Ahora cuando los hechos acaban de confirmar que Enrique, hermano del presidente, es el nuevo mandamás en los diálogos en Cuba, vemos que el cuasi-cogobierno de Juampa y este consanguíneo (elegimos uno, gobiernan 2), confirma que sí eran posibles los rumores que circulaban en las redes sobre el historial de estos dos personajes. Se decía que el padre de ellos, alejado de ideas marxistas, vivía preocupado por las inclinaciones políticas de sus hijos, pues algunos indicaban que eran integrantes de las Farc, hasta uno de los dos figuraba en esa guerrilla como Santiago.
Cuentan que este Enrique fue fundador de la revista Alternativa, junto a García Márquez y Jaime Bateman, entre otros, creador del M-19 y otras organizaciones radicales de las izquierdas del país. Recordemos que en China, Mao, perteneciente a la aristocracia, llevó su país al comunismo, hoy parece que estos hermanos, de la estirpe del Chicó, quieren imponer el comunismo en nuestro país a cualquier precio. Recordemos las ideas de Lenin: “Los comunistas deben vivir de la revolución, comerla, respirarla, soñarla. Deben mentir, engañar y hasta asesinar, no importa que se trate de la madre”.
En medio de estas tribulaciones cada día surgen nuevos desvelos y como el espacio es corto, solo me referiré escuetamente a algunas informaciones publicadas en los medios, aunque viven bastante “enmermelados”. Datos, con frecuencia distorsionados por la apabullante publicidad que vive el país, pues los gobernantes actuales son obsesivamente dependientes de ella y el despilfarro oficial es a manos llenas.
Solo enumeraré algunas noticias del Nuevo País: -El déficit comercial en los 9 primeros meses fue de US$ 11.302 millones, el mayor de la historia. -La producción industrial ajusta 9 meses estancada. -Entre enero y octubre la inversión extranjera cayó 36 %. -La Bolsa de Valores cae y cae, ocasionalmente sube. La capitalización bursátil descendió en octubre 18 %, comparado con igual mes del 2014. Pero otros dicen: -“El afán por firmar la paz está entrando en conflicto con la economía, pues hay más desaceleración, más inflación y más devaluación”. -“El famoso dividendo de la paz no existe. Tratar de limpiarles el prontuario a las Farc no va a generar más crecimiento. No insulten la inteligencia”. Todo esto, sin empezar los incontables costos del postconflicto, los cuales pueden llegar a billones de pesos, pagados por los colombianos de bien, sin un solo peso de las Farc. Además de ocupar el escandaloso primer puesto en el mundo como productores de coca.
Perdonar, si. Premiar, no. Después de las numerosas contradicciones dentro del proceso de paz, el parlamento aprobó un plebiscito para interrogar si la persona es partidaria o no de la paz, como si alguien prefiriere la guerra y como si los colombianos fuésemos estúpidos. Y además de semejante pregunta, el Estado, interesado en obtener la paz a cualquier precio, baja el umbral requerido para su aprobación. Hay que dejarle claro al cogobierno de los Santos que la paz es de todos o de ninguno. No nos dejemos engañar.
