A Maduro ¿quién lo tumba?

No hace mucho el secretario de Unasur, Ernesto Samper, afirmaba que en Venezuela, a la que considera modelo democrático, hay separación de poderes. ¡No hay peor ciego que el que -de buena o de mala fe- no quiere ver! Y recientemente se ofreció como mediador en el conflicto fronterizo entre Colombia y Venezuela. Santos no tuvo más remedio que rechazar semejante propuesta. Era meter el enemigo en casa.

Cuando oí de la sentencia contra Leopoldo López me imaginé que el juez había actuado con presión y miedo, teniendo presente el caso de la juez Afiuni, condenada por Chávez a través de un títere por haber concedido libertad condicional a un preso que llevaba tres años sin juicio y al que Chávez creía que debían pudrir en la cárcel. Pero ¡oh sorpresa! Veo luego la foto flamante de la juez Susana Barreiros al lado de Diosdado Cabello, el politicastro más corrupto del régimen de Maduro. Barreiros no actuó por miedo sino porque forma parte de las estructuras del régimen del dictadorzuelo que le ordenó condenar a López.

Las protestas por la condena no se han hecho esperar. No solamente de la oposición, sino de los defensores de los derechos humanos en el mundo entero y de gobiernos como el de los Estados Unidos. Pero a esa situación se llega por la cobardía y la lenidad de los presidentes latinoamericanos, incapaces de actuar y condenar el régimen oprobioso del heredero del pájaro Chávez.

Ya es tarde. Todo está contaminado por el engendro chavista, el socialismo del siglo XXI, tanto interna como internacionalmente. No soy optimista en las próximas elecciones que serán fraudulentas, si las hay. Unasur va a ser el veedor y garante. ¡Qué tal! Ese tipo de regímenes no se cae, por antidemocrático, criminal y violador de los derechos humanos que sea. ¿Se cayó acaso Stalin luego de la Gran Purga de los enemigos del pueblo que causó hasta veinte millones de víctimas? ¿Se cayó Mao al que se le atribuyen hasta sesenta millones de muertos? ¿Se han caído los Castro con 150.000 muertos y un gulag similar al de la URSS y tras casi sesenta años de dictadura? Hitler se cayó, pero no propiamente por el holocausto sino por haberse metido en el predio del vecino.

***

Coda uno. Tuve la fortuna de visitar Lituania, Letonia y Estonia, pequeños países que fueron sometidos por los rusos hasta la caída de la URSS, cuyos PIB per cápita van de USD 15.500 a 19.000. Las calles de sus ciudades son impecablemente limpias, sin grafitis, y con un transporte de buses y tranvías que funciona con horario.

¡Claro, en ellas no ha gobernado el Polo Democrático!

Coda dos. ¿Quiere usted votar por el Polo? Mire nuestras calles llenas de huecos, los grafitis (que Clara López llama arte callejero), la invasión de afiches, los vendedores ambulantes y vaya a la 100 con 15 para ver el caos de movilidad. Si eso no lo convence de lo contrario, usted es un torpe o un enmermelado.

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