El proceso de paz entre la fe y la razón

Del dicho al hecho hay mucho trecho. Adagio popular

En su “Crónica de un amanecer” (Semana, Edición 1782) María Jimena Duzán narra las diferentes ETAPAS DE DESCONFIANZA que se han tenido que superar en La Habana y que los ha llevado al punto de rompimiento. Eso dicen. Sin embargo, esos mismos señores que conociéndose muy bien entre ellos, desconfían, esperan, con su club de admiradores, que el país les crea, exigiéndonos una fe ciega que no merecen, ya que la fe real, la confianza, se construye, no se decreta. Por eso me dije espontáneamente: “Del dicho al hecho hay mucho trecho” cuando el 23 de junio de 2016 con ojos críticos, leía El Tiempo y observaba el ‘show’ de La Habana sobre la firma del acuerdo del cese bilateral definitivo, porque algo sobre mi dignidad se veía afectado y no sabía por qué.

Al hacerme la reflexión que me enseñó mi abuela, trataba de dilucidar no solamente las RAZONES OBJETIVAS de mis dificultades con el proceso, sino las de mis compatriotas, debido a la confrontación entre una reacción visceral en contra del engaño, promovido con bombos y platillos, y el pragmatismo ético de la conveniencia en favor de una supuesta paz. Trataba de entender desde una LÓGICA RACIONAL (porque hay una defectuosa) y no desde una POSICIÓN POLÍTICA. Encontré después una entrevista de Mario Bunge en la que propone un enfoque científico con textos útiles para el enriquecimiento de políticas públicas. Respiré; por fin veía brillar la razón para un asunto extremadamente controvertible.

En ese sentido, considero que en el adagio popular, síntesis de sabiduría para el uso diario, hay una metodología implícita que nos puede servir para entender CÓMO VAMOS CONOCIENDO PARA PASAR, CON CERTEZA, DE LO QUE DECIMOS A LO QUE DECIDIMOS. Todos lo hacemos a través de nuestros PARADIGMAS, lo que creemos o sabemos que es ‘verdad,’ en los que intervienen las emociones, percepciones, el lenguaje y la razón. Todos, las Farc, la sociedad colombiana, los científicos, hasta la Biblia comienza con afirmaciones simples: “Dios creó el mundo en seis días” que, en este caso, sería el qué. Pero lo complicado es ‘el trecho’, el camino, el cómo. Para entender ese proceso de conocimiento y maduración en relación con la paz, propongo un MODELO que he visualizado como el ‘continuum’ de una regla de cálculo en el que hay una línea entre el inicio de una actitud, o posición emocional, POSITIVA O NEGATIVA, que generalmente ocurre desde una humana ‘fe ciega’, un sueño, una aspiración, para llegar a la ‘certeza’ final, racional, sobre la paz y la culminación de lo trascendente que completa el proceso de conocimiento. Ese continuum lo han recorrido en La Habana, hasta cierto punto; pero la opinión colombiana, en su inmensa mayoría se encuentra en el COMPONENTE 1.Y como no hay un decreto que obre milagros, hay que recorrer el mismo camino.

Quizá le sirva lo que sigue al redactor de Semana (Uribe y la paz, Edición 1782) cuando dice “el expresidente Álvaro Uribe no tiene seguidores sino adoradores, y en ese mundo la fe tiene más peso que la realidad” para entender que hay diversas clases de fe, pero que es el inicio necesario de todo proceso de conocimiento; además, está implícita, como fuerza emocional insuperable, en todo logro aparentemente imposible; porque para actuar, EMPEZANDO CON LA FE Y PASANDO POR LA RAZÓN, se necesita llegar, con Dios o con los hombres, al COMPONENTE ÓPTIMO DE UNA RELACIÓN CON UNA PERSPECTIVA DE ULTIMIDADES QUE TRASCIENDE LO REAL. Sin esa convicción a la ‘mesa’ que sea le faltará una pata.

Estos son los enunciados del modelo “Cómo conocemos y actuamos” aplicado al proceso de paz. COMPONENTE NEGATIVO. 1: La paz con el otro, como sueño, aspiración es equivalente a LA CIEGA FE HUMANA, por lo tanto le doy un valor matemático de -10, es decir, imposible de realizar. (Lea los siguientes componentes de la misma manera, refiriéndose a la probabilidad de la paz.) COMPONENTE MENOS NEGATIVO 2: → -5, improbable. COMPONENTE EQUILIBRADO 3: → 0, posible. COMPONENTE POSITIVO 4: +5, probable de realizar (Área de la fe racional, creencia, esperanza). COMPONENTE 5: → COMPONENTE ÓPTIMO +10, lo Real Constatable (Área de la certeza suministrada por el conocimiento y la comprobación racional de la prueba que nos da libertad para decidir sin sentimientos de culpa). → COMPONENTE 6. + 100%. Aquí la certeza de la realización /no realización de algo, hace parte de un significado más amplio y COLMADOR. (Área de la fe sobrenatural como don de Dios para conocerlo: el mundo de la REVELACIÓN, LA FE VERDADERA, LO MILAGROSO, la iluminación sobre un tema, diferente a la ciega fe humana o la racional. Esta última realidad da origen a otro paradigma, el de los teólogos, místicos, profetas, SABIOS, científicos de la Percepción Extra Sensorial, todo lo cual, como sabemos, puede ser falsificado, al igual que todo el proceso humano que lo antecede; por lo que el origen del mal, hasta donde lo podemos percibir, RACIONALMENTE, es la mentira.)

Ahora bien, ¿Con qué habilidades o conocimientos utilizamos el modelo? Comenzamos con el mejor uso humano e intuitivo de nuestras emociones y percepciones en la infancia y niñez, el afinamiento permanente del lenguaje, con el dominio irrenunciable de la razón y finalmente con la humildad de pedir a Dios su ayuda para aquello que no podemos conocer, ni dominar. Pedimos la verdadera fe, que no depende de nosotros, porque es un DON, un regalo PARA REALIZARNOS COMO SERES HUMANOS Y TRASCENDER.

Podríamos decir entonces que EN ESTE PARADIGMA DE CONOCIMIENTO Y ACCIÓN una persona VERDADERAMENTE EDUCADA, NO NECESARIAMENTE REALIZADA, es aquella que sabe cuándo algo ha sido demostrado con pruebas irrefutables. La pregunta es entonces: ¿ESTAMOS VERDADERAMENTE EDUCADOS SOBRE O PARA LA PAZ?

De esa manera el camino de experiencia vital que recorremos desde nuestra infancia, o el inicio de una profesión, va desde los peligros y comodidades de la credulidad complaciente con el grupo o rebaño, el dueño del periódico, el Presidente, la credulidad primitiva del indoctrinado o fanático, el escepticismo vertical de unos y otros, los negacionistas, que son los escenarios psíquicos o mentales aprovechados por los que manejarían el populismo, aprovechando el bajo desarrollo cognitivo de un país, una persona, o la poca experiencia profesional de un iluso. Así, después de un esfuerzo grande de información y análisis podemos quizá finalizar en la libertad de la razón objetiva, propuesta por la ciencia, que debería ser la línea de apoyo en la que pivota la ‘orientación democrática’ de los medios y gobiernos, pero que solo disfrutan los miembros de una élite especializada. Y ya que esto es así, intento acogerme al deseo de Mario Bunge presentando, en términos de valores y probabilidades matemáticas, EL MODELO DE COMPRENSIÓN Y ACCIÓN ARRIBA MENCIONADO sobre la posibilidad de acceder o no, a una PAZ REAL, NO NECESARIAMENTE REALIZADORA DEL SER HUMANO.

Sin embargo, debido a la manipulación populista en torno a una decisión sobre las Farc, el proceso de conocimiento SOBRE LA PAZ se pretende simplificar con un SÍ o un N0 plebiscitario, irrespetando la DIGNIDAD DELA LUCHA EXISTENCIAL ANTE UNA DECISIÓN CRUCIAL que cada quien debe resolver, de una manera forzada o libre, según sus capacidades limitadas o enriquecidas por una educación adecuada sobre el pensamiento crítico. Ahora bien, en un ejercicio de conocimiento serio ¿Qué descubriríamos si aplicáramos el modelo? Un ejemplo reciente lo suministraría el contraste de los textos de los discursos de Santos y Timochenko, y el estudio de sus actuaciones. Yo descubrí cómo se proyectan las mentes de cada uno; es decir, lo que dicen y hacen, basados en sus miedos y esperanzas, y no en evidencias racionales sobre la paz. Concluí que llegan, en algunos aspectos, a una probabilidad sobre la paz, no al componente óptimo que la hace sostenible. Usted, querido lector, seguramente tendrá otros aportes. Veamos.

De entrada en el discurso, la mente de Santos se proyecta en el COMPONENTE 4: “Lograr este acuerdo nos llena de fe y esperanza”. La de Timochenko se proyecta en el COMPONENTE 1: Fe ciega en el Comandante Eterno: Chávez; en el adoctrinamiento de que es ‘revolucionario con el objetivo de cambiar un régimen.” Tenemos entonces enfrentados, ‘como proyección mental’ de inicio, que creo que será permanente: FE Y ESPERANZA VS OBJETIVOS REVOLUCIONARIOS. ES DECIR, EL ESPÍRITU Y ESTILO DEL POSTCONFLICTO. Santos retrocede al COMPONENTE 2, recordando lo improbable: “intentos de paz” “nos acostumbramos al horror de la guerra” y oscila entre el 4 y el 2. Timochenko salta al COMPONENTE 4, refiriéndose a los significados positivos del ‘acuerdo’; pero regresa al 1 recordando los muertos, la sangre, la devastación, para pasar luego al COMPONENTE 3, lo posible, la especulación, la duda: “Ni el estado ni las Farc han sido vencidos.” Esta es la FLECHA ESTRATÉGICA PLANEADA CONTRA EL CORAZÓN DE LA ESPERANZA. Ni Santos, ni la opinión, captan el terrible mensaje subliminal, porque se centran en la esperanza. Santos “Ve alejarse la guerra”, no está seguro. Y el populismo, para vender, hace caer a El Tiempo en la trampa, pues titula el discurso de Timochenko: “Este es el último día de la guerra,” que no lo es, pero de lo que él sí está seguro, pues ha ganado SU batalla de aceptación de su beligerancia política como terrorista, al estar en igualdad de condiciones de negociación con el Estado. Y vuelve Timochenko al COMPONENTE 1 amenazando a la oposición y desestimulando a la opinión con: “la nación colombiana dará la espalda a quienes la siguen convidando al holocausto.”

Gustavo Álvarez Gardeazábal y Saúl Hernández Bolívar, mentes alertas, en sus columnas “Un párrafo peligroso” y “A las buenas o a las malas” han caído en cuenta de la AMENAZA EXPLÍCITA que contiene el acuerdo habanero cuando dicen: “luchar contra las organizaciones criminales (…) que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz y la refrendación”; “la persecución de las conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz.” Como ya existe una franja de opinión catalogada por el Presidente como ‘enemiga de la paz’, ¿será que Santos definirá qué significa conducta, implementación, construcción, paz? ¿Cómo aplicarán los parrafitos? Al Ejército lo reduce Timochenko a la vigilancia de fronteras y a que se vuelva ‘colaborador’ de las Farc. Finalmente Santos se concentra en lo que HARÁ, LAS VERIFICACIONES DE LA ONU, que pueden generar una ESPERANZA RACIONAL. Pero en ninguno de los dos discursos, ni en las actuaciones de estos dos personajes, ni en los mejores comentarios en favor de la paz, observo las PRUEBAS Y EVIDENCIAS RACIONALES que transmitan UNA PERCEPCIÓN DE QUE ESTAMOS EN CAPACIDAD ÓPTIMA DE LOGRAR UNA PAZ REAL.

En este momento la paz es el CORAZÓN ANHELANTE, PERO AVERIADO DE COLOMBIA. Se trata de someterlo a una alta cirugía para la reparación o remplazo de, digamos como alegoría, la válvula mitral para que el corazón funcione bien. Antes de la cirugía, al paciente se le ha sometido a anestesia general; el equivalente político son todas las patrañas para que usted no pueda pensar, ni sentir, ni patalear y deje hacer la ‘operación’. Luego, el cirujano separará el esternón para poder ver el corazón; es decir, ver cómo está lo de La Habana, cómo puede manejarlo. El corazón se detiene mientras la circulación se conecta a una máquina extra corporal. En La Habana los que ‘piensan’ son ajenos al corazón del pueblo. Se corta el corazón para reparar o remplazar ‘la válvula’. Aquí se ha causado una herida en el sistema democrático reparando o remplazando el sistema de justicia, la constitución y muchas otras cosas, para que ‘algo’ funcione (las conveniencias de las Farc); no necesariamente el corazón de la paz. Entonces se le da el impulso para que supuestamente el corazón reparado empiece a funcionar. Debido a la pericia del jefe del equipo se pueden evitar riesgos; perola convalecencia del paciente real, el país, será dolorosa y, de acuerdo con las conductas del paciente y otras variables, puede ser incierta en su resultado sostenible. Creo que necesitamos una ayuda que no depende de esta dimensión humana.

Por ese motivo, desde el mundo de las evidencias contundentes de lo humano, constatamos que Germán Vargas Lleras dice: “Ojalá cumplan.” El redactor de Semana que se burlaba de la ‘fe’ de los ‘adoradores’ uribistas, cree que ‘su grupo’ (Semana) está firme en una sólida razón sobre la paz, pero en la misma revista pregunta en la edición 1781: “¿Cómo será la arquitectura de la paz?” Y comienza su propia respuesta con: “Si todo se cumple como está en el papel, (duda hipotética) ¡EN EL 2027 ESTE PAÍS SERÁ OTRO POR CUENTA DEL PROCESO DE PAZ! (Sofisma de distracción basado en el incierto y desconocido futuro. ¡Plof! Como diría Condorito. ) Pregunto: ¿En dónde está el ‘milagro’ de los adoradores de la paz? ¿Se olvidan estos Príncipes de la Fe Ciega que su amigo ‘Timo- Chenko’ les advierte que ‘a este moño le falta todavía mucho pelo’? Y el Gran Maestro de los Adoradores de la Paz, el editorialista oficial de los domingos de El Tiempo afirma en “La última etapa” (06.26.16): “no hay duda de que la paz traerá mejores tiempos a Colombia, PERO IDEALIZARLOS (fe ciega) puede generar un efecto bumerán.” ¿En qué quedamos con la paz, entonces? Mi conclusión es que Uribe, defensor de una paz razonable en la que no haya impunidad, no puede DUDAR SOBRE LA PAZ; pero los ADORADORES OFICIALES DE LA SECTA PACÍFICA ¡SÍ PUEDEN HACERLO! Esos procesos de pensamiento son los que un cirujano responsable debe prever sobre los RIESGOS de toda operación de alta cirugía. Pero aquí jugamos a ser dioses, operar sin los elementos RACIONALES necesarios, solamente con el deseo y sin las reglas de ‘asepsia MENTAL’.

Por otra parte, en una sociedad del primer mundo, supuestamente más madura que la colombiana, ahora van a buscar las soluciones que conocían de antemano para mitigar el Brexit porque por fin aceptaron claramente LA REALIDAD, lo que la razón les había estado diciendo: SEÑORES INGLESES: USTEDES RENUNCIARON A SU SOBERANÍA EN NOMBRE DE UNA UNIÓN, UN PROYECTO SOCIALISTA, Y SE HAN ENCONTRADO CON UN SUPERGOBIERNO BUROCRÁTICO QUE NO LOS HA UNIDO, SINO ESCLAVIZADO. ¿Por qué ocurre lo anterior? Porque no nos damos cuenta que, como todo, nuestra manera de conocer Y ACTUAR enfrenta, permanentemente un dilema: Si no somos conscientes y cuidadosos, esta capacidad tiene dos alternativas: Evolucionar hacia la liberación racional o involucionar hacia el fanatismo en todas las actividades humanas, incluida la política.

