BUENAS INTENCIONES, MALAS RESPUESTAS

Es indudable que el Presidente Duque tiene las mejores intenciones para enderezar el país que nos dejó Juanpa –como le gusta que le digamos–. Pero se encuentra con unos dirigentes que, para conservar su manejo de una política antipatria, hacen cualquier cosa para impedir que Colombia vuelva al rumbo de un futuro mejor.

El Presidente llamó a los dirigentes de los partidos para dialogar y buscar las soluciones para los problemas que padecemos: una justicia politizada y que buena parte está en la cárcel por manejos por fuera de toda transparencia. Los llamó para hablar del problema, agravado en el gobierno anterior, del aumento de la producción de la droga, de la peligrosa impunidad, de la necesidad de volver por la extradición, para hablar de patria y su futuro, en fin, para buscar salidas a ese caos que encontró. A pesar de las buenas intenciones, se dio contra el muro de una oposición que primero piensa en los intereses personales y de grupo, que en el futuro de la patria. Veamos:

Aurelio Iragorri, director del partido de la U, no acepta que se critique a la funesta JEP, habla de los asesinatos de líderes sociales como si fuera responsabilidad del gobierno y no de los grupos subversivos a quienes se les entregó el país.

El presidente Gaviria no acepta nada que modifique y mejore los acuerdos con las Farc. El constructor de la cárcel de la Catedral dijo: “Le dejé claro al señor Presidente que tales diálogos solo podían hacerse con la participación de los grupos de oposición y que sería altamente conveniente saber si el Centro Democrático estaría interesado en participar”. Con esto trataba de abordar tema tan crucial, con un humor maligno y como si su grupo no hiciera parte de la oposición. Ese es el retrato de Gaviria ante tema tan importante para la patria.

Por el contrario, Vargas Lleras encontró que el encuentro había sido útil y constructivo. Ese comentario sí va en camino de ayudar a la patria y abre las puertas para seguir adelante.

El ex ministro del Interior, Guillermo Rivera, se unió con el senador amigo de las Farc Iván Cepeda, para decir que en las reuniones el gobierno había planteado usar el estado de conmoción interior, en caso de no llegar a un acuerdo con las bancadas. Nadie más, de los presentes en las reuniones, habló de ese tema, supongo que no se mencionó, pero los ausentes, mentirosos de profesión, así lo afirman. Esa es la política maligna que el Presidente Iván Duque quiere desterrar.

Creo que el Presidente ha mostrado sus buenas intenciones al llamar a todos los grupos, afines a él y los de oposición, para buscar salidas en bien de la patria. Encontró algunos dispuestos a luchar contra el narcotráfico, la corrupción y en busca de que vuelva la efectiva extradición. Pero a la vez, se encontró con unas barreras en los líderes acostumbrados al manejo del gobierno con la mermelada, las coimas y las cuotas de poder.

Es hora de que la gente, patriota de verdad, escoja entre los vicios anteriores y las buenas intenciones de nuestro Presidente.

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