Así opera Hezbolá en Venezuela: El Aissami y Nasr al Din son piezas clave

Aunque el grupo terrorista trabaja de manera clandestina, existen nombres claves que han impulsado su presencia y operaciones desde el país suramericano

Tanto el régimen de Irán como el grupo terrorista Hezbolá mantienen su base de operaciones en Venezuela, bajo la mirada complaciente y la cooperación del régimen de Nicolás Maduro; un hecho que revela cómo ese país se ha convertido en una amenaza para la región.

Este miércoles 5 de junio, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, denunció que Irán y los terroristas de Hezbolá operan en Sudamérica liderando acciones de delincuencia trasnacional organizada.

Grupo terrorista Hezbolá opera red de narcotráfico y lavado de dinero desde Venezuela con protección de Nicolás Maduro. https://t.co/N3JEcGzka2

— Casto Ocando (@cocando) June 6, 2019

«Irán y Hezbolá tienen una sólida base de operaciones en Sudamérica en alianza con la narcodictadura de Nicolás Maduro. Si fracasamos en Venezuela, representa una victoria para el terrorismo, la delincuencia transnacional organizada y el antisemitismo», advirtió el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Las declaraciones de Almagro coinciden con las del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, quien señaló que «Hezbolá tiene células activas y que con su accionar, los iraníes, están afectando a los pueblos de Venezuela y de toda América del Sur».

Este jueves 6 de junio el mismo Grupo de Lima, conformado por 12 países ,emitió un comunicado en el que claramente reconoce que el régimen de Nicolás Maduro está involucrado en acciones ilícitas de terrorismo y narcotráfico.

«Instan a la comunidad internacional a tomar acciones ante el creciente involucramiento del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro en distintas formas de corrupción, narcotráfico y delincuencia organizada transnacional que implica a sus familiares y testaferros, así como el amparo que otorga a la presencia de organizaciones terroristas y grupos armados ilegales en territorio venezolano y el impacto en la región de sus actividades», señala el comunicado.

Detrás de estas peligrosas declaraciones hay hechos contundentes que han demostrado cómo el chavismo en Venezuela es cómplice de acciones terroristas, de lavado de dinero y narcotráfico de la mano con Irán y Hezbolá.

Aunque en el país suramericano el grupo terrorista actúa de manera clandestina, existen nombres claves que han impulsado su presencia y operaciones desde el país suramericano; se trata de Tareck El Aissami, Ghazi Nasr al Din (mejor conocido como Ghazi Atef Nassereddine). Mientras que la pieza de Irán es el general Aref Richany Jimenez.

En una entrevista para el PanAm Post, Joseph Humire, experto en seguridad hemisférica y director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura con base en Washington DC, reveló cómo operan Irán y Hezbolá en América Latina, pero sobre todo en Venezuela. Humire se ha especializado en el conflicto del medio oriente y ha participado como testigo clave en atentados terroristas en el Perú.

«Irán y Hezbolá están en América Latina desde, prácticamente ,el inicio de la revolución iraní, pero en 2005 se juntaron con la alianza bolivariana (ALBA); a medida que creció el ALBA, creció la presencia iraní y de Hezbolá», explicó.

Humire, que se ha enfocado en investigar de cerca la situación, explicó que a partir de 2007, Irán incrementó su presencia militar, principalmente en Bolivia, que se convirtió en su principal socio estratégico de la región y en Venezuela.

«Empezaron a incrementar su presencia militar, pero no en la forma convencional con tropas, sino con ingenieros técnicos, personas que son parte de la industria militar iraní» , señaló.

¿Qué buscan Irán y Hezbolá en Venezuela?

Humire explicó que en el caso particular de Irán le favorece América Latina porque está cerca de Estados Unidos.

«A nivel estratégico yo creo que Irán como un gobierno hostil y antidemocrático entiende que la única forma de avanzar su revolución es deponiendo la influencia de Estados Unidos», señaló.

En el caso de Hezbolá explicó que cada día incrementa su relación con grupos de crimen trasnacional y terroristas de América Latina para prestarles sus servicios de inteligencia, narcotráfico y lavado de dinero.

«Hezbolá es un grupo terrorista, denominado así por más de cincuenta países en el mundo. Hacen actos de terrorismo en América Latina, los más famosos fueron hace 25 años con la AMIA en Argentina, y uno en Panamá en el 94; pero más allá de simplemente ejecutar atentados, también se involucran con otros grupos terroristas en la región y grupos criminales como las FARC y el ELN», explicó.

