El manejo de información de inteligencia y la comisión del esclarecimiento de la verdad

Pilato entonces le dijo: ¿Así que tú eres rey? Jesús respondió: Tú dices que soy rey. Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.38 Pilato le preguntó*: ¿Qué es la verdad? Juan 18: 37

Les doy la paz, mi propia paz, que no es como la paz que se desea en este mundo. No se preocupen ni tengan miedo por lo que pronto va a pasar. Juan 14:27

Para las nuevas generaciones de colombianos se hace necesaria cierta información contextual para entender el presente escenario político en relación con la entrega de información de inteligencia a la Comisión del Esclarecimiento de la Verdad (CEV) cuyo presidente es el Padre Francisco De Roux quien el 2 de marzo de 2017 en su columna “Pido perdón” decía: “Al analizar la decadencia del lenguaje en los debates políticos y sociales en torno a la paz, encuentro el mal que hacemos con juicios en los que ignoramos o usamos irresponsablemente las categorías de cantidad (según Kant, lo universal, lo particular, lo individual). Y haciendo un ejercicio de discernimiento, encontré que en algunas de mis columnas he cometido errores de generalización, lo cual no es solamente un error, sino también una injusticia…Quiero reconocer y corregir toda generalización que haya afectado a personas o instituciones… Debo igualmente reconocer que he sido injusto cuando he generalizado sobre los soldados y policías de Colombia. Reconozco que tengo una repugnancia intelectual y sensible contra las armas de todos los lados…”Etc. ¿Conoce el Padre De Roux las falencias de la ética pacifista al igual que se empeña contra los que creemos que a veces las armas son necesarias manejarlas responsablemente por parte del estado?

El P. De Roux acepta sus juicios injustos sobre empresarios, personas, el ejército, los policías, al que se le agrega esta otra generalización malévola que causó pánico por parte de otro de los colaboradores del gobierno, Sergio Jaramillo: «Tenemos una noticia triste que nos ha dado el Fiscal quien dice que de los proceso de justicia y paz han salido 13 mil noticias criminales que involucran a empresarios, y eso tiene que ver de todas maneras con el conflicto. ¿Qué es lo que vamos a hacer exactamente? Hay que reconocer que hay una falta de concientización de lo que significa la terminación del conflicto en muchos sectores incluyendo el empresarial. Hay que mirar ese tema delicado pero inevitable de mismo empresariado.»

Es decir, el Padre De Roux admite y Sergio Jaramillo utiliza uno de los miles de errores de pensamiento que generan guerras y todas las desgracias del mundo. Por lo que el problema no son las armas, sino las personas con su modo de pensar que a veces puede ser más letal por acción u omisión. ¿Se sorprende entonces el Padre De Roux que haya prevención contra él y este gobierno, aun siendo un sacerdote desarmado, al que Semana consideró en algún momento Apóstol de la Paz? En contraste con lo anterior los católicos de a pie lo comparamos con al Padre Rafael García Herreros, la Madre Teresa de Calcuta y el Padre Alfonso Llano, S.J., que no se confiesan pacifistas, pero cuyas conductas y escritos no confunden a nadie.

Sigamos además con el CINEP, (Centro de Investigación y Educación Popular), organización de los padres jesuitas. Recomiendo el estudio de esa página para que nos demos cuenta que han publicado muchas estudios y opiniones sobre el conflicto colombiano. Por otra parte, sin saberlo con certeza, la Compañía de Jesús ha sido cuestionada, quizá injustamente, por su posible orientación. (Ver: A los 33 años del golpe de mano de Juan Pablo II a los jesuitas; Leer: LOS JESUITAS ? La Compañía de Jesús y la traición a la Iglesia católica por el ex jesuita Malachi Martin, Plaza & Janes, 1988).

Así, cuando el 27 de mayo de 2012 Ricardo Puentes Melo escribió “Francisco De Roux, ¿otro cura guerrillero?” el entonces Provincial de la Compañía, explicó sus actividades en el Magdalena medio. (Ver: Comunicado de Prensa Padre Provincial Francisco de Roux, SJ. ) También tenía protagonismo por aquella época la “Teología de la liberación” que el Papa Juan Pablo II combatió. El resultado es que se ha formado un manto de duda que permanece con algunos miembros de la organización eclesiástica.

Hoy el Padre De Roux es presidente de la CEV y el 13 de junio de 2018 dirigió una carta al Ministro de Defensa en la que hacía 40 peticiones sobre información de inteligencia para establecer la ‘verdad histórica’ de nuestro conflicto. (Ver: Carta al ministro de Defensa Nacional del Padre Francisco de Roux Rengifo) Hubo revuelo. Sin embargo, no creo que la mejor de las intenciones del Padre De Roux para establecer la ‘verdad’ de lo que ha venido ocurriendo en el conflicto colombiano y continúa ahora con el narcotráfico, el ELN, las BACRIM, las supuestas disidencias farianas, clanes y toda la delincuencia envalentonada, pueda superar la información que nos suministra el CINEP, ya que, desde las ciencias sociales, no han tenido miedo para conocer la verdad de lo que ocurre; pero tampoco han contribuido a construir esa fortaleza espiritual interior que es la verdadera solución contra el miedo de conocer la verdad que es el diagnóstico del Padre De Roux sobre el pueblo colombiano y su dirigencia.

Más bien, diría yo, el supuesto miedo es el de ciertas narrativas tendenciosas expresadas por personas de autoridad y él lo es. Es el miedo de los empresarios amenazados por Sergio Jaramillo con la generalización intimidante arriba anotada; es el miedo que afrontan muchos seres humanos al haber rechazado el Reino de Dios en la tierra que no es otra cosa que la expresión del amor y el perdón en todas sus manifestaciones. ¿Ha cumplido la iglesia católica en el siglo 20 y 21 su misión fundamental que es predicar sobre el Reino de Dios que incluye la paz verdadera de la que nos habló Jesús, pero que no es mencionada por nadie en este proceso de paz? Claro que cada quien es libre de rechazar el poco esfuerzo de la iglesia. Por eso ganan terreno las iglesias evangélicas más explícitas en el asunto.

Además, siendo Colombia, un país eminentemente católico, no podemos evitar comparar la paz de Dios con esa otra que nos viene ofreciendo Santos como una panacea política que no funciona. Tanto es así que después de haber logrado un costosísimo acuerdo de paz, esa condición se ve amenazada con “El plan para refundar las Farc” según lo presenta Semana en su última edición (1889), realidad que el gobierno quiere negar. Por lo tanto a la información de la CEV no va a ser posible ponerle un punto final.

Fui profesor del Padre Francisco de Roux en la Universidad Javeriana hace mucho rato, cuando usaba sotana y no se había ordenado. Eran esos hermosos años de la pasión por Cristo, el verdadero carisma de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía. Después vino la política. Desde luego que me supera en muchas disciplinas de orden intelectual y así debe ser. Sin embargo, en lo espiritual, yo, como cualquier pecador, oro por él para que, guiado por el Espíritu Santo tome decisiones para el bien de Colombia, no solamente en favor de su investigación académica sobre una ‘verdad histórica.’

Desde luego no me voy a inmiscuir en la conciencia del Padre De Roux. Pero en relación con su solicitud al Ministro de Defensa, como ciudadano debo hacer las siguientes observaciones. ¿Por qué el ministro dijo en un principio que no podía contestar su carta y ahora leemos que acordaron un diálogo directo?

Seguramente le echaron una mirada a las 17 páginas de la Ley Estatutaria Nº 1621 del 17 de abril de 2013, más comúnmente conocida como Ley de Inteligencia. Si lo hacemos nos daremos cuenta que el P. De Roux, sin darse cuenta, le estaba pidiendo al ministro que violara la ley al pretender que se le entregue información de inteligencia.

Si bien es cierto que según el Artículo 33, Parágrafo 1 de la ley mencionada, el Presidente de la República puede autorizar “la desclasificación total o parcial de los documentos cuando considere que el levantamiento de la reserva contribuirá al interés general y no constituirá una amenaza contra la vigencia del régimen democrático, la seguridad, o defensa nacional, ni la integridad de los medios, métodos y fuentes,” también es verdad que el Artículo 4 establece “ los LIMITES Y FINES DE LA FUNCIÓN DE INTELIGENCIA Y CONTRAINTELIGENCIA” para lo cual “en ningún caso la información de inteligencia y contrainteligencia será recolectada, procesada o diseminada por razones de género, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica, pertenencia a una organización sindical, social o de derechos humanos, o para promover los intereses de cualquier partido o movimiento político o afectar los derechos y garantías de los partidos políticos de oposición.” La petición del Padre De Roux cae dentro de este criterio de prohibición.

Además, el Parágrafo 2 del capítulo VI, dice: “El organismo de inteligencia que decida ampararse en la reserva para no suministrar una información que tenga este carácter, debe hacerlo por escrito, y por intermedio de su director, quien motivará por escrito la razonabilidad y proporcionalidad de su decisión y la fundará en esta disposición legal. En cualquier caso, frente a tales decisiones procederán los recursos y acciones legales y constitucionales del caso.”

De acuerdo con lo anterior hay una prohibición para diseminar la información requerida, además de que cualquier persona responsable de salvaguardar ese propósito TIENE que hacerlo. Por lo tanto Santos no puede ordenar que a la carta del Padre De Roux se le dé tratamiento ‘positivo’ porque este no es un asunto de actitud, sino de leyes y seguridad nacional.

Si el Ministro de Defensa quiere hacerlo tendría que afrontar la posible negativa legal de los miembros de la Junta de Inteligencia Conjunta (JIC) porque ni el Presidente ni el Ministro se mandan solos; no son el estado como se lo creía el rey Luis XIV de Francia. Le recomendaría al Padre De Roux que hablara con los integrantes de la JIC, en conjunto, a ver qué pasa. Estas personas son:

1. El Ministro de Defensa Nacional
2. El Alto Asesor para la seguridad nacional o quien delegue la presidencia.
3. El Viceministro de Defensa
4. El Jefe de Inteligencia Conjunta en representación del Comandante General de las FF.MM.
5. El Jefe de Inteligencia del Ejército Nacional
6. El Jefe de Inteligencia de la Armada
7. El Jefe de Inteligencia de la Fuerza Aérea
8. El Director de Inteligencia de la Policía
9. El Director de la UIAF
10. El Director de cualquier otro organismo de inteligencia y contrainteligencia facultados por Ley para llevar a cabo tales actividades.
Por otra parte, la ‘promesa’ del P. De Roux de que esa información no la utilizaría para promover alguna judicialización, no viene al caso, porque el Artículo 35 dice que ese material no tiene valor probatorio, pero “su contenido podrá constituir criterio orientador durante la indagación.” Y nadie garantiza qué uso se le puede dar a ese ‘criterio orientador.’

Además, en su entrevista con Yamid Amat “Militares, guerrilleros y ‘paras’ aceptan entregar documentos reservados para asegurar la paz”, el P. De Roux afirma: “Es el mandato que tiene de allegar información. Textualmente, el artículo 15 del decreto 588 del año 2017, que creó la comisión, dice: “Todas las entidades del Estado presentarán su colaboración a la comisión para el cumplimiento de sus objetivos, mandatos y funciones, le brindarán toda la información que tengan a su disposición”. Y continúa: “La comisión podrá requerir de las instituciones públicas la información necesaria para el ejercicio de sus funciones, sin que pueda oponérsele reserva alguna”. Esto es de una fuerza supremamente honda y rotunda.”

Pero su afirmación no es honda ni rotunda porque el artículo 16 del mismo decreto establece : “Cuando se trate de información reservada, la CEV, en todo caso, deberá garantizar, por escrito, la reserva de la misma, el traslado de la reserva legal de la información, suscribir actas de compromiso de reserva y observar las seguridades y niveles de clasificación consagradas en la Ley Estatutaria 1621 de 2013, (arriba citada) la Ley Estatutaria 1712 de 2014, sus Decretos Reglamentarios y otras normas relevantes, sin perjuicio de las acciones penales, disciplinarias y fiscales a que haya lugar por violación de la reserva legal.” Ojo, Padre De Roux.

Dice esa Ley estatutaria en su TÍTULO III EXCEPCIONES ACCESO A LA INFORMACIÓN, Artículo 19:
Información exceptuada por daño a los intereses públicos. Es toda aquella información pública reservada, cuyo acceso podrá ser rechazado o denegado de manera motivada y por escrito en las siguientes circunstancias, siempre que dicho acceso estuviere expresamente prohibido por una norma legal o constitucional:

a) La defensa y seguridad nacional;
b) La seguridad pública;
c) Las relaciones internacionales;
d) La prevención, investigación y persecución de los delitos y las faltas disciplinarias, mientras que no se haga efectiva la medida de aseguramiento o se formule pliego de cargos, según el caso;
e) El debido proceso y la igualdad de las partes en los procesos judiciales;
f) La administración efectiva de la justicia;
g) Los derechos de la infancia y la adolescencia;
h) La estabilidad macroeconómica y financiera del país;
i) La salud pública.
Parágrafo. Se exceptúan también los documentos que contengan las opiniones o puntos de vista que formen parte del proceso deliberativo de los servidores públicos.

Ahora pregunto: ¿Será que de pronto esa información reservada que se habría vuelto pública, se volvería privada en manos de la CEV o mantendría los mismos rigores de accesibilidad? ¿Qué protocolo de seguridad ofrece el Padre de Roux para la información que se le entregue? ¿Su investidura de sacerdote jesuita o su ideología política? ¿Ha proyectado la responsabilidad de origen en caso de que a esa información se le dé un uso ilegal?

Ahora bien, imaginemos un escenario hipotético de migración de información. Entre los diferentes organismos de inteligencia del estado esta actividad se realiza cumpliendo protocolos que garantizan idoneidad y seguridad. Imaginemos también un escenario de espionaje para desarrollar estrategias y manipulaciones de trazabilidad para propósitos políticos oscuros. ¿Cuáles serían los ‘targets’ de ese espionaje político? ¿Develar secretos militares y políticos? ¿Quiénes estarían interesados si la inteligencia y contrainteligencia son el corazón de ese universo? No me cabe duda que sería ese ‘otro estado paralelo’ que nos agobia: La mafia, grupos al margen de la ley, delincuencia común, servicios de inteligencia nacionales y extranjeros, intereses particulares. (En EE.UU lo llaman ‘deep state’ y es el que está detrás de todos los ataques a Trump) El padre de Roux no pudo evitar la filtración a los medios de una simple carta. ¿Podrá responder por el secretismo de una estructura de inteligencia a su cuidado para escribir unas memorias que ya están escritas, y hacer los análisis que abundan en 75 años de conflicto? Por eso doy algunos ejemplos de riesgo en la entrega de la información de inteligencia solicitada por el Padre de Roux:

Petición 21: “Análisis internos de corrupción, infiltración, y afectación de las Fuerzas Armadas fruto de las dinámicas de narcotráfico, así como de las estrategias de inteligencia de grupos ilegalmente armados.” Como una opinión personal, el Padre de Roux asume una corrupción de las Fuerzas Armadas. ¿Es ese juicio de valor, sin ninguna prueba, una posición ética? ¿Cuánto darían las mafias por esa información? Desde luego que no involucro al P. De Roux en ese ni en ningún delito. Pero él no puede garantizar ‘el factor humano’ de las personas que lo rodean (Leer la novela de espionaje de Graham Green ‘El factor humano’)
Petición 29: “Los Kárdex (los archivos de inteligencia sobre personas u organizaciones) y las hojas de vida del personal de inteligencia y contrainteligencia.” Estamos haciendo el ridículo. ¿Qué dirán los servicios de inteligencia de otros países ante semejante petición? Si el gobierno accede, ¿será que nos volverán a confiar información sensible? ¿Cuánto pagarían los enemigos de las Fuerzas Armadas?

Petición 33: “Centros de Protección de Datos de Inteligencia y Contrainteligencia (CPD) de cada una de las fuerzas.” ¿Qué pasaría con los reclamos internacionales de parte de los países que intercambian información sensible con Colombia? Etc.

Las peticiones del Padre De Roux han dado origen a muchas protestas razonables y él ha admitido su equivocación sobre algunos pedidos, lo cual revela la inmadurez de criterio con la que se viene manejando el tal proceso de paz por parte de sus principales actores. Por lo anterior, quiero contribuir con un punto de vista que no ha tenido en cuenta el P. De Roux en relación con su petición.

