DOS DISCURSOS

Un amigo invitó a su compañero de trabajo a comer a su casa. Llegaron a las seis de la tarde y se sentaron en la sala. La esposa del anfitrión gritó desde la alcoba:

–¡No me he peinado, estoy sin maquillar, ando en piyama, no he lavado la loza, no he preparado la cena! ¿Para qué diablos trajiste a tu amigo a comer?

–¡Es que Felipe está pensando en casarse, mija!

Creo que si el presidente Iván Duque Márquez, hubiera escuchado el discurso del senador Ernesto Macías, antes de aceptar su candidatura, no se hubiera metido en esta aventura. Pero digo mal. Duque también era senador y conocía bien en qué berenjenal se iba a meter. Como buen hijo de antioqueño de Guadalupe, se remangó y se metió al agua, de manos de Álvaro Uribe Vélez, gallo espuelón para medírsele a cosas difíciles y hoy, gracias a Dios, lo tenemos de presidente de todos los colombianos.

No comparto las críticas de quienes han opinado en contra del discurso de posesión pronunciado por el senador Ernesto Macías. Coincido en la opinión de muchos colombianos y otros extranjeros que creemos que la verdad hay que decirla aunque duela. Máxime al comenzar un gobierno.

Como dijo una inteligente tweetera: “Si los periodistas y columnistas de la gran prensa hubieran informado y comentado la verdad en este país, no se extrañarían de la que dijo Ernesto Macías”.

¿Quién duda de que hay que cambiar la cúpula militar? ¿Cómo ser comandante en Jefe de una cúpula militar que fue leal a un jefe a quien se atacó desde el Senado?

Si las críticas fueran de los enmermelados que se beneficiaron con las prebendas del desgobierno anterior, se entenderían. Pero ilustres conservadores y prestantes dirigentes criticaron las palabras de Macías que sin insultar ni atacar ni ofender dijo la verdad sobre el país que el nuevo presidente recibe. Como presidente del Legislativo hizo un inventario del país que encontró que es el que espera conducir Iván Duque. ¿O será que el contralor Edgardo Maya, hace mal en informar, como lo hizo, sobre los pésimos resultados de las cuentas de la Contraloría?

Otra cosa es el discurso presidencial de Duque Márquez, ponderado, positivo hacia el futuro, esperanzador. Agradeciendo a Dios, a su familia, a su partido y a quienes lo respaldamos en campaña y reconociendo tímidamente a su impulsor, Álvaro Uribe Vélez, para no despertar celos entre los miembros de la coalición en el Congreso.

Anunció la presentación al Congreso de muchas leyes en beneficio de trabajadores y empresarios. Menos impuestos y mejores salarios. Una justicia que sea garantía para todos. Respeto por los derechos adquiridos. Libertad dentro del orden. Todos principios conservadores. Sanas discrepancias y oportunidades creativas. Que Dios lo proteja.

Ñapa: Tremenda ignorancia histórica demostró la semana pasada el columnista de El Tiempo, Benjamin Ardila quien calumnió al presidente Mariano Ospina Pérez, al endilgarle el discurso más largo de la historia (seis horas) pronunciado por José Jaramillo Giraldo, parlamentario pinillista en una posesión presidencial.

Ñapa 2: La tramitología en el municipio de Medellín está insoportable. A Catastro hay que ir diez veces para hacer un cambio de dirección para cobro catastral. Los funcionarios que dejó Santi Martínez, qué horror. Y en las EPS de Sura y Savia Salud, cualquier trámite es un problema.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar