El bolero de la pérfida esfinge

No quiero pedirles que confíen en la paz “a ciegas”. La firma de un acuerdo de paz no es un salto al vacío. Seguramente el acuerdo logrado no es un acuerdo perfecto.

Humberto De la Calle en el discurso que anuncia el fin de los diálogos de paz. El Heraldo, 25 de agosto de 2016

En México el arte de la entrevista periodística no se ha desarrollado porque a los políticos y a los hombres importantes les gusta disfrazarse de esfinges. Fernando Benítez

¿Por qué este título que es, espero, un ejemplo de sátira política respetuosa? Porque sigo el ‘consejo’ del Dr. De la Calle de no tragar entero. Como ciudadanos, no aceptamos su acusación de perfidia en la entrevista concedida a Yamid Amat: “De la Calle critica a Vargas Lleras por silencio sobre la paz.” (El Tiempo, 30/07/17). De ahí mi intención sarcástica con “El Bolero de La Pérfida Esfinge.”Además, se me ocurre este divertimento porque la solución de enigmas es totalmente ajena a la sociedad actual. Y quizá, introduciendo esa perspectiva, podamos entender el difícil entramado de la paz colombiana contada por periodistas y candidatos difíciles. Tenemos entonces una sátira de contrastes entre los que se equivocan, pero tienen conciencia y enmiendan su error; y los que, estando equivocados y teniendo conciencia, persisten en su error, porque los ata el orgullo y el poder que les hace creer que tienen la verdad. Por eso dicen lo que se les ocurre, sin ningún recato. Parecen escritores de ficción social. El texto en el que baso mi crítica es el que sigue, poniendo entre paréntesis mis comentarios.

Pregunta Yamid Amat: “En consecuencia, ¿el próximo presidente de la República, sea quien sea, tiene que ser una garantía del cumplimiento de los acuerdos de paz?

Sí, y yo creo que este es un tema crucial para Colombia, no solo por lo que significa haber desarmado al grupo guerrillero militarmente más poderoso y más antiguo del hemisferio occidental, sino porque hay un elemento ético fundamental: LA PALABRA EMPEÑADA DEL ESTADO.CUALQUIER ACTO EN CONTRA DE ESTO ES UN ACTO DE PERFIDIA, PORQUE EQUIVALDRÍA A UN ESTADO QUE NO HONRA LA PALABRA. LOS PACTOS SON PARA CUMPLIRLOS. (¿Iremos a la cárcel los pérfidos que no estemos de acuerdo con la ontológicamente inexistente palabra del estado?

Pregunta Yamid Amat: ¿Acto de perfidia en qué sentido? (Yamid no es tonto y le pide que especifique pero se sale por la tangente.)

Usted no puede desarmar una guerrilla, firmando un acuerdo, y después decir que lo va a revisar. Tan sencillo como eso. (¿Fue el plebiscito un acto de perfidia? ¿Es la crítica en contra de lo acordado un acto de perfidia? ¿Y si quien opina es la CPI, qué?)

La cosa no es tan sencilla Dr. De la Calle y ya veremos por qué. Usted quiere cambiar el Código Penal y adaptarlo a SU concepto de perfidia. Como primera medida EL ESTADO NO TIENE PALABRA. TIENEN PALABRA LAS PERSONAS. Y se discute sobre la legitimidad de los acuerdos habaneros. Además, como ciudadanos el estado no puede remplazar nuestra objeción de conciencia. De eso se trata la legalidad de la oposición como interlocutor necesario de una negociación que involucraría a TODOS LOS MIEMBROS DE UN ESTADO. Pero antes de entrar en honduras divirtámonos un poco, porque lo prometido en el título, sobre la Esfinge, simbólicamente usted, es deuda.

Según la mitología griega La Esfinge era un demonio de destrucción y mala suerte, que se representaba con rostro de mujer, cuerpo de león y alas de ave. Hablo de la esfinge griega, no de la egipcia. No sé si eso es verdad, ni tampoco sé si los griegos eran misóginos o tenían tendencia a la confusión de género. (La esfinge griega es el mejor ejemplo para que no nos escandalicemos los del siglo XXI. Por ahí anda un meme genial de una gallina que dice que debido a la filosofía de género ella podría ser un perro.)

Dicen que Aristófanes, que era gramático como Marco Fidel Suárez, y también político, describe muy bien la condición que se asemejaría a algunos miembros del Partido de la U, o consejeros del gobierno, que se relacionarían, simbólicamente, con la Esfinge: “Existe sobre la tierra un ser bípedo y cuadrúpedo, que tiene sólo una voz, y es también trípode. Es el único de todos los seres que cambia su aspecto cuando se mueven por tierra, aire o mar. Pero, cuando anda apoyado en más pies, entonces la movilidad de sus miembros es mucho más débil.”(Cuando el partido de gobierno tiene más miembros en el congreso, se disuelve. ¿Por qué? Enigma para la Esfinge.)

Y así como en la antigua Grecia varios arúspices, entre ellos los de la U, fallaron tratando de resolver el enigma de la Esfinge, en el escenario pre-electoral del 2017 muchos quieren resolver el misterio de la presidencia, quedando por ello desprestigiados en los medios y las redes. En Tebas los habrían ‘neutralizado’ como dirían los militares; porque en esa época no admitían equivocaciones políticas. Al haberme compadecido de esos compatriotas, lo que sigue es una comparación con intención pedagógica respetuosa, que puede molestar, pero se hace necesaria para comprender la realidad de una estructura de poder, de validez universal, presente en casi todas las épocas de la historia.

En una encriptada tradición política, referida por Pausanias, un miembro de cierto sanedrín secreto, se dice que la Esfinge no era un monstruo, sino una hija del rey Layo, como quien dice, Santos; a quien se le había confiado un secreto solo conocido por los monarcas de Tebas, unos tipos parecidos a los dueños del país que se creen dioses, pero no tienen plata. Al planear Layo largarse del poder para la misteriosa y mística isla de Albión, allende el Atlántico, varios de sus hijos políticos, o sea, aspirantes a remplazarlo, llegaron a reclamarle el trono. Dicen que la Esfinge (así llamaremos a un asesor del gobierno) se enfrentó a ellos declarando que SM John Maní, según lo bautizó el tiranuelo Guineo Paso, sólo reconocería como sucesor legítimo a quien fuera capaz de señalar con precisión el secreto de los reyes tebanos, y que condenaría a muerte a todo el que fallare. Sólo el Príncipe Edipo, nos dice esta tradición, desentrañó correctamente el secreto, ya que le fue revelado en un sueño.?Como nos contaron en la clase de literatura de bachillerato, todos sabemos que la solución del acertijo se refiere al ser humano. Viniendo a nuestro escenario político el enigma es: ¿Quién sería el próximo candidato presidencial idóneo, según la tradición latinoamericana de negociar con el clan del norte, cuando se prende el vecindario venezolano haciendo saltar de alegría a los pirómanos internos?

Con semejante lío de por quién votar para la elección presidencial del 2018, me dediqué a dormir a ver si algún sueño profético me revelaría el nombre del hombre o la mujer escogido/a por los dioses. Pero nada. Entonces me encontré con la ‘solución’ de ‘La Esfinge’ en una entrevista de Yamid Amat quien decía que Vargas Lleras era como otra esfinge que no hablaba; y muchos se devanaban los sesos por adivinar sus pensamientos. Sencillamente Vargas calla ante la Esfinge y sus ‘argumentos’ porque este último ufanándose de su ‘racionalidad’ dice: “debemos tomar el camino del respeto, la libertad y la tolerancia", pero ataca a Vargas Lleras con: "A Colombia no le conviene la república del coscorrón" (El Heraldo, 18 de marzo de 2017)

Entonces dijo la misteriosa Esfinge: “La paz debe tener un candidato presidencial apoyado por una coalición, y eso debe ocurrir antes de la primera vuelta”. Pero no dijo quién sería el candidato porque el saliente Rey Layo no había hecho el guiño. Y para jugar a la solución del enigma de la candidatura correcta, surgió Vargas Lleras que la Esfinge descartó porque no gusta de él: “está a una distancia enorme de la paz”, dijo, ya que guarda silencio cuando le piden que resuelva ese bendito misterio. (¿Será por la acusación de ‘coscorronero’?)Seguidamente la Esfinge, habiendo aprendido de su maestro, se jugó la carta de la PERFIDIA señalando a un enemigo indeterminado para darse autobombo. Pero en la última encuesta su imagen favorable se registra en 0.

Ahí sí que me asusté con ese ‘coscorrón jurídico’ porque identifiqué que se refería a unos amigos, posiblemente a Vargas Lleras y no sé a qué otro disidente, y me fui a buscar al oráculo de Google. Me dijo una pitonisa que en el contexto de la guerra, la perfidia es una forma de engaño en la que una parte se compromete a actuar de buena fe con la intención de romper esa promesa una vez que el enemigo se haya expuesto ante ellos. Pa’ los que entienden le estaba echando a las Farc de enemigos a quienes no podríamos ni chistar, entre los que me encuentro. Y me explicó la pitonisa que de eso habla el Primer Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto del año 1949 en su Artículo 37.Entonces busqué, para que la Esfinge no se aproveche de mi ignorancia y soledad política, y encontré lo que sigue, poniendo entre paréntesis mis comentarios.

Artículo 37 – Prohibición de la perfidia

1. Queda prohibido matar, herir o capturar a un adversario valiéndose de medios pérfidos. (¿Es la guerra de guerrillas una metodología pérfida?) (¿No son pérfidas todas las formas de lucha utilizadas indiscriminadamente por el comunismo?) Constituirán perfidia los actos que, apelando a la buena fe de un adversario con intención de traicionarla, den a entender a éste que tiene derecho a protección, o que está obligado a concederla, de conformidad con las normas de derecho internacional aplicables en los conflictos armados. (¿No son los escudos humanos un ejemplo de perfidia y hacerse pasar por luchadores de la libertad mediante el terrorismo?)Son ejemplos de perfidia los actos siguientes:

a) Simular la intención de negociar bajo bandera de parlamento o de rendición; (Uy…uy…uy y después no quieren que sospechemos que se entregó el país. ¡Cuidado, porque De la Calle nos acusaría de pérfidos!)
b) simular una incapacitación por heridas o enfermedad;( ¿Se incluye la incapacidad mental de hacerse el bobo?)
c) simular el estatuto de persona civil, no combatiente; y (¿No eran acaso los guerrilleros disfrazados de campesinos un método pérfido al volver sospechosos de colaboradores de la guerrilla a todos los campesinos pa’ que le cayeran los paramilitares?)
d) simular que se posee un estatuto de protección, mediante el uso de signos, emblemas o uniformes de las Naciones Unidas o de Estados neutrales o de otros Estados que no sean Partes en el conflicto. (¿No es negociar la paz una intención pérfida con el propósito de instaurar un régimen comunista?)

2) No están prohibidas las estratagemas. Son estratagemas los actos que tienen por objeto inducir a error a un adversario (¿Es perfidia engañar jurídicamente a la oposición?) o hacerle cometer imprudencias, pero que no infringen ninguna norma de derecho internacional aplicable en los conflictos armados, ni son pérfidos ya que no apelan a la buena fe de un adversario con respecto a la protección prevista en ese derecho. Son ejemplos de estratagemas los actos siguientes: el camuflaje, las añagazas, las operaciones simuladas y las informaciones falsas.

(¿No dar razón de los niños reclutados, no es perfidia; al igual que utilizar el narcotráfico, el escondite de armas, las mentiras en cuanto a bienes, etc. todo ello VIOLANDO LA CONFIANZA DE LO ACORDADO QUE ES EN REALIDAD DE LO QUE TRATA LA PERFIDIA?)(¿No es perfidia que los ingenuos voten por ‘una paz estable y duradera’ y que las Farc repitan el estribillo, cuando en realidad las Farc utilizan ‘la paz’, como todos los movimientos comunistas del mundo, para lograr sus perversos objetivos políticos? ¡No nos crea imbéciles señor De la Calle! O Mr. Sphinx, como diría Guineo Paso) (Usted, amable lector, puede seguir agregando observaciones)

