El verde de los recursos naturales en el Bajo Cauca está a punto de desaparecer. Desde el aire se observa la gran cantidad de pozos rodeados de miles de metros cúbicos de lodo impactados por gigantescas dragas y excavadoras.

Las zonas devastadas se pueden medir en kilómetros, incluso, las áreas afectadas superan la cabecera municipal de Nechí, uno de los municipios más afectados y donde viven bajo su propio lodo.

Allí las consecuencias de la explotación ilícita de yacimientos son impresionantes y el panorama es desolador.

“En Antioquia hay dos áreas que nos preocupa, una de ella es Buriticá que ya la hemos logrado estabilizar y la otra es el Bajo Cauca entre Nechí, El Bagre y Zaragoza. En estos tres municipios alrededor de 500 veredas están impactadas por la explotación ilícita de yacimientos mineros”, dijo el general Juan Carlos Ramírez, comandante de la Séptima División del Ejército.

Según la Asociación de Mineros de Colombia, solo en esa región antioqueña, esta actividad deja más de 20.000 empleos directos e indirectos y se estima que de allí sale la cuarta parte del oro del país.