Atalaya

Hace unos años, el rey de Arabia visitó a Putin en Moscú. Antes de partir le dijo a Putin que quería comprar una gran parcela y edificar, con dinero totalmente árabe, una mezquita en la capital rusa.

“No hay problema”, le contestó el ruso, “pero con una condición: que autorice a que se construya en su capital árabe una gran iglesia ortodoxa”. “No puede ser” dijo el árabe. “¿Por qué?” preguntó Putin. "Porque su religión no es la verdadera y no podemos dejar que se engañe al pueblo”.

El 4 de agosto de 2013 el líder ruso se dirigió al Parlamento de su país:

“En Rusia, vivid como rusos. Cualquier minoría, de cualquier parte, que quiera vivir en Rusia, trabajar y comer en Rusia, debe hablar ruso y debe respetar las leyes rusas. Si ellos prefieren la Ley Sharia y vivir una vida de musulmanes les aconsejamos que se vayan a aquellos lugares donde esa sea la ley del Estado. Debemos aprender mucho de los suicidios de América, Inglaterra, Holanda, Francia, etc. si queremos sobrevivir como nación.

Cuando este honorable cuerpo legislativo piense crear nuevas leyes, deberá tener en mente primero el interés nacional ruso, observando que las minorías musulmanas no son rusas”. Los miembros del Parlamento, puestos en pie, ovacionaron a Putin durante cinco minutos.

Yo me pregunto, si después del ataque perpetrado por ISIS en París la semana pasada existe algún líder occidental con la claridad mental de Putin para enfrentar la gran amenaza que tenemos encima. Salió a la palestra el primer ministro de Hungría Orbán a defender los valores occidentales y católicos como debe ser.

Aparece el locuaz Mr. Donald Trump a quien Barack Obama se la puso en bandeja de plata con ese discurso tan gaseoso en la conferencia del G-20 en Turquía.

Mientras tanto, el Estado Islámico se fortalece a pasos de gigante y hace parte de una guerra asimétrica no convencional.

Mientras tanto, la invasión de refugiados musulmanes hace parte de todo un plan siniestro para invadir al mundo occidental.

Mientras tanto, Mr. Barack Obama peca de ingenuo, naïf dicen en París, haciendo convenios de amistad con Irán y con Cuba, dejando solo a Israel y Arabia Saudita en la región con unas consecuencias impredecibles para el futuro global.

Después de París, cero y van cuatro, nadie podrá negarle a Putin la no intervención en Siria y en otros lugares del Medio Oriente donde piden a gritos su ayuda frente al Estado Islámico como Israel y Arabia Saudita, mientras que Obama se lo pasa escuchando conciertos de Rock en el Kennedy Center.

No hay lugar para los débiles, en estos momentos. La tercera yihad ha comenzado. Que nos cojan confesados.

Puntilla. JMS condenando atentados en Paris, negociando con terroristas Farc, aliados de ISIS. Una dosis de hipocresía junto con doble moral. En la Venezuela de Maduro, también hay presencia de ISIS.

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