El equilibrio de la Reforma en Telecomunicaciones

Hoy la Cámara de Diputados votará la legislación secundaria de la Reforma en Telecomunicaciones aprobada por el Senado. Como era de esperarse, por los intereses que están en juego, ha habido una intensa lucha política y mediática para ganar puntos en la definición de los detalles técnicos de la ley reglamentaria. Algunas disposiciones han beneficiado a Televisa (TV) en su intento por entrar al mercado de telecomunicaciones que domina América Móvil (AMX). Otras han favorecido a la empresa de Carlos Slim quien pretende ganarle terreno a la corporación de Emilio Azcárraga que prepondera en la difusión de contenidos televisivos. Y esa era la idea: que los dos gigantes tuvieran condiciones para jugar en la cancha del otro.

El éxito de la reforma es que haya más competencia que se traduzca en mejores precios y calidades para los consumidores en telecomunicaciones y radiodifusión. Eso podría lograrse si TV, junto con TVAzteca, efectivamente le compite a AMX y viceversa. Pero la verdadera prueba de fuego de la reforma, como he dicho en varias ocasiones, es si más empresas se animan a invertir en estos mercados de tal suerte que haya aún más opciones.

Muchos dicen, con estridencia, que la legislación secundaria que hoy votarán los diputados sólo beneficia a TV. Me parece una exageración. En lo personal veo una legislación más o menos equilibrada. Sé que muchos pensarán que esta opinión está sesgada porque conduzco un programa en FOROtv. Pero no es el caso. Los que han seguido esta columna saben que estoy a favor de la competencia económica, que me disgustan los monopolios y que por tanto siempre he querido que el Estado los limite. Sea TV en radiodifusión o AMX en telecomunicaciones. En este sentido, al combatir los monopolios, creo que la Reforma de Telecomunicaciones va en el camino correcto.

Y no sólo es mi opinión, sino la de la gran mayoría de los analistas independientes del mercado accionario. De ellos se espera frialdad y objetividad en el análisis de tal suerte que puedan recomendar si comprar o vender acciones de TV o AMX. Estos analistas hacen caso omiso a los argumentos estridentes y propagandísticos que hoy pululan en nuestro país.

Ayer, por ejemplo, la firma Zacks Equity Research decía que “el nuevo proyecto de ley favorece a los pequeños operadores de telecomunicaciones defendiendo su posición competitiva y tiene como blanco los operadores más grandes, como AMX y TV quienes ocupan una posición dominante en la industria de las telecomunicaciones en México”. Explica cómo las dos empresas salen afectadas: “AMX tendrá que pagar tarifas de interconexión más altas a las compañías telefónicas más pequeñas y recibirá tarifas menores de éstos por la interconexión de sus redes”. Menciona que, al igual que todas las empresas del sector, AMX ya no podrá cobrar las llamadas de larga distancia. En cuanto a TV “tendrá que compartir con sus competidores sus torres de trasmisión por una cantidad estipulada de honorarios. Además, no se le permitirá adquirir en exclusiva los derechos de retransmisión de deportes populares y eventos de entretenimiento”.

Zacks concluye que el lado positivo de la ley es que allana “el camino para que TV pueda capturar una gran porción de la participación de mercado en telefonía móvil. La nueva normativa similarmente permitiría que AMX entre al mercado de la radiodifusión de México, el cual ha sido dominado por TV durante mucho tiempo. Sin embargo, la regulación propuesta diferirá los planes de expansión de la televisión de AMX por lo menos dos años más”. Ahí está, pues, la visión de un analista internacional del mercado accionario que apunta hacia una legislación más o menos equilibrada.

Ahora bien, lo que hay que reconocer es que, con la reforma, Slim es el que tiene más que perder por una razón de tamaño: el mercado que domina es mucho mayor que el controlado por Azcárraga. No es gratuito que el dueño de AMX sea el segundo hombre más rico del mundo con 72 mil millones de dólares, mientras que el propietario de TV posea dos mil 600 millones (según Forbes). El primero es monopolista del enorme mercado de telecomunicaciones mientras que el segundo lo es de un mercado más chico, el de televisión abierta y de paga. Si con la reforma que se aprobará hoy, más las regulaciones asimétricas ya ordenadas por el IFT, TV logra quitarle un pedazo del pastelote de AMX, Azcárraga será el ganador, aunque del otro lado pierda presencia en el mercado de la difusión de contenidos mediáticos.

Twitter: @leozuckermann

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