“¿El poder para qué?”

El título es una pregunta que se le atribuye al conocido expresidente Darío Echandía, y nuestro filósofo de cabecera, Marañas, contestaría: “Pa ´poder”.

Esto fue lo que ocurrió en el pasado debate presidencial. El Gobierno tuvo un comportamiento “impúdico”  (descarado y deshonesto) entendiendo que pudor es sinónimo de honestidad y recato. Claro que algunos políticos avezados dirán que así es la política.

Abusó, en todas las formas posibles, del poder de que está investido; de eso no cabe la menor duda y es inútil e innecesario profundizar en este análisis porque: “Los hechos son tozudos”.  Bastaría mirar el mapa político: La costa Pacífica es de dominio de la Farc y la Costa Atlántica es el reino de la compra de votos y la mermelada, estos dos grupos nos están gobernando, hay que esperar las investigaciones de la “inquisición de las votaciones atípicas”, y punto.

Pero a pesar de ello es conveniente analizar algunos fenómenos que se presentaron, y que, aparentemente, no han sido objeto de estudio.

Surgieron una multitud de apoyos como el de los autodenominados Intelectuales. Si la definición de intelectual es: “el que se dedica al estudio y la reflexión crítica sobre la realidad y comunica sus ideas con la pretensión de influir en ella, alcanzando status de autoridad ante la opinión pública”, habría que preguntar: ¿De dónde salieron tantos? ¿Brotaron por generación espontánea?

También aparecieron algunos pactos que traen a la memoria el pacto entre Hitler y Stalin, enemigos irreconciliables, y no debe olvidarse el pacto del capitalismo con el comunismo en la segunda guerra mundial. “El fin justifica los medios”.

Otro fenómeno que se repitió es de las listas de personas apoyando al Presidente Candidato como el del Presidente Betancur y el denominado “Antioquia se moviliza por la Paz”. ¿Será casualidad de que algunos de estos apoyos se deben al hecho de tener parientes en el Gobierno?

“El que lo entendió lo entendió”.

Son incomprensibles posiciones como la de aquellos que se declaran en abierta oposición, pero que votan por el Presidente candidato. Esto constituye una aberrante falta de sindéresis y seriedad y es a la vez  irrespetuosa con la comunidad. El colmo es que tienen seguidores, lo que no debe extrañarse, teniendo en cuenta el antecedente de Petro.

Todas esas situaciones traen a la memoria la “Divina Comedia” de Dante. En su periplo por el Infierno, se encontró con el octavo círculo destinado a “Los Fraudulentos”. Este círculo tiene 10 fosas. La segunda está destinada a los Aduladores y Cortesanos. La quinta es para los que trafican con la Justicia. La sexta es para los Hipócritas, y así por el estilo.

También describe un noveno y último círculo, destinado para los Traidores, que tiene varios recintos destacándose el segundo para los Traidores a su Patria y el tercer recinto para aquellos que traicionan a sus amigos. Ciertamente Dante era un gran conocedor de las flaquezas humanas, y al respecto habría que analizar las actuaciones de muchos gobernantes y políticos colombianos.

En definitiva en el pasado certamen lectoral “Colombia no despertó”. Ojalá no lo haga cuando “ya pa que”.

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