Resumo de varias publicaciones sobre inteligencia y ética militar, mayormente norteamericanas, algunos puntos controversiales. En un mundo de lucha contra el terrorismo y el crimen organizado, no hay un solo servicio de inteligencia que no recurra a métodos no ortodoxos para lo que se necesita un criterio muy profesional y difícil. Por eso tales ‘servicios’ son secretos. De ahí que pretender juzgar con cartabones éticos, sin ningún entrenamiento en el campo de la inteligencia y el espionaje, una realidad que a veces no puede ser ética, solo genera una discusión política sobre la ‘trasparencia’ de esa defensa necesaria y cientos de dilemas insolubles que en últimas perjudican al estado de derecho. Muchas veces el personal de inteligencia, que toma decisiones en contra de su propia conciencia para salvaguardar la seguridad nacional, llevará el resto de la vida el peso de una soledad y desaprobación de su más íntimo sentido del bien. Por lo que no podemos caer en la trampa de suministrar información vital sobre la seguridad nacional manipulados por el absolutismo de exigencias éticas o legales carentes de contextos particulares que están presentes en los difíciles vericuetos implícitos en la defensa del estado, en la acción militar o de inteligencia. Este escenario lo explica muy bien la ética situacional.

Veamos algunos ejemplos: El estado norteamericano ha tenido que contratar las habilidades técnicas de hackers que son delincuentes. Otro ejemplo extraído de la obra del Profesor Michael Ignatieff “EL MAL MENOR ? Ética política en una era de terror.”

Supongamos que en Nueva York se ha capturado a un terrorista que tiene información vital sobre un atentado en Manhattan con una ‘bomba sucia’ que mataría muchos inocentes. ¿Sería lícito torturarlo para obtener información vital? Nuestra sensibilidad demócrata sobre los derechos humanos se opone, se resiste. Pero cuando buscamos una solución a ese dilema ético tenemos que considerar el dictamen de los expertos. Si sería lícito, siempre y cuando haya un control y supervisión, de tiempo, personas, duración, modalidad, con garantía de no repetición. Es decir, sería algo excepcional. Una guerra contra el terrorismo no es fácil; y menos cuando se confrontan todas las formas lucha que obligan casi que a una ‘conciencia excepcional’ permanente, porque un estado está maniatado por la legalidad, la moral, la ética; un terrorista no. Y un soldado o agente de inteligencia en el campo no puede someter a una junta de ética una decisión del campo de batalla real. ¿No establece eso diferentes parámetros de juzgamiento?

Por todo lo anterior, los soldados o agentes en el campo se enfrentan a dilemas éticos extremadamente difíciles durante las guerras regulares, asimétricas o conflictos armados, ya que deben tomar decisiones sobre cómo seguir las leyes de la guerra y sus reglas de enfrentamiento mientras se protegen y llevan a cabo sus misiones. Las orientaciones sobre la teoría de la guerra justa y la ética militar generalmente describen los dilemas de los soldados como desafíos éticos que los soldados y agentes pueden superar mediante el uso del proceso correcto de razonamiento ético. Sin embargo, algunos de los aparentes dilemas éticos que confrontan son en realidad dilemas éticamente insolubles que no pueden ser resueltos usando procesos de razonamiento ético. Los dilemas son éticamente insolubles cuando los involucrados no tienen suficiente conocimiento de una situación o no tienen control sobre ella para aplicar un procedimiento de decisión ética. En estas situaciones, los responsables deben adivinar el curso de la acción correcta y dejar el resultado a la suerte.

Por todo lo anterior, el tema de la ética militar y los servicios de inteligencia merece especial atención. Los militares profesionales asesorados por académicos y científicos han dedicado un esfuerzo considerable para tratar de concluir cuándo se puede dejar de lado la prohibición moral habitual contra el asesinato, por ejemplo, y otras formas de delito (engaño, robo, chantaje, seducción) a fin de lograr los objetivos establecidos para un bien mayor. A duras penas están reglamentadas las escuchas ilegales. Sin embargo, muchos de esos agentes van a dar donde el psiquiatra. Otros se suicidan, pero esas estadísticas se mantienen en silencio. No creo que eso les pase a los miembros de las Farc.

