El futuro de Colombia se está viendo cada vez más tenebroso, las campañas de adoctrinamiento que se inventaron el gobierno y las Farc en las que incorporaron una buena cantidad de "ingenuos", vinculados a la empresa privada y al mundo artístico, pone a la democracia una bomba de tiempo, los terroristas buscan a como dé lugar el perdón y olvido de todos los sectores que hacen vida en el país, para incursionar en la política y utilizarla como el medio adecuado de tomar el poder, el cual lograrían con la impunidad que les ofrece el presidente Santos para el llevarse las glorias de una falsa paz, sin justicia ni castigo; Si los Colombianos no reaccionan a tiempo, caerán en el abismo, por permitir la amenaza que representan estos delincuentes para la democracia y la libertad de la Nación ya que estamos seguros no entregarán todas las armas, no dejaran el lucrativo negocio del narcotráfico, ni abandonarán el crimen como lo han venido haciendo hace cincuenta años, ¿o no?.
Lo ocurrido en las elecciones presidenciales de Colombia el pasado 15 de Junio, donde el ventajismo y el fraude, compra de votos, ofertas de dinero a testigos y jurados, así como las amenazas de masacres e intimidaciones de los terroristas a los electores del Cañón de las Hermosas en el Sur del Tolima, en la Chorrera del Amazonas, en el Catatumbo de Norte de Santander, en los municipios Valle del Guamuez y San Miguel del Putumayo, en Santa Bárbara Nariño, en el municipio Argelia en el Cauca, en el municipio de Montelibano de Córdoba y en la Guajira y el Arauca, robándole el triunfo al Dr. Óscar Iván Zuluaga, forman parte de un proyecto que se proponen para anular la democracia desde la misma democracia, como está sucediendo en Venezuela, como lo hizo Mussolini en Italia, como actuaron los bolcheviques en la Rusia que derrocó el Zarismo, y como lo hacen los Castro en Cuba con elecciones fraudulentas, de manera que tenemos serias razones para cuestionar la incoherencia que significa en democracia, abrirle las puertas y darle participación a los narco-terroristas de las FARC.
Si estos logran su cometido, Colombia se contaminará de una plaga que destruira su economía y el tejido social y político, así como la justicia, las instituciones públicas, los derechos humanos, las cárceles, la moneda, y la educación, tal cual como nos sucede en Venezuela, y lo peor es que quienes militan o simpatizan o comparten sus ideas, también se contaminaran de corrupción, nuevo riquísmo, mermelada, cinismo y violación a los derechos de los demás; El presidente Santos ya está contaminado, también el Fiscal General Montealegre, algunos Senadores y representantes dirigidos por Iván Cepeda, así como todo su gabinete, el poder la ambición y el protagonismo los infectó y necesitan cura, porque cualquiera que le crea a las Farc, que firmando unos papeles o besándole los pies de rodillas al Santo niño de Atocha, ya dejaron y abandonaron sus prácticas terroristas y criminales, está contaminado, ellos tienen cincuenta años viviendo del narcotráfico, el secuestro, la vacuna, la extorción, el atraco y el crimen y no saben hacer otra cosa, por lo tanto no podemos olvidar lo que decían nuestros abuelos: "El perro que es huevero, ni que le quemen la jeta".
Corresponde entonces al pueblo Colombiano la responsabilidad de denunciar y si es preciso sacar oportunamente a esta clase política que con su pragmatismo y corrupción, están contaminando el tejido burocrático del país, la lista es grande pero afortunadamente son minoría y están marcados e identificados, el gobierno continuará desatando campañas multimillonarias para lograr el perdón de todo el país para estos irregulares, pero los Colombianos están hartos de esta sucia política manejada desde el poder central, que condena y le desata la guerra a la figura moral e intelectualmente ilustre del Dr. Álvaro Uribe, y por otro lado protege a los criminales y narcoterroristas de las Farc, ¡Que caradura es el presidente Santos, miente, y le abre las puertas de Colombia al terrorismo y la barbarie!.