LA PERFIDIA POLÍTICA DE LA ESFINGE. Los creadores de enigmas sueltan el almendrón sin decirte de qué palo lo arrancaron, es decir, hacen citas fuera de contexto, para engañar a los bobos: “volver trizas el maldito acuerdo” es la carnada para que alguien del CD se emberraque. Pero no nos emberracamos, sino que señalamos el contexto que todos conocemos, pero no relacionamos con el enigma de la Esfinge:
Las Farc no querían el plebiscito porque sabían que perderían; Santos rebajó el umbral electoral para favorecer la aprobación; el pueblo le dijo NO al acuerdo de paz; el Centro Democrático en vez de mantenerse en su DERECHO de ganador y reclamar la victoria, CON GALLARDÍA renunció a ese derecho y, para conveniencia del país, buscó un acuerdo EQUITATIVO con el gobierno; el gobierno lo ENGAÑÓ y montó y mantiene una estratagema jurídica para imponer el acuerdo. ¿Qué haría usted si gana limpiamente y le roban la victoria? Entonces, hacer trizas un acuerdo no es nada en comparación con el crimen de traición a la patria del que cursan varias demandas contra Santos en la Comisión de Acusaciones. ¿Puede existir delito de perfidia sin algún contexto? No lo creo. Eso es lo que investigan los jueces, supuestamente. Pero no respondo por la JEP. 
Así que con mucha pena le tengo que decir a la Esfinge, o Mr. Sphinx, encarnada en el Dr. De la Calle, que la perfidia se le aplicaría a su gobierno, y a él mismo, no a Vargas Lleras o la oposición, ni al pueblo, que no negociaron en La Habana; por lo tanto el dar a entender que la perfidia la cometerían personas ajenas al gobierno es una falacia imperdonable de tan respetable estratega político y jurisconsulto. Como las Farc saben de política más que yo, siempre han temido que el gobierno sea el que les haga conejo; mejor dicho, el que cometa el delito de perfidia; no Uribe, con quien la tienen bien clara. Además, suponerle un crimen a alguien que no lo ha cometido es la más pérfida de las perfidias.

Entonces, si el candidato presidencial para el 2018 no podía ser Vargas Lleras, ni el candidato del Centro Democrático por leales a lo que dicen y prometen, es decir, sus más fuertes competidores, la Esfinge se postula como hipótesis, porque abiertamente no quiere decir Sí, porque no es tan popular. Cuando Yamid le pregunta: “¿O sea que usted, eventualmente, prefiere ser candidato de la paz?” responde evadiendo la pregunta como buen calculador pero dando a entender que Sí, porque cree poder despistar con aquella costumbre de la Reina Isabel la Católica que todo lo resolvía con “Averígüelo Vargas”. Pero finalmente no pudo evitar la tentación del autobombo, o mejor dicho, de las condiciones del candidato ideal, ÉL, y dijo:

 “Yo creo lo siguiente: dos hechos han sido extraordinariamente significativos en mi vida; primero, haber sido el vocero del Gobierno en la expedición de la Constitución del 91, una Constitución libertaria, democrática, participativa, de defensa de los derechos de las personas; y, en segundo lugar, el proceso de paz que liquidó más de medio siglo de una violencia inenarrable, que dejó 7 millones de desplazados y 260.000 muertos. Esos hechos son indelebles para mí y en lo que me resta de vida voy a estar jugándomela por preservar lo que se logró en esos dos escenarios. En la tarea que me asignen.”

Con esa respuesta se resuelve el misterio de la ‘candidatura’ de la Esfinge. Quiere ir en coche, como su jefe; que le asignen algo: la candidatura, es decir, que le rueguen; que le pongan en bandeja de plata la financiación de la campaña o una asesoría pacífica en el próximo gobierno, (¿Una embajada?) porque no quiere tener problemas con los ‘reyes tebanos’, ya que sería su incondicional súbdito en eso de la paz con sus berenjenales y eso es difícil. De mi parte le asignaría el descanso político, que lo merece, después de tanto esfuerzo. Pero vuelvo y repito, en las encuestas va de último en el pelotón de los corredores.

¿Qué nos enseña la historia de la Pérfida Esfinge? Que como seres humanos la embarramos y tenemos la oportunidad de reparar nuestros errores; que la vida, la historia y la ciencia nos dan advertencias; que siendo famosos, a algunos se les da por querer ser recordados por la historia, pero nadie les garantiza cómo será ese recuerdo porque la verdad también se sabe; o ‘la Esfinge’ verdadera puede atravesarse; que algunos ateos dicen que tienen compromisos con la historia, pero de verdad eso no les importa. ¿Por qué será? Porque la paz es un medio para medrar o tomarse el poder y la Esfinge quiere estar con el sol que más caliente. Pero podría ser condenada a ser admirada en el sol y la noche fría de los ‘desiertos históricos’. ¿O se arrepentirá la Esfinge de haberse inventado el acertijo de la paz? No lo creo, por lo que terminará bailando su propio bolero, Perfidia, con las Farc, acompañada por Los Panchos:

“Nadie comprende lo que sufro yo / canto pues ya no puedo sollozar, / solo temblando de ansiedad estoy / todos me miran y se van.”

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