Marcha 2 de Abril

Hoy, Colombia salió a la calle a decir NO MÁS, a manifestar su descontento con el Gobierno de Juan Manuel Santos que, pasados 6 años en el poder, ha dado sobradas muestras de ser un mandatario mentiroso, tramposo y traidor.

Salimos a marchar con la consigna NO MÁS, porque no queremos que nuestro país siga transitando en medio de las tinieblas del desgobierno; dijimos NO MÁS, porque no estamos dispuestos a permitir que nuestra patria linda siga desplomándose por cuenta de la vanidad del doctor Juan Manuel Santos.

Vamos a cumplir 6 años de desgobierno santista y el balance es nefasto: la economía en barrena, el desempleo galopando, la industria paralizada, la inversión totalmente desmotivada. En materia social, el panorama es escabroso: la salud está en cuidados intensivos. La política educativa que tanto cacarea la belicosa ministra Gina Parody, no es más que un fortín politiquero.

NO MÁS, desmembramiento de nuestro territorio patrio. Cada día que pasa, perdemos litigios internacionales, por falta de una efectiva política exterior y una defensa jurídica que esté a la altura de las circunstancias. Juan Manuel Santos, que posa de líder internacional, es un perfecto incompetente.

Hoy caminamos rebosantes de amor por Colombia, henchidos de ilusiones por que nuestro país recupere el rumbo perdido. Gracias a las miles de personas que hoy nos acompañaron. Son ustedes la principalísima razón por la que quienes ejercemos una representación política, no desfallezcamos en la lucha.

Juan Manuel Santos en un mentiroso. En 2010 llegó al poder diciéndonos que continuaría con la Seguridad Democrática. Se convirtió en el sepulturero de la misma. Los criminales salieron de sus madrigueras, los violentos volvieron a intimidarnos con sus fusiles. Nuestros campos se llenaron otra vez de plantaciones de coca.

Juan Manuel Santos es un tramposo: en vez de enfrentar a sus opositores en el campo de la batalla democrática, prefiere montar persecuciones contra quienes no se han dejado seducir por la corrupta mermelada.Aliado con el nefasto ex fiscal Montealegre, persiguió sin clemencia al uribismo. Creyó que las investigaciones infundadas, las condenas ilegales y los constreñimientos iban a amilanarnos. Se equivocó. Acá estamos en pie de lucha política y dispuestos a gritar a viva voz: NO MÁS.

Juan Manuel Santos es un traidor. Le sacó el voto a millones de colombianos para llegar al poder y así rendirse de rodillas ante el castro chavismo. No queremos que nuestro país se convierta en un territorio invadido por el socialismo. Colombia es tierra infértil para las tiranías. No vamos a permitir que, con el embeleco de la paz, unos asesinos de la peor calaña, los más grandes terroristas de la historia de América, se conviertan en nuestros gobernantes.

Bienvenida sea la paz, pero garantizando que quienes han cometido crímenes terribles, pasen un larga temporada tras las rejas. Bienvenida sea la paz, pero sin que eso signifique que sádicos como Timochenko, Gabino, Márquez o la célebre Tanja, pasen a ser nuestros gobernantes. No doctor Juan Manuel Santos, a usted lo eligieron para que combatiera los terroristas y no para que los convirtiera en actores políticos.

NO MÁS burlas en nuestra cara, estamos hasta la coronilla de ver que nuestros niños Wayuu mueran de hambre, mientras que el presidente gasta millones de pesos en almendras. NO MÁS cientos de millones de pesos en lujosas cortinas que engalanan la casa presidencial, cuando no hay dinero para la red hospitalaria. NO MÁS, que el presupuesto de nuestro país se destine a sobornar a los políticos que respaldan al Gobierno en el Congreso de la República.

Colombia hoy ha marchado y le ha enviado un contundente mensaje al Gobierno. No seremos testigos áticos de la destrucción de nuestro país. Que no le queden dudas a Juan Manuel Santos: no vamos a permitir que siga entregando a Colombia.

Hoy, se ha dado el primer paso de una larga jornada que tenemos por delante. Vamos a recuperar el poder político nacional, vamos a devolver a esta patria que Dios nos ha dado como terruño al lugar que merece estar y del que Juan Manuel Santos jamás debió haber sacado.

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