El plebiscito de Santos

El plebiscito es un procedimiento para someter a votación popular una ley o un asunto de especial importancia para un Estado.

Hay plebiscitos vinculantes o de cumplimiento obligatorio y solo consultivos. El aprobado por la Corte Constitucional el pasado 18 de julio es vinculante, obligatorio, solo para el presidente Santos, mas no para el Congreso quien quedó con la llave para revivir otra paz más sensata, si ganara el NO. 

La importancia del plebiscito aludido no lo es tanto para los colombianos como sí lo es para las Farc, porque sin una votación elevada de la ciudadanía, cercana a los diez millones de votos, no vecina de los insignificantes 4,5 millones que aprobó la Corte, carecerá de blindaje doméstico el Acuerdo Final de La Habana. Bien podría este revertirse en el futuro y juzgar a los cabecillas de las Farc, tal como sucedió en Argentina, El Salvador…

En opinión de algunos expertos, parece que no era absolutamente necesaria, indispensable, la refrendación popular de la paz de La Habana, es más una promesa de Santos. Lo mismo parece suceder con las aprobaciones del Congreso y de la Corte Constitucional.  Pero hechos recientes volvieron indispensable dicha refrendación, tal como veremos a continuación. 

Como se recuerda, la Cámara de Representantes se anticipó, en el octavo debate de su Acto Legislativo para la Paz, a aprobarle al presidente Santos facultades dictatoriales para legislar durante un año con el fin de asegurarle a las Farc el cumplimiento de sus Acuerdos de La Habana; pero eso sí, su dictadura quedó condicionada a que Santos logre la aprobación de su plebiscito. 

¿Qué posibilidades hay de ganar en el plebiscito? Muy pocas. Analicemos lo que aconteció en Gran Bretaña en su retiro de la Unión Europea. David Cameron, el amigo de Santos, se equivocó desde el inicio al convocar un referendo que las grandes mayorías no estaban pidiendo. Lo solicitaban tan solo algunos xenófobos.

Los británicos, como acertadamente opinan algunos comentaristas, fueron a las urnas desinformados, sin tener conocimientos económicos ni políticos para votar en conciencia. Esto podría repetirse por acá.  Opino, la ignorancia, las mentiras de Santos y de las Farc, el alza exagerada del costo de vida, la connivencia con el narcotráfico, el temor a que la paz de La Habana le abra las puertas a una dictadura castro-chavista… son factores de peso para votar por el NO en un plebiscito en Colombia.  

¿Y qué pasa si pierde el plebiscito? El presidente Santos, carente siempre de un Plan B para defendernos, sostiene que las Farc extenderán su guerra a las grandes ciudades. En cambio, Carlos Antonio Losada, integrante de la subcomisión para el fin del conflicto en representación de las Farc, afirmó: “la guerrilla no volverá a la guerra… pero si ganare el no, no significa que eso tenga que dar al traste con el proceso”.

Pero a los pocos días de la declaración de Losada, comenzaron a advertir importantes frentes guerrilleros de las Farc, que ellos no aceptarán la paz de La Habana.

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