El pasado 24 de junio recibimos la triste noticia del fallecimiento del ilustre ex presidente venezolano don Ramón J. Velásquez, después de haber vivido largos años al servicio de su patria y de haber escrito insuperables obras de historia que constituyen el más valioso archivo del acontecer de Venezuela y de Colombia en sus épocas más cruciales.
Sería interminable referirse a los diversos textos que dejó el insigne historiador, pero es inevitable referirse a dos de ellos, que son unas joyas por su profundidad y precioso estilo: “Confidencias Imaginarias de Juan Vicente Gómez” y “Caída del Liberalismo Amarillo: tiempo y drama de Antonio Paredes”.
El primero de los libros es un estudio biográfico y sicológico del tachirense que gobernó férreamente a Venezuela durante 27 años, escrito como si fuera un reportaje echo directamente al personaje que retrata. Tuve el privilegio de escuchar de viva voz del doctor Ramón J. Velásquez que logró encontrar numerosos documentos de la época gomecista cuando ejerció la Secretaría General de la presidencia en el gobierno de Rómulo Betancourt, lo que le permitió ahondar en el pensamiento y la forma de ser del dictador al que pinta de cuerpo y alma enteros en el entorno que fabricó a su modo.
La historia del Liberalismo Amarillo es un documento invaluable que permite conocer de una manera ilustrada la tragedia de las guerras civiles de Venezuela y Colombia, y entender mejor su devenir histórico y el presente de los dos países. Como dato interesante recuerdo que la última edición que se hizo de esta monumental obra fue presentada en la sede diplomática de Colombia en Caracas cuando era embajador el norte santandereano Enrique Vargas Ramírez.
Don Ramón José Velásquez Mujica había nacido en San Juan de Colón el 28 de noviembre de 1916 e hizo sus estudios de bachillerato en el Colegio Simón Bolívar de San Cristóbal y en el Andrés Bello de Caracas. Se graduó como doctor en Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Central y fue abogado de la república. Entre los muchos cargos que desempeñó a lo largo de su fructífera vida hay que destacar que ocupó la Presidencia de Venezuela en reemplazo del doctor Carlos Andrés Pérez, cuando éste fuera destituido por el máximo tribunal del país.
El doctor Velásquez fue un amigo inmejorable de Colombia a la que conocía tanto como a su propio país. Su trato amable y sereno escondía la fortaleza de un hombre recto que luchó contra las dictaduras venezolanas por las cuales sufrió persecución y cárcel. Quienes escuchaban su charla sabia y agradable tal vez no sospechaban cuánto tuvo que soportar por sus ideales. Llegó a ser la figura más respetada de la nación.
Guardo el infinito agradecimiento de haber recibido su consejo y su apoyo para publicar mi libro “El Ingenioso Hidalgo de la Mancha, Sonetos” y tuve el privilegio de recibir su autorización para publicar, a manera de prólogo, la elogiosa nota con la cual se refirió a esos poemas. Nunca olvidaré ese gesto generoso.
