Protestar y reclamar nuestros derechos en la frontera es un delito para el gobierno, en el Táchira miles de hogares perdieron la capacidad de alimentarse porque sus ingresos son insuficientes, los niños van a las escuelas sin haber desayunado y es que no se puede sobrevivir con un sueldo miserable, que no alcanza para comprar la comida, arreglar la nevera, reparar las tuberías, pagar el colegio, comprar medicinas y reparar el carro, el panorama en nuestro estado es aterrador.
Según el Gobernador, todo el que proteste por tener hambre y no tener alimentos para darle a sus hijos es un delincuente, es un bachaquero y la cárcel será su destino, pero el y algunos de sus subalternos, así como funcionarios del gobierno Nacional, tendrán que dar muchas explicaciones en su debido momento, por la indigna actuación en esta etapa oscura de la historia de nuestro Estado y del País.
Serrar la frontera, perseguir a familias Colombo-Venezolanas hasta hacerlas abandonar sus pertenencias, impedir el comercio legal y quebrar empresas e industrias, someter a los habitantes al desempleo, carencia de alimentos y desatención medica calificada, es una violación a los derechos humanos, cerrar aeropuertos, centros comerciales, frenar la producción de alimentos y lanzar a la calle a miles de trabajadores es un acto criminal.
Son ellos los responsables del contrabando de combustible y de alimentos, son ellos mismos los culpables de la caída del poder de compra de nuestra moneda, son ellos los causantes de la baja calidad de vida de los Venezolanos, son ellos los ejecutores de nuestras desgracias, por eso las empresas: Datanalisis y Delphos, les dan un nivel de rechazo en la población entre el 80% y 95%, por lo tanto la apertura de la frontera y el cambio de gobierno tiene que ser este mismo año, así lo planteamos en el "Voluntariado Tachirense por el Cambio".
Nicolás Maduro destruyó la fuerza de trabajo y producción de nuestros hombres y mujeres, el desabastecimiento de alimentos y medicinas alcanza al 80% de la población, vivimos la inflación más alta del mundo según el Fondo Monetario Internacional, y los habitantes de la frontera del lado Venezolano buscando que comer, le dieron al gobierno una lección de fuerza y hermandad, que fue correspondida por los hermanos Colombianos con un maravilloso gesto de buena vecindad.
