EL NUEVO RETO DE LOS PARLAMENTARIOS DEL CENTRO DEMOCRÁTICO

Ayer, en una sesión de trabajo titulada ‘Cómo ser un buen mico’ mi profesor contó esta gran historia sobre nuestra aversión aprendida para cambiar. El aprendizaje tiene que ver con nuestra evolución o involución social en donde aprendemos a amar o a odiar al individuo, la familia, la ciudad, la nación, la humanidad. El gran reto es aprender a pensar y sentir no como individuo, sino como humanidad, nos decía. Y lo ilustró con el siguiente episodio.

Un científico hizo un experimento con 12 micos en una jaula. La jaula tenía un racimo de plátanos que colgaban del techo y una escalera de tijera bajo los bananos con la que los micos podrían alcanzarlos. Bastante simple, pero aquí estaba el truco: cada vez que uno de los micos se acercaba a la escalera, el científico los rociaba a TODOS con agua fría.

En la jaula bogotana los micos odian mojarse debido al frío particularmente incómodo para ellos. Por lo tanto, no pasó mucho tiempo antes de que ningún mico se acercara a la escalera, bajo ninguna circunstancia, por temor a que lo rociaran.

Una vez hubieron  renunciado a los plátanos, el científico intercambiaba uno de los micos “CAPACITADOS” por uno que nunca había sido rociado. Cuando el nuevo mico se acercaba a la escalera para llegar a los plátanos era atacado por los otros 11. No se utilizó agua en esta ocasión, pero no pasó mucho tiempo para que el NUEVO principiante supiera que acercarse a la escalera se traduciría en una paliza.

El mico entrenado fue sustituido por otro novato, quien sufrió una paliza similar cuando se acercó a la escalera. El matoneador en esta ocasión fue el siguiente: Así el novato de la segunda generación participó en la paliza del nuevo novato a pesar de que él, personalmente, nunca había sido rociado con agua.

El científico continuó remplazando micos capacitados por novatos hasta que en la jaula no quedó ninguno de los 12 micos originales. Ninguno de los micos actuales jamás ha sido rociado con agua; ninguno de ellos se ha acercado a la escalera para coger los plátanos. Y ninguno sabe por qué.

Cambiar los hábitos negativos, mediante la acción del grupo, puede llevar a cabo transformaciones increíbles. En China Mao TseTung se enfrentó a la resocialización de 70 millones de adictos y en tres años logró expulsar al narcotráfico, gracias a la presión social. Tenemos que considerar entonces que ser senador o representante no se enseña en casa, o el colegio; se aprende en el Congreso. En esta parábola cualquier similitud con los Honorables Parlamentarios es verdad. Cambiamos de senadores pero en el Congreso existe una aversión al cambio de costumbres negativas que se transmite sola mediante algo ‘sagrado’ que se llama tradición parlamentaria. Los viejos congresistas les enseñan a los nuevos, o éstos han aprendido ‘de oídas.’ Lo mismo sucede en las cárceles y en todas las organizaciones cerradas: ese es el poder del anonimato que es igual al de los vándalos enmascarados.

En las condiciones anteriores ¿Que significa tener conciencia democrática? Significa romper con los paradigmas mecánicos negativos, por lo que podríamos comenzar con la educación del Congreso. El experimento de aprendizaje condicionado con los simios para ilustrar la resocialización de desadaptados que llegaron a esa condición con el poder de lo fácil e ilícito, ayudado por el anonimato, es real. Veamos  la explicación de condiciones:

1. El científico representa a los verdaderos líderes de la sociedad que enseñan y castigan, si es necesario, para que los otros despierten. No creo que próximo Congreso con la entrada del Centro Democrático en juego, se quiera desempeñar mediante  la ineptocracia.

2. Los micos son nuestros representantes y cada uno de nosotros cuando nos ‘dormimos’ y no cumplimos con el papel que nos ha encomendado nuestro electorado.

3. El agua fría es la sanción de destitución, inhabilidad o cárcel que equivale a la vigilancia silenciosa del pueblo enseñada mediante su opinión, rechazo, votación, sanción en las redes, jueces, procuradores, organismos de control, policía; y APRENDIDA POR SUS REPRESENTANTES y por cada uno de nosotros. La lección aquí es que el premio o castigo de uno, es el de todos. ¿Cuál es la sanción de los responsables por los resultados electorales fraudulentos, por ejemplo?

4. La escalera es el poder del anonimato (facilidad, silencio, ignorancia, manipulación) que favorece el vandalismo democrático de cuello blanco o el popular.

5. Los bananos SON LAS PREBENDAS INMERECIDAS, la mermelada, la miel de los zánganos.

6. La ‘ignorancia final’ del origen de la regla de comportamiento es el poder de la socialización, buena o mala. Escogemos cambiar o no, cuando nos damos cuenta del perjuicio social o personal que causamos o padecemos. No habrá milagros. El único milagro es el poder de escoger lo bueno en libertad y con conocimiento de las consecuencias. Eso se llama facultar a las personas. (La palabra castiza en vez del neologismo innecesario ‘empoderar’ una mala traducción de ‘empower’.)

7. La corrupción comienza cuando la sociedad se duerme y no hay profesores; es decir, verdaderos líderes éticos. Hay que aprovechar y promover el despertar gracias a las redes sociales. Cuando uno se duerme, el otro lo despierta. La droga y los vicios mentales y físicos, socializados y tolerados como ‘normales,’ son abono para el terreno de la corrupción o la insensibilidad moral en relación con nuestros actos indebidos y los de los demás.

No nos dejemos engañar con el hundimiento de una reforma tramposa, el castigo de un alcalde, la sanción de un senador, la metida a la cárcel de un corrupto, la oposición al terrorismo, etc. que percibimos como el deber de ‘los otros’, facultados para ello. Hay que permanecer personalmente vigilantes y actuar con los hijos, vecinos, personajes públicos, incluso cuando notamos la intención de dolo. Si los micos aprendieron a no robarse los plátanos porque hubo sanción ¿qué mensaje de corrupción, decadencia, debilidad social, insuficiencia moral, anomalía legal, perversión de la conciencia, se trasmitiría de generación en generación si los crímenes de lesa humanidad no tienen castigo? Ese es el proceso de corrupción generacional imperdonable que podría nacer de los diálogos de La Habana contribuyendo al adormecimiento de la sensibilidad que ha hecho posible la aceptación de la violencia como algo normal. Ese adormecimiento es el que hace posible el que transitemos, sin darnos cuenta, de la DEMOCRACIA, es decir, de la intervención positiva y consciente del pueblo en el gobierno, a la aceptada autocracia parlamentaria, a la soportada tiranía del gobernante, al abuso del  líder vociferante de mentiras que insulta al que le da la gana y que nos hace dependientes de un mal que no entendemos y del que nos quejamos sin hacer nada, hasta cuando consideremos ‘normal’ que nuestro destino es ser regidos por la INEPTOCRACIA ADMINISTRATIVA O MORAL, de derecha o izquierda, como en Venezuela o Cuba, en donde los menos capaces para dirigir, son impuestos por el voto fraudulento de los menos capaces para producir; y donde los miembros de la sociedad menos propensos a sostenerse ellos mismos, o a tener éxito en la vida, son recompensados con bienes y servicios pagados con los bienes confiscados a un reducido número de productores. Es decir, los zánganos de la miel viviendo de las abejas trabajadoras.

Con el escenario anterior el deber del Centro Democrático será enseñar que la corrupción es un mal inherente a todo gobierno que no está controlado por la opinión pública a partir del ejemplo generado por sus mejores representantes como guía moral y ética del electorado.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar