Como extraño los primeros reclamos al sistema transmilenio

A finales de los 90 donde la movilidad de la ciudad se realizaba en transporte colectivo, recordaba cómo era montarse en uno de estos vehículos; se encontraba con el vallenato, ranchera, carrilera, o música de plancha en el mejor de los casos. Las calcomanías con la mujer de trasero inmenso señalando “el de atrás paga” o “todo niño paga, excepto si es del conductor”.

Así mismo dentro del recorrido se encontraba la señora comiendo la presa de pollo y pasándole la papa a los niños que llevaba en las piernas, se subía el cantante, el vendedor de dulces, el recién salido de la cárcel, habitantes de calle y demás personajes que caracterizaban el recorrido, ni hablar donde un pasajero timbrara y el conductor lo dejara lejos del paradero, le gritaban “me va a llevar hasta la casa de su madre?”.

Todo esto aunado a la famosa guerra del centavo, hacían necesario un nuevo sistema de transporte. Entre múltiples discusiones de la relación costó-beneficio, comienza el diseño e implementación de un sistema movido por Buses de Transito Rápido BRT llamado TransMilenio. A finales del año 2.000 inicia la operación, con buses de alta capacidad, recaudo centralizado, control satelital de la operación, acceso para personas de movilidad reducida, estaciones impecables, personal amable y comprometido, una ciudadanía al comienzo escéptica que poco a poco se fue convirtiendo en parte y defensora del sistema.

Claro!… todo no podía ser color de rosa y comenzaron los primeros reclamos de los usuarios al sistema; por la distancia que tenían que caminar para acceder a la estación, por el funcionamiento de los relojes, por las jardineras de las troncales, por comer dentro de los buses, por el pasto crecido en las zonas verdes de los portales, etc.

Con el deterioro actual del sistema estas primeras causas de reclamos desaparecieron por su misma irrelevancia frente a lo que como usuarios vivimos hoy: los colados, bloqueos permanentes, aumento en la accidentalidad, puertas de las estaciones dañadas, vendedores ambulantes, cantantes, habitantes de calle, riñas, acoso sexual, robos y demás prácticas que eran cosas del pasado en el sistema tradicional de transporte, hoy vuelven hacer pan de cada día en la operación, por eso “como extraño los primeros reclamos al sistema TransMilenio”.

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