A derrotar la maquinaria

Los medios de comunicación se han organizado en 'pools' que publican encuestas pagadas por los propios medios para evitar interferencias de los candidatos.

Está agitado el tema de las encuestas. Marta Lucía Ramírez dice que si el dueño de Cifras y Conceptos, César Caballero, era socio del candidato a la alcaldía de Bogotá Rafael Pardo, y además había sido el director de su última campaña presidencial, estaba impedido para adelantar imparcialmente un sondeo contratado por Caracol Radio.

En esa encuesta, Pardo empata al milímetro con su más inmediato rival, Enrique Peñalosa. Un resultado sorpresivo, no solo porque otras tres encuestadoras –Gallup, Ipsos y Datexco– le dan una ventaja a Peñalosa en encuestas realizadas casi simultáneamente, sino porque un empate, a estas alturas del paseo, dificulta el voto útil por el que muchos optarán para tratar de impedir un nuevo gobierno de izquierda en Bogotá. Para cerrar el incidente, Pardo aclaró que él no era socio de Caballero; y desde luego, le creemos.

La otra queja viene de Clara López contra la encuestadora Datexco. El 27 de marzo de este año, ella misma publicaba en su página web: “Clara López lidera la encuesta de Datexco para la alcaldía de Bogotá con 36,4 % , a cinco puntos del segundo, Rafael Pardo”. Con semejante resultado, Clara encontró totalmente adecuada la muestra de 1.200 encuestas recolectadas telefónicamente por la encuestadora.

Hoy, seis meses más tarde, en la última encuesta de Datexco contratada por EL TIEMPO y la W, la candidata del Polo ya no lidera. Peor aún, ha descendido a un cuarto lugar, por debajo de Pacho Santos, con un 10,3 % de intención de voto. Y ahí fue Troya. Clara envió una carta a este diario en la que cuestionaba el profesionalismo de Datexco y tachando la técnica de recolección telefónica de datos; la misma técnica que hace seis meses le pareció bien porque la daba ganadora, pero a la que ahora, que la da de perdedora, califica como “muy poco confiable… porque no nos puede garantizar ni el carácter proporcional por estrato, ni por grupo de edad”.

Tantas protestas pusieron ‘mosca’ al Consejo Electoral y uno de sus magistrados, Alexánder Vega, creyó fundadas sus sospechas con base en un descubrimiento genial: “quien manda a hacer la encuesta es el que la gana”. Habría que explicarle al magistrado que el asunto es al revés: los candidatos mandan a hacer encuestas y las publican cuando las ganan. Lo mismo haría Pambelé.

Pero precisamente por ello los principales medios de comunicación del país se han organizado en pools que contratan grandes encuestas pagadas por los propios medios, para evitar así las interferencias de los candidatos. Ya la manera como analicen sus resultados pertenece al ámbito de la libertad de prensa, pero están obligados a publicar la ficha técnica de la encuestadora, que se juega su prestigio en el intento de aproximarse lo máximo posible al que será el resultado final de los comicios.

Tal vez a favor de la furia de Clara López sí puede alegarse una cosa: que Datexco puede haberse quedado corto en medir la maquinaria de la izquierda petrista en Bogotá, con ayuda de la cual la candidata del Polo podría darnos una sorpresa en la recta final, que yo no descarto para nada.

Científicamente se sabe que el voto de la maquinaria es muy difícil de registrar en una encuesta. Se calcula que solo es medible entre el 20 % y el 30 % de su influencia en las posibilidades de un candidato. Y el peso de la maquinaria de Petro es grande.

Según Semana.com, mensajes políticos publicitarios de la campaña de Clara López a los usuarios de celulares se enviaron utilizando nada menos que la base de datos de la Secretaría de Hacienda de Bogotá. A eso se le llama maquinaria. La otra noticia la publicó la Silla Vacía, que logró estar presente en una –de muchas reuniones semejantes– en la que funcionarios y contratistas del Distrito (de estos hay más de 60.000) se reunieron para diseñar una completa estrategia de apoyo logístico a la campaña de Clara. Eso también se llama maquinaria.

Por ello, hasta razón debe tener la doctora Clara en que las encuestas no le hacen justicia a sus posibilidades, porque esa maquinaria del Distrito que está a su servicio no es científicamente medible a través de una llamada telefónica de una encuestadora, por seria y profesional que esta sea.

Entre tanto… Por ahora nos libró Dios de ver a ‘Timochenko’ de liquilique en Oslo, recibiendo el Nobel de Paz acompañado por Shakira y los niños vallenatos.

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