Democracia o prepotencia

La democracia, decía Giovanni Sartori, es "antes que nada y sobre todo un ideal. Sin una tendencia idealista una democracia no nace, y si nace, se debilita rápidamente. Más que cualquier otro régimen político, la democracia va contra la corriente.las autocracias, las dictaduras son fáciles, nos caen encima solas; las democracias son difíciles, tienen que ser promovidas y creídas".

Sartori tiene razón: vivir en democracia no es tarea fácil. Se debe respetar al otro, cumplir las leyes, convivir en un espacio público limitado con aquellos que opinan diferente y, muchas veces, dejar de lado preferencias privadas para adentrarse en un mundo en donde no siempre son aceptadas.

Hay que creer en la democracia, pero no como la mera ausencia de dictadura, algo que de por sí nos orienta hacia el pasado, o el mero cumplimiento del acto electoral cada par de años.

Es necesario promover la democracia como un ideal que se construye todos los días, un presente que existe mientras la practiquemos y encarnemos en nuestra conducta que, cabe notar, es la única manera de garantizar su existencia a futuro. La democracia no es solamente un ideal social, también es personal.

Por eso, sería ideal que todos brindemos por la democracia difícil, para que tomemos el camino democrático, para que proyectemos ese ideal a futuro sabiendo que su éxito no puede ser garantizado. Su única garantía es nuestra capacidad de creer y cuidar una forma de relacionarnos y juntarnos con otros que se basa en la apertura y el diálogo, en las leyes e instituciones. No en la fuerza de la prepotencia.

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