El general enamorado

Y las Farc, fieles a su palabra, cumplidores de lo prometido, honestos negociadores, honraron su discurso y en una muestra de bondad, buena fe, buenas intenciones y sobre todo de habilidad, devolvieron al general Alzate. Lo retuvieron durante quince días con todas las consideraciones de ser el oficial con el más alto cargo que ha estado en poder de la guerrilla.

No lo hicieron caminar en demasía, le daban tiempo para dormir en las noches, lo dejaban hablar y escuchar los comentarios sobre su retención. Le tomaron fotos para la posteridad en la que aparece sonriente, de brazo pasado, con uno de los negociadores habaneros que nadie sabe, ni siquiera las fuerzas armadas, cómo ingresó y luego salió al país. Es que tenía que estar presente un guerrillero de igual rango para coordinar los detalles de la entrega, no podían ser inferiores en el protocolo jerárquico. Hasta le prestaron una elegante camisa a cuadros, muy de su talla, para que apareciera presentable, contento y reluciente en la gráfica con Alape. Claro que, por sí acaso, lo amarraban de pies, manos, cabeza y cuello apenas caía la noche, le recordaban con amabilidad lo que le pasaría si se intentaba volar, no lo dejaban quieto en ningún sitio y la posibilidad de un tiro en la nuca estaba sobreentendida en caso de que se sospechara de la presencia cercana de tropas que presagiara un rescate a la fuerza.

De igual forma, los líderes terroristas habaneros se pronunciaban en todos los medios -en los que aparecen cada día más como políticos en campaña- diciendo que lo sucedido era un procedimiento militar, que sucedió y podían suceder de nuevo, hechos parecidos a este porque esas eran las reglas de juego establecidas así que ellos no tenían la culpa de lo que había pasado y que estaban muy preocupados en solucionar la situación. Lo mismo declaraba el presidente Santos quien recordando que negociar sin cese de hostilidades tenía estas consecuencias, suspendía temporalmente las conversaciones mientras no devolvieran al alto oficial, a sus dos acompañantes y a los dos soldados secuestrados recientemente en Arauca. ¿Preferencias inexplicables, cesiones bajo coacción, estrategias no divulgadas? La opinión pública no entiende lo que pasó y cuando le piden al ministro Pinzón que le solicite al general que explique por qué se fue solo y por qué se dejó secuestrar, el resultado de la reunión del alto mando militar con el recién liberado y las explicaciones de su actuación, quedaron en la reserva.

Todos tenemos más o menos claro qué hizo mal Alzate. Que violó el protocolo, que no tuvo en cuenta la información de inteligencia militar, que no avisó para dónde iba, que no atendió las indicaciones que le alcanzó a hacer el soldado piloto de la lancha, que ni siquiera permitió que su fiel ‘Tony’ lo custodiara dando toda la papaya del caso que le costó pedir la baja. Pero, por qué lo hizo? Parece que nos quedaremos sin saberlo. No obstante al general le tocó hacer declaraciones luego de su liberación en las que manifestó que todo lo que había pasado era en la búsqueda de acercamientos con la comunidad y de mejoras de las deprimidas gentes de la región. Fueron motivos del corazón…textualmente “por amor al pueblo chocoano!”.

A propósito, los generales activos que además están en áreas de riesgo del país, que no son pocas, están muy preocupados. Si se dejan retener y no se los bajan tendrán que después pedir la baja…si los devuelven.

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