El Canon

Reina la confusión. En medio de un carnaval de saliva y movimientos cadenciosos, una jauría de reptiles avanza hacia a su objetivo: un puesto en primera fila o alcanzar el éxtasis con el anhelado puesto en la mesa principal de un taller democrático con el ex presidente Álvaro Uribe Vélez. Los métodos arrancan carcajadas y de vez en cuando repugnan, pues dejan mal parados a sus progenitores, quienes seguramente se esforzaron en enseñarles elementales normas de recato. Los cazadores buscando su presa (una suculenta curul en un puesto bien arriba en el canon que todos esperan sea definido en su favor) expelen un aroma que los identifica a kilómetros de distancia.

Es una oportunidad de oro. Por primera vez en la historia de nuestra democracia, una sola persona puede tener la ocasión de llevar por lo menos 25 ciudadanos al Congreso de la República. Este canon de ilustres, no debe reconocerse ni debe ser probado por su uribismo, del cual ya han hecho gala con sus lacrimógenas actitudes y devaneos del reino animal. Lo que se necesita es que sus acciones, trayectoria de vida y sus capacidades, sean coherentes con las tesis que ha defendido Álvaro Uribe en su vida política. Mas que uribistas, practicantes probados de las tesis de Álvaro Uribe. Una valiosa oportunidad para Colombia. No un cuadrilátero en donde no hay pudor para saquear y en donde no hay vergüenza en develar sus insaciables ansias de poder.

“¡Así es la política! ¡Dinámica!”, dicen algunos curtidos en esas lides de la manzanilla y la maquinaria nacional. No. En eso la han convertido algunos. ¿Por qué no volver al “deber ser”, al “servicio público”, al “primero el pueblo”, a “lo que beneficia a la sociedad”, que brotaba de las venas de idealistas que de verdad querían mejorar las condiciones de vida de sus representados?

Ya asoman sus cabezas y se jactan de pertenecer al novísimo canon, personas cuya trayectoria haría sonrojar a un forense. También asoman su cabeza, pero con limpios métodos y trabajo probado, personas que sin duda harán un gran trabajo como cuerpo colegiado que tiene como objetivo representar directamente al pueblo para legislar en su nombre y para ejercer un control político competente. Ojalá no nos vayan a defraudar.

Que la próxima contienda electoral, no se convierta en una gira de un club de fans con una pobre y desteñida memorabilia. Necesitamos coherencia, no manipulación de las masas. Necesitamos volver al sencillo personaje que recorría mano a mano, ciudadano a ciudadano, presentando su propuesta personal un recordado 25 de agosto. Un par de hojas sencillas que esbozaban unos ideales y que con mucho sacrificio se disponía a presentar su candidatura a la gobernación de Antioquia.

 “Me propongo adelantar esta campaña con la intensidad del afecto por la tierra. Si con la ayuda del Dios de Colombia y el apoyo del pueblo gano la gobernación, seré receptivo a las críticas de ustedes, apelaré a los argumentos tanto para ratificar como para rectificar el rumbo (… ) Aspiro llegar a la gobernación comprometido con el rescate de los valores a la manera del buen padre de familia. La paz y el trabajo honrado son el camino para rescatar el respeto internacional por Antioquia (…) No buscaremos una imagen diferente a la merecida por nuestras labores. No utilizaremos la trampa publicista que permite mostrar la desproporción entre la insatisfacción con el Estado y la desbordante popularidad de los funcionarios. Nuestras acciones seguirán siendo como hasta ahora: de riesgo personal y costo político en aras del bien común.” Alvaro Uribe Vélez.

Estamos cerca. Una nueva oportunidad. Otra. Y estamos en capacidad de exigir. Se necesita una muestra de valor y coraje en donde nosotros, los del común, podamos expresar un mensaje firme. Una lista integral. Un canon que no se preste para la más mínima suspicacia.

@jorgitoro

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