El decálogo de los dictadores de terciopelo

Es verdad que hay gobiernos constitucionales corrompidos también; pero al paso que los gobiernos constitucionales tienen que cuidarse porque deben asistir a unas elecciones y pueden perderlas si hay democracia verdadera y votan las personas, entonces se abstienen; hay un freno en la denuncia pública, hay un freno en la libertad de expresión, hay un freno en las elecciones que se suceden cada dos años; pero cuando se trata de una dictadura, roban no millones, roban 10 años, 15 años, 20 años y hasta más años, nadie los acusa, nadie los denuncia, porque no puede, nadie los refrena y nadie los sustituye. Fidel Castro

No sé si Fidel Castro se refería a la más insidiosa de las dictaduras que puede agobiar a un país eternamente que es la corrupción. Pero el dictador del Siglo XXI es como los niños malcriados, hay que ‘sobarlo’ del lado correcto para que no se le paren los pelos como al terciopelo. Es decir, no hay que llevarle la contraria y tratarlo como un osito de peluche. El dictador de peluche no espanta como Mao, Stalin, Hitler, Pinochet que es lo que normalmente asociamos con dictadura. ¿Por qué florecen esos dictadores, sospechando que lo son, pero sin poder catalogarlos como tales? Porque utilizan unas ‘formas’ democráticas combinadas con corrupción y su indeclinable voluntad de hacer lo que les da la gana, con cinismo y billete. Ejemplo.

Venía con mi esposa en el carro de familia el miércoles 15 de febrero de 2017 hacia las 11 de la mañana cuando alguien de La W, en medio del debate con el Presidente del Congreso Mauricio Lizcano, anunció que había conocido de fuentes gubernamentales que el Gobierno Nacional comenzaría a socializar algunas medidas para presentar, vía “fast track”, en un acto legislativo de reforma política, las siguientes propuestas, sin existir un clima de opinión o necesidad al respecto:

La ampliación del periodo presidencial a 5 años a partir del 2018, la eliminación de la Vicepresidencia de la República; además, la disminución de la mayoría de edad a 16 años, la posibilidad de que las listas a corporaciones públicas sean cerradas y con financiación estatal y establecer el voto obligatorio por dos periodos. Cuando debatieron entre los integrantes de la mesa las razones para esos cambios, quedó la impresión de que era para ‘ampliar la democracia’ según lo acordado en La Habana, sin ninguna razón de peso, ni que constara en el fementido Acuerdo Final. Es decir, alguien estaba haciendo lo que se le daba la gana.

Se me vinieron a la mente las conductas de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, Alberto Fujimori, Vladimir Putin de Rusia, Viktor Orban de Hungría, Recep Tayyip Erdogan de Turquía, Mahathir Mohamad de Malasia, Rodrigo Duterte de Las Filipinas, quienes manejando a su manera los principios de libertad y ley con cinismo y corrupción nos plantean las nuevas características dictatoriales que necesitamos comprender para combatirlas, pues se ven obligadas a ‘guardar las apariencias’ controladas por la globalización de las comunicaciones, la interdependencia económica, la tecnología informática y la disminución evidente de gobiernos autoritarios pasados de moda según la nueva perspectiva política que plantea la divulgación masiva de los Derechos Humanos y tratados internacionales de respeto a la persona. Ante ese escenario al que se le presta atención como una incomodidad, pero no como una amenaza, se me ha ocurrido el siguiente decálogo de tácticas y estrategias del dictador de peluche, basado en los siguientes hechos y ejemplos:

1. PRIMER MANDAMIENTO: EQUILIBRAR DEMOCRACIA Y AUTORIDAD PARA BENEFICIO DEL DICTADOR. Combinar instituciones parlamentarias con un estricto control social, detenciones políticas ocasionales y frecuentes intentos de ‘vacunar’ la prensa. Instituir además amplias políticas de negocios que ayudan a impulsar el crecimiento económico, es el ejemplo que nos ha dado Lee Kwan Yu de Singapur.
2. USAR EL VOTO POPULAR. Inicialmente los nuevos autócratas a menudo llegan al poder a través de elecciones razonablemente justas. Chávez, por ejemplo, ganó en 1998 en lo que los observadores internacionales llamaron uno de los votos más transparentes de la historia de Venezuela. Pero ya en el poder las cosas cambian mediante la maquinaria del régimen.
3. PUBLICIDAD Y MERCADEO. Los elevados ‘ratings’ de aprobación mediante encuestas son un camino más rentable hacia el dominio que el terror. Erdogan aprovechó su popularidad para enmendar la Constitución mediante referéndum y para embargar el Tribunal Constitucional de Turquía. ¿Cómo lucha usted contra una aparente aprobación de la opinión?
4. PROPAGANDA Y CENSURA. Además de lo anterior, los nuevos autócratas utilizan otros trucos basados en la información para inflar sus calificaciones y convencer a los ciudadanos de su superioridad sobre las alternativas disponibles que no son necesariamente un solo partido de oposición.
5. ODIO Y RESENTIMIENTO. Fabrican una crítica amorfa e inmoral anti-lo que se les ocurra. (Escuálidos en Venezuela, antirrevolucionarios en Cuba, enemigos de la paz, etc.) Orban se burlaba de la corrección política europea y de su disminución de competitividad mientras les solicitaba ayuda.
6. PROPAGANDA, CENSURA, CHANTAJE SIN VIOLENCIA. Cuando a la economía le va bien tales líderes cooptan a sus críticos potenciales con recompensas materiales. Cuando la cosa se pone fea utilizan la censura, el despido, la terminación u otorgamiento de contratos con los propietarios de medios o periodistas; la amenaza de demandas por difamación son un buen cortafuego. Los siguientes ejemplos aportados por Mauricio Gómez en su entrevista con María Isabel Rueda, no son invento de la oposición y los cito de “¿Cuál es su diagnóstico del periodismo colombiano?” (El Tiempo Feb 13/17).
7. ALCAHUETERÍA CORPORATIVA O EMPRESARIAL. “Es algo vergonzoso que el Estado sea el mayor patrocinador de todos los medios de comunicación en Colombia. Esto, cuando yo era más joven, no pasaba. Es una influencia nefasta. Hoy el monto del gasto estatal en publicidad, a través de todos sus entes centralizados o descentralizados, es desconocido, pero es obvio que es descomunal. Esta publicidad se otorga sin sujeción al estatuto de contratación, luego es un gasto, designado a dedo, completamente discrecional.”
8. SICARIATO MEDIÁTICO. “También es muy preocupante que el Estado contrate por millonarias sumas a periodistas que siguen informando o escribiendo columnas de opinión sin contarles a los colombianos que tienen esos contratos que, desde luego, moldean su trabajo informativo y de opinión. Otra figura vergonzosa es la de los periodistas chantajistas, que reciben dinero para hundir a una compañía, a un producto o a alguien. Existe en Colombia la ‘payola’ y la ‘contra payola’, como cuando se recibe dinero para poner en una emisora una canción para que pegue mucho o para no ponerla. El dinero logra el milagro de convertir a un villano rápidamente en un prohombre. El ‘engrase’, o este periodismo pagado, terminan por comprar ideas y silencios.
9. EL GOTEO DE MENTIRAS Y VERDADES A MEDIAS. “Algo para mí muy desconcertante es la no publicación de las encuestas desfavorables al Gobierno. Si son favorables, todas se publican, pues el Estado los tiene aceitados con publicidad. Esto es una grave manipulación, que creo que no pasa sino en Colombia y en los regímenes totalitarios.”
10. Finalmente EL SIMULACRO DEMOCRÁTICO. Por otra parte, las nuevas dictaduras conservan un simulacro de oposición democrática para justificar la competencia. Las elecciones demuestran la popularidad del jefe. En Kazajstán, el presidente Nursultan Nazarbayev fue recientemente reelegido con el 97,7 por ciento de los votos.

Así por simulación y contraste, los nuevos autócratas han creado un universo aceptable de dominio sin la violencia, con moderación, contrario al de Mao, Hitler o Stalin quienes no dudaban en eliminar a sus enemigos; o al de Mobutu quien colgaba a sus rivales frente a grandes audiencias. Idi Amin de Uganda les echaba los cuerpos de sus víctimas a los cocodrilos. Con estas ‘versiones’ de dictadura, reclamar asustaba a la gente. Por eso el ‘CLAMOR’ ante las dictaduras de terciopelo es suave, dentro de lo políticamente correcto. Así, los nuevos autócratas no son escandalosos – pueden reprimir suave o maliciosamente a separatistas o manifestantes desarmados. Pero la violencia, el abuso, la corrupción, el cinismo, la mentira, la traición, revelan la verdadera naturaleza del régimen y, en algún momento, convierte a los partidarios en oponentes. Porque, además, la violencia no es sólo costosa, sino innecesaria, ya que los dictadores de peluche inmovilizan a sus rivales políticos con interminables procesos judiciales, testigos falsos, nuevas leyes, recordación de favores, interrogatorios, otras formalidades legales, o la simple asfixia vital con la supresión de la satisfacción de las necesidades básicas como ocurre en Venezuela. Por otra parte, no hay necesidad de crear mártires cuando se puede derrotar a los oponentes haciéndoles perder el tiempo infinitamente, la honra o el prestigio; separarlo de la familia y dejarla empeñada al régimen como en Cuba. En estas condiciones, el estamento militar es la garantía del atemperamiento de la dictadura, por lo que Pinochet llamaba la suya, dicta blanda.

Necesitamos paciencia, astucia, agallas, información, estrategia, para enfrentar este nuevo enemigo que no se va asustar con protestas callejeras, ni firmas. No sé si en Colombia ya estemos empezando a notar ciertas características que se le achacan a veleidades, coincidencias, o mala fe de los intérpretes de realidades insoslayables. Estas son las claves: Toda legitimidad se deriva de la normatividad, que puede ser manipulada, y la conducta que puede ser fingida. La cooptación puede revestirse de legalidad, pero la ética devela la intención. La represión puede ser de diferentes grados y formas. Por eso usted puede estar durmiendo con una dictadura y no saberlo hasta cuando ya es demasiado tarde. Abra los ojos y piénselo.

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