Álvaro Uribe Vélez

El señor Michael Makovsky, oficial del Pentágono durante el gobierno de George W. Bush y presidente del Instituto Judío de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, publicó en “the hill congress blog” en Google, un artículo en inglés titulado: “Álvaro Uribe ejemplo de un líder moderno”.

Así comienza el señor Makovsky: “Después de todo, la mayoría de los estadounidenses desconfiarán de las habilidades de Trump o de Hillary. Para encontrar un ejemplo del líder moderno, debemos mirar al sur de nuestra frontera, a Colombia, a Álvaro Uribe, quizá el mayor líder del Siglo XXI”.

“A pesar de que la presidencia de Uribe se terminó hace unos seis años, continúa él liderando sus gentes. Hace una semana les recomendó Uribe a los colombianos rechazar la paz negociada por su protegido inicialmente y sucesor luego, Juan Manuel Santos, para terminar un conflicto de cinco décadas con las guerrillas marxistas y narcotraficantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -Farc. Recibió a continuación Santos el Premio Nobel de la Paz por este hecho, el cual fue apoyado por el presidente Obama; pero los colombianos no estaban tan fascinados con tal premio, porque el 83 por ciento del país votó contra dicho referendo o no votó”.

“Colombia, liderada por Uribe durante sus ocho años de presidencia, entre 2002 y 2010, transformó el país de un estado narcoterrorista y fallido en una democracia tipo Occidental, una historia fenomenal en el mundo. Ningún líder reciente ha logrado tanto en menos tiempo”. 

“Uribe inicio su vida al servicio público tras el asesinato de su padre por las Farc en 1983. Finalmente fue elegido presidente en 2002 a la edad de 49 años. Cuando Uribe se posesionó, heredó un país al borde del colapso”.

“Los presidentes anteriores trataron de alcanzar la paz cediéndoles a los por entonces 20.000 guerrilleros de las Farc una zona desmilitarizada del tamaño de Suiza. En 2002 se registraron 3.000 secuestros y 28.000 asesinatos en una población de 40 millones. La economía se estaba contrayendo.  Le lanzaron las Farc a Uribe un ataque mortal durante la ceremonia de posesión de su presidencia. Se estima que solo durante su mandato trataron de asesinarlo una docena de veces”.

A pesar de los retos y las amenazas contra su propia vida, Uribe, soportado por la ayuda de los EE.UU. prosiguió su lucha contra el terror con una fuerza y resolución extrañas por fuera de Israel. Decapitó el liderazgo de las Farc y les diezmó sus fuerzas. Reconoció vital no solo ganar la batalla, sino reconstruir a Colombia.

Bajo su plan de “Seguridad Democrática”, tanto él como sus subalternos recorrieron el país escuchando quejas y animando las fuerzas de seguridad”.

“Cuando Uribe concluyó su mandato: los secuestros habían caído un 90 por ciento; los asesinatos se habían reducido a la mitad; casi eliminado los grupos paramilitares de derecha; la economía se había recuperado, el PIB triplicado; la pobreza reducido a la tercera parte; y la inversión extranjera quintuplicado. Su favorabilidad se avecinaba al 70 por ciento”.

“Tuve el honor -concluye Makovsky- de tratar a Uribe en un programa de política extranjera, en un “think tank” y en otras reuniones. Siempre me llamó la atención por la humildad, la decencia, la indiferencia por las recompensas financieras y por su calor humano… Uribe exudaba las ideas del liberalismo Occidental, firme aliado de los Estados Unidos y poseedor de una determinación similar a la de Winston Churchill para defender a su país con cada fibra de su ser”.

“Al concluir los dos períodos constitucionales de su mandato, en lugar de disfrutar la vida, dictar conferencias y ganar dinero, optó por el tiquete de la política colombiana. Despreciado por Santos para participar en las negociaciones de paz, formó un nuevo partido político, resultó electo senador, y desde su curul se ha opuesto a la impunidad total y a las curules gratis para las Farc.  Santos arriesgó su mandato con el referendo que perdió, pero el nuevo camino que se abrió requiere el soporte de Uribe”.

“Habitamos un mundo con terrorismo creciente -concluye Makovsky, con débiles líderes occidentales, en una civilización Occidental en decadencia y repleta de dictadores radicales y antiestadounidenses. El mundo debería emplear más “uribes”. Por supuesto, considerando el estado de nuestros líderes políticos, lo mejor sería contar con un Uribe para liderar a los Estados Unidos”.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar