Al oido de Humberto de la Calle y sus camaradas

AL OIDO DE HUMBERTO DE LA CALLE

Ojalá el Jefe negociador de Colombia en La Habana, Humberto de La Calle, hubiese asistido o visto al menos en diferido el sesudo debate que protagonizaron los senadores Jose Obdulio Gaviria y Alfredo Rangel, el pasado 9 de junio de 2015, en el que participó activamente el congresista Horacio Serpa en defensa de los intereses del Gobierno y de sus actuaciones como asesor de paz en distintas épocas. A De La Calle le habria servido de mucho para la entrevista con el periodista Juan Gossain validar sus datos con las objetivas referencias de los legisladores Gaviria y Rangel.

EL DEBATE

La Barca hace días no se refiere a un debate en el Senado porque de eso hay poco que hablar. Los debates suelen ser rutinarios y sin investigación. En el Parlamento sólo sobresalen los senadores Iván Duque, Claudia López y Jorge E. Robledo, si el inefable secretario Eljach no les apaga o cierra el micrófono.

NO DIERON LA CARA

Vamos por partes: En el caso del debate de control político al Ministro de Defensa y al Comisionado de Paz que citaron en la Comisión primera los senadores del Centro Democrático.

Comencemos por precisar que los altos funcionarios no dieron la cara. Enviaron a subalternos de segundo orden que fueron a tomar nota porque no pudieron modular una sola palabra en contra del tsunami argumental al que los sometieron.

HUELLAS EN LA HISTORIA

Desde hace tiempos no se había oído una intervención senatorial que se decidiera a entrar a fondo, en la teoría y en la práctica, en los grandes temas nacionales. En el debate que comentamos se revivieron esos esfuerzos intelectuales e ideológicos de pasadas épocas y que dejaron tanta huella en nuestra historia. Claro que para que haya un gran debate se necesitan dos partes y eso sí no hubo. El gobierno se quedó callado y la bancada oficialista apenas si se atrevió a hacer uno que otro comentario balbuciente.

La Barca hace un apretado resumen y extracto de la intervención del citante y recomienda ver el video disponible en el portal FCPPC
 

ANTECEDENTES DEL PROCESO

Entre 1982 y 2002, en Colombia, imperó la tesis expuesta, nítida y magistralmente en un pequeño texto, por el candidato y luego presidente Belisario Betancur: La situación política, económica y social de Colombia es un desastre y ese desastre es responsabilidad de la sociedad toda, en particular del Estado y los partidos políticos (el bipartidismo liberal – conservador). Todos los que han detentado el poder a nombre de los partidos, más los empresarios, el conjunto de la sociedad toda se aprovecha del dolor y la pobreza de los colombianos. Esa es la causa objetiva de la “guerra”. Por eso la “guerra” es responsabilidad de todos, no de las Farc.

LA DOCTRINA BELISARISTA

Belisario declaró la doctrina -que se impuso como verdad incuestionable por dos décadas- que sólo modificando las condiciones objetivas obtendremos la paz. A partir de su posesión se inició un proceso ininterrumpido de “paces” que intentaron también Barco, Gaviria, Samper y Pastrana. Siempre el objetivo de los partidos era “modificar esas causas objetivas y, al modificarlas, volveríamos a buenos ciudadanos a los matones”. Esos promotores voluntaristas de la paz, llamaron “solución negociada” a los largos monólogos de las Farc y sus aliados.

ESPERE PARA EL MIERCOLES LA SEGUNDA ENTREGA DE LA BARCA SOBRE ESTE APASIONANTE DEBATE.

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