Detalló que Hezbolá tiene una enorme red internacional de lavado de dinero y ofrece sus servicios a los carteles de droga.
Las piezas claves que mantienen a Hezbolá en el país

Aunque es imposible contabilizar cuántos miembros iraníes y del grupo terrorista hay en Venezuela, sí ha sido posible identificar al menos a dos piezas claves que fomentan las labores clandestinas. El primero es Ghazi Nasr al Din, quien se encuentra en Venezuela, fue diplomático de Nicolás Maduro, ministro consejero de Venezuela en Siria y además tiene un «clan familiar» con poder económico dentro del país suramericano.

En 2008 Nasr al Din fue sancionado por Estados Unidos por facilitar la conexión del gobierno de Venezuela con Hezbolá y en 2015 fue calificado como una persona de interés del FBI.

«Él llegó a Venezuela en los años 90, ascendió a la Cancillería, fue diplomático y fue enviado a Siria para ser ministro consejero en Siria, estuvo principalmente encargado de la embajada en ese país y antes de la guerra civil en Siria en 2011, él estaba en Damasco conectando las redes subversivas que existen en Siria con las redes subversivas de Venezuela y con el Líbano», explicó el especialista.

«Él es descendiente libanés y es considerado como el principal nexo contacto con el gobierno de Venezuela y Hezbolá. Trabajó con Nicolás Maduro cuando fue canciller y también era prácticamente los ojos y oídos de El Aissami en el Medio Oriente durante mucho tiempo», agregó.

«El clan familiar de Nasr al Din es grande. Tiene familiares que se radicaron mayormente en la isla de Margarita, Barquisimeto y la Guajira. En Margarita tienen loterías, centros comerciales y grandes inversiones en la isla y por lo tanto ayudaron a Hugo Chávez en su campaña antes de que llegara a ser presidente», explicó.

«Nasr al Din está en Venezuela, pero se mueve mucho, a veces está en Colombia, República Dominicana, en México. Está bajo sanciones de Estados Unidos y está siendo buscado por el FBI, pero no está solicitado por la Interpol. Tiene tanto poder que fue una de las principales personas encargadas de diseñar el sistema migratorio que Venezuela utilizó para aportar pasaportes a Hezbolá», agregó Humire.

Nasr al Din ha sido entrevistado en reiteradas ocasiones por medios afines al chavismo como Telesur y RT y lo califican «internacionalista».

Hay que recordar que el gobierno de Hugo Chávez propició el tráfico humano en el mundo con la entrega ilegal de al menos 10 000 pasaportes venezolanos a ciudadanos de Siria, Irán y otros países del Medio Oriente.

El coronel venezolano Vladimir Medrano Rengifo, exdirector general de la Oficina de Identificación, Migración y Extranjería de Venezuela, dijo a El Nuevo Herald que al país suramericano llegaban al menos 800 personas mensuales —entre mayo del 2008 y octubre del 2009— con pasaporte ilegal.

Medrano explicó que El Aissami, cuando fungía como ministro de Relaciones Interiores, le ordenó que no deportara a los ciudadanos que ingresaban al país con documentos irregulares.

«Los pasaportes eran legítimos, de curso legal, pero las personas que portaban los documentos no eran realmente venezolanas», explicó.

En 2015 un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), identificado como Misael López Soto, quien supuestamente fue consejero de la embajada venezolana en Irak, confesó que fue testigo de que el Gobierno venezolano entregó documentos diplomáticos a terroristas del Medio Oriente.

López explicó en un video que empleados de la embajada venden visas, pasaportes, cédulas de identidad y certificados de nacimiento venezolanos a personas de Siria, Palestina, Irak y Pakistán que pagaron entre USD $5 000 y USD $15 000 para obtener los documentos “bajo la mirada complaciente de las autoridades diplomáticas venezolanas”.

Las declaraciones de López Soto coinciden con detenciones de ciudadanos que han sido capturados con pasaportes venezolanos.

En 2003 fue detenido en el Reino Unido Hasil Mohammed Rahaham-Alan, quien viajaba con un presunto pasaporte venezolano y llegó en un vuelo de British Airways al aeropuerto de Heathrow, muy cerca de Londres.

Su vuelo partió de Caracas e hizo escalas en Colombia y Barbados; llevaba una granada en su equipaje lo que ameritó la evacuación del terminal y el movimiento de militares.

En 2008, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitió un comunicado en el cual aseguró que “es extremadamente preocupante ver que el Gobierno de Venezuela emplea y provee refugio a facilitadores y recaudadores de fondos de Hezbolá”.

Esto porque Ghazi Nasr al Din (Cédula de Identidad Nº 18.190.527) sirvió, supuestamente, como encargado de Negocios de la Embajada de Venezuela en Damasco, Siria, y fue nombrado posteriormente Director de Aspectos Políticos de la Embajada de Venezuela en el Líbano. En 2016 aparecía en el Consejo Nacional Electoral como elector desde Damasco en Siria, pero ahora en 2019 aparece como elector en Caracas.

Según la revista brasileña Veja, fuentes declararon en 2015 que Nasr al Din presuntamente mantenía una red de fabricación y distribución de pasaportes venezolanos auténticos que eran proporcionados para ocultar las verdaderas identidades de los terroristas.

En el libro Búmeran Chávez se revela, de acuerdo con testimonio de Rafael Isea -entonces viceministro de Finanzas y presidente del Banco de Desarrollo Económico y Social (Bandes)-, quien estuvo presente en la reunión que se realizó en Damasco en el año 2007 entre Maduro -para entonces ministro de Relaciones Exteriores-, y el jefe de Hizbulá, Hassan Nasrallah, líder del grupo terrorista, que se firmó un pacto que amparaba actividades de narcotráfico, blanqueo de dinero, suministro de armas y entrega de pasaportes, así como el despliegue de células de esa organización radical chiíta en Venezuela.
Las gestiones de Hezbolá en Venezuela

Humire explicó a PanAm Post que Hezbolá realiza labores de inteligencia en Venezuela de manera clandestina y que la mayor parte del personal es de «muy alto nivel con mucha capacidad».

«Hezbolá es clandestino, y en Venezuela parte del problema es que como tiene un sistema migratorio completamente oscuro, yo no descarto que sea posible que miembros del gobierno venezolano, particularmente dentro de las fuerzas policiales o militares, sean también miembros de Hezbolá con una identidad completamente falsa», especuló el especialista

«Hay que recordar que cuando Tareck El Aissami estaba en el cargo de ministro de Interior con una misión bolivariana que se llamó Misión Identidad, al mismo tiempo era el encargado de la misión Seguridad con el que transformó el sistema de investigaciones criminales, y por lo tanto tendría lógica que haya podido usar esas dos misiones para combinar una plataforma para que Hezbolá entre al país y pase desapercibido», agregó.

Según Foreignpolicy, la Isla Margarita, ubicada frente a la costa de Venezuela, es un conocido centro criminal donde los miembros de Hezbolá han establecido un refugio seguro.
Los hombres claves de Irán en Venezuela

Aunque El Aissami sería la pieza clave entre el régimen de Venezuela con Irán y Hezbolá, existe un nombre clave que habría impulsado la presencia iraní en el país suramericano. Se trata del general Aref Richany Jimenez, quien fungió con dos cargos: era el encargado de la industria militar venezolana CAVIM y también se ocupó de las relaciones comerciales con Pdvsa.

«Este señor está también sancionado por Estados Unidos; sus primeras acciones para el gobierno de Venezuela fueron con CAVIM y después en Pdvsa porque tenía relaciones con Irán», explicó.

«Tenía doble rol, era comandante de CAVIM y director de relaciones de Pdvsa. Él utilizó Pdvsa para maquillar pagos de Irán a Venezuela usando de pretexto de convenios de petróleo para insertar a Irán en el ámbito militar de Venezuela. Es una figura muy importante, está supuestamente retirado y vive en la isla de Margarita», señaló.

Durante su gestión, CAVIM fue sancionada por el gobierno de Estados Unidos por sus proyectos con Irán, ocurrió la explosión de un depósito en Maracay que dejó a un fallecido, y la Fiscalía Militar detectó irregularidades en el proyecto de ensamblaje de la pistola Zamora a través de un convenio entre Venezuela y República Checa.

En 2014 figuró en la lista de funcionarios venezolanos sancionados por el gobierno de Estados Unidos presentada por el senador Marco Rubio.

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