Ejemplo extraído de “Mossad ? La historia secreta” de Gordon Thomas. Esa organización le plantea a los agentes secretos casados y sus parejas, asignados al trabajo de campo, el siguiente dilema que ellos deben dilucidar con la ayuda de asesores profesionales: A lo mejor sea necesario, para obtener información para la seguridad nacional, el hacer uso de la seducción. ¿Cómo maneja la pareja esa posibilidad? Esto tiene algún sentido, ya que si en circunstancias especiales es lícito matar a alguien en salvaguarda de la seguridad nacional, robarlo, engañarlo, chantajearlo o seducirlo, sería trivial. ¿Pero qué pasa con la seducción? ¿Es trivial para el seductor y su pareja? No lo es; esa acción podría ser devastadora y destruir un matrimonio. Por ese motivo, los miembros responsables de la comunidad de inteligencia, tanto militares como civiles, deben determinar, tanto en tiempos de paz como de guerra, cuándo es apropiado dejar de lado las prohibiciones habituales para lograr los objetivos nacionales. Por lo que los expertos se plantean esta pregunta: ¿Existe una ética de la profesión de inteligencia que permita una combinación de restricción ética y eficacia de la inteligencia? ¿Juzgará la CEV de acuerdo con esa ética? Que nos la enseñen. El asunto es tan difícil que La Silla Vacía publicó “Siete retos para escuchar testimonios de la Comisión de La Verdad” con las siguientes consideraciones a tener en cuenta:

1. Generar confianza.
2. Garantizar condiciones de seguridad.
3. Entrenar equipos interdisciplinarios en herramientas de escucha.
4. Saber esperar y al mismo tiempo usar estrategias diversas para motivar a la gente a contar lo que le sucedió.
5. Cuidar los efectos que tienen los testimonios.
6. Construir empatía a partir de nuestra historia.
7. Darle un nuevo significado al silencio.

No sé si el informe final de la CEV contribuya a la aclaración de las múltiples falacias que inundan el ejercicio político en relación con el conflicto interno; o si su ‘verdad’ estará viciada de los múltiples errores de pensamiento en el que la generalización del Padre De Roux es el menor de ellos. Porque si no es así que Dios nos guarde de la JEP y la CEV, ya que con falacias no puede haber esclarecimiento.
Y para finalizar me pregunto: ¿Quién asesoraría al Padre de Roux para elaborar la carta? Para ello se necesita un conocimiento especializado de la estructura de inteligencia de las Fuerzas Armadas. ¿Habría aquí algún problema ético? ¿Se han planteado Santos el Ministro de Defensa y el Padre de Roux el dilema ético de escoger entre la verdad y la seguridad nacional de manera seria y con garantía de decisiones efectivas y justas? ¿Se han planteado los miembros de la JEP y la CEV el dilema ético de su objetividad teniendo en cuenta su sesgo político e intereses? Parece que ni se les ha ocurrido, a pesar de las múltiples advertencias; y como en la opinión pública no existe una cultura del manejo de los dilemas éticos, todo puede resultar en una interminable confrontación política que nos dejará exhaustos sin resolver nada en la presente generación. En mi humilde opinión, si no están preparados para manejar objetivamente esos dilemas, deberían renunciar. Pero eso no va a ocurrir y el conflicto seguirá porque Santos ignoró un principio fundamental de la democracia:

No negociar con terroristas cuyo argumento es simple: las democracias nunca deben ceder ante la violencia, y los terroristas nunca deben ser recompensados por usarla. Las negociaciones otorgan legitimidad a los terroristas y sus métodos socavando a los actores que han perseguido el cambio político por medios pacíficos. Las conversaciones pueden desestabilizar los sistemas políticos de los gobiernos negociadores, corromper los esfuerzos internacionales para proscribir el terrorismo y sentar un precedente peligroso. Lo estamos viendo con los múltiples cuestionamientos sobre la JEP y la CEV; la impunidad de criminales de lesa humanidad; además, ahora los delincuentes comunes se creen con derechos que no tienen. Y esa des institucionalización ha llevado a que pedir información de inteligencia sensible para la seguridad nacional sea como pedir un tinto para hablar de política.

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