El gobierno que provoca cada día más asco

“No padece usted de la enfermedad de Huntington, pero le hemos diagnosticado ESTUPIDEZ. Lo sentimos pero no podemos hacer nada al respecto”. Apartes de “El destino de los O’Brien” de la neuróloga y novelista Lisa Genova.

Un estudio de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres publicado en la legendaria revista Philosophical Transactions of the Royal Society, propone que sentir asco, que es un “sistema psicológico evolucionado para proteger a los organismos de la infección a través de la conducta evasiva”, es un ancestral mecanismo de protección de la salud del que Darwin ya hablaba en su obra de 1.872, “La expresión de las emociones en el hombre y los animales”.

Si lo que consideramos potencialmente peligroso y asqueroso no produce repugnancia y “resistencia”, es porque que estamos muertos, o por estar tanto tiempo entre la inmundicia ya se nos convirtió el hedor en lo normal y hasta nos huele bien; a menos que se esté sufriendo de la enfermedad que este gobierno ya padece, la enfermedad de Huntington, que entre otras terribles manifestaciones provoca que el afectado no sienta asco y tampoco pueda comprender la sensación de asco de los demás.

Parece insondable la desvergüenza del gobierno mentiroso y traidor que intenta hacer ver bonito lo feo y que huela bien la mortecina disfrazada de paz. La semana anterior le dio las puntadas finales a un golpe de estado constitucional, que envidiaría Hugo Chávez o las dictaduras de Cuba y Zimbabue, y que pretende blindar, no la paz, sino la impunidad de los delincuentes o HP´s (hampones parásitos), ahora convertidos en actores políticos por un gobierno cómplice.

Uno de esos HP´s, como antes los definí, el cabecilla Iván Márquez dijo sin sonrojarse al respecto de este engendro jurídico que: “Siendo nosotros una “institución de palabra”, a la luz de las normas internacionales y el Derecho Internacional Humanitario, ya nos rige lo acordado como nos regirá la firma del acuerdo final porque nuestra rubrica es un sello vital de compromiso histórico y un legado incontrovertible para las nuevas generaciones de cómo se deben asumir las obligaciones ante el altar de la Patria”. Qué asco presidente, o ¿es que usted ya no lo siente o no ve que los colombianos lo sentimos?

El presidente, que ya perdió el olfato y la dignidad, en un caso extremo de cinismo dijo que era un enorme avance que los HP´s, como antes los definí, por primera vez aceptaran el ordenamiento jurídico. Que tal, la desvergüenza de este señor. Ahora resultó que es un acto de grandeza que un delincuente, supuestamente a cambio de no matar, robar, secuestrar, traficar con droga, raptar niñas y violarlas, y además premiado con impunidad, dizque aceptará la ley; cuando eso no es una elección, es una obligación ¿Cómo no va a aceptar un bandido una ley hecha a su medida, que lo deja libre por sus atroces delitos, lo vuelve Senador y le lava su fortuna? ¿Es que nos creen tontos?

Como a Katie en la novela de Lisa Genova, el presidente cree que no sentimos asco sino que nos volvimos estúpidos.

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