamento de La Guajira, se divide en dos partes. Antes y después de la Constitución de 1991. La elección popular de Gobernadores, fue el peor desastre que le pudo suceder a este departamento.
Cuando hacemos un balance entre las gestiones de los gobernadores que eran nombrados por méritos y los elegidos popularmente, encontramos que desde 1992 a la fecha, -con toda la bonanza de las regalías- el departamento ha tenido un importante crecimiento pero en miseria, atraso y corrupción, debido a que fue secuestrado por un puñado de políticos mediocres, contaminados por la ilegalidad, sin visión y mal manejo de los dineros públicos. Como dijo un viejo amigo. Eso es lo que da la tierrita.

Claramente, este esquema político no solo acabó con el progreso y el desarrollo económico del Departamento, también se llevó por delante el surgimiento de una nueva generación de líderes educados en las mejores universidades del país y del mundo. Profesionales que estaban dispuestos a desarrollar todas sus capacidades en beneficio de las comunidades de esa región, pero las cientos de cajas (de cigarrillos marlboro) repletas de dineros para la compra de votos los ahuyentó.

Con las comisiones de los contratos de las regalías del carbón y el dinero del contrabando, estos clanes políticos recolectaban suficiente dinero para financiar la siguiente campaña, sobornar jueces, funcionarios de control fiscal y disciplinario, pagar abogados y en el peor de los casos, adecuar las celdas de las cárceles donde eran enviados a pagar cortas condenas por corruptos.

En la Guajira, el nivel de corrupción es tan alto, que han llegado a la degradación de robarle las medicinas, el agua y los alimentos a los niños indígenas wayuu. Dicen que en los últimos cinco años han muerto más de 4.700 menores por culpa de esta putrefacción pública. El DANE sostiene que en 2012, de mil niños menores de cinco años nacidos vivos, falleció el 38,9%. ¿Porqué al Gobierno Nacional, organismos de control y a la fiscalía le cuesta tanta dificultad resolver estos problemas? Que vergüenza.

El otro tema preocupante, ha sido la falta de voluntad política por parte de los Congresistas y del Presidente de la República, para impulsar iniciativas de inversión local y extranjera en proyectos turísticos, industriales, comerciales, pesquero y de producción de alimentos.

En la alta Guajira solo hay mar y desierto, y la única forma de atraer inversión local y extranjera en grandes proyectos hoteleros y comerciales, es aprobando un régimen de supresión total de impuestos, tal como funciona en Las Vegas (Nevada) y llevar inversión (con recursos de nuestras regalías del carbón) en servicios públicos, redes de comunicación, infraestructura vial, aeroportuaria y portuaria. Así dejaríamos de ir a Miami o Panamá de compras o turismo.

En el centro y sur de la Guajira, solo requerimos que el Gobierno termine lo que inició o constituya una APP para poner a operar la Represa del Ranchería, que tiene 198 millones de metros cúbicos de agua disponibles para regar unas 10.000 hectáreas en cultivos de frutas, verduras y hortalizas que se pueden exportar a los mercados que ya tiene identificado ProColombia, generar energía para no depender más del mal servicio de electricaribe y llevar agua potable a 500.000 habitantes de ocho municipios del departamento.

¿Será que estamos condenados a otros 50 años de abandono y corrupción?

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