La evolución normal es que CONOZCAMOS mediante el mejor uso intuitivo del lenguaje, la percepción, la razón y la emoción, aplicadas al campo del conocimiento que cubre todas las actividades del ser humano y la complejidad del universo que él interpreta; en nuestro caso sería, la LEGÍTIMA ASPIRACIÓN A UNA CERTEZA REAL DE LA PAZ. Sin embargo, como la tarea es difícil, muchos quieren la CÓMODA GARANTÍA DEL OTRO de que eso será así. ‘El otro’ dice que se compromete, pero lo que dice y hace no es creíble.

¿Cuál es el mensaje? Creo que en Colombia estamos confrontando, con el Presidente Santos y las Farc, la lección de saber si NOSOTROS, al igual que nuestros dirigentes o voceros, ESTAMOS APRENDIENDO A IDENTIFICAR Y ASUMIR LAS REPONSABILIDADES DE NUESTRAS DECISIONES, porque es muy fácil EXHIBIR el poder para decidir, pero es muy difícil ASUMIR TODAS LAS CONSECUENCIAS NEGATIVAS de la decisión que tomemos. Lo vimos en Medellín, en el Foro Mundial de Economía, y en Londres; lo vemos con el ‘club de garantes’ de Cuba que hablan lindo, pero al final le dicen a las Farc y al Gobierno: No la embarren, porque ‘los garantes’ no asumen nada. También lo vemos con Cameron, amigo de Santos, quien propuso el referendo, así como Santos propuso la paz, pero al ver que podrían perder, amenazan: “Si saltas del avión, no puedes volver a entrar” dice el Primer Ministro inglés; lo de Santos es harto conocido. Cameron tuvo la dignidad de renunciar al asumir su equivocación. Por ese motivo, en el caso que nos ocupa sobre LA CREDIBIIDAD DEL PROCESO DE PAZ, ya ilustré los riesgos de reparar o crear UNA CONFIANZA INEXISTENTE ENTRE LAS FARC Y LA SOCIEDAD COLOMBIANA con el símil de una cirugía cardíaca para reparar el corazón de la paz. Ahora les propongo otro, a las Farc y al gobierno, con una pregunta basada en otra alegoría, para que entendamos el meollo de las dificultades, del ‘ trecho’ del camino, utilizando una experiencia muy DEL GUSTO DE AMBAS PARTES: LA BANCA. ¿Tienen ustedes la capacidad real de construir EL BANCO DE LA PAZ? Veamos.

El ‘banco’ es obviamente un símbolo financiero sobre el manejo de la ética, porque al estar los símbolos políticos desprestigiados, dificultan la COMPRENSIÓN DEL ALMA DEL PROCESO DE PAZ, que no es un acuerdo. Ese banco debe tener fondos de credibilidad con la capacidad de INTERCAMBIAR UNA MONEDA LEGÍTIMA en el MERCADO DE LA CONFIANZA CIUDADANA. Esa moneda tiene dos valores: el intrínseco y el de intercambio. Para comprender el valor intrínseco de esa moneda lo comparo con el ‘oro.’ Ese ‘metal’ sería equivalente a los valores éticos y morales de cada pieza de intercambio; vale decir, LA INTENCIÓN REAL de cada decisión en pro de la paz; EL JUEGO LIMPIO, es decir, valores ciertos, legítimos que ayudan a la ciudadanía, no a los intereses políticos. El valor de intercambio de esa moneda estaría conformado por ‘el valor de necesidad’ que tiene en ‘el mercado de la paz’, en el que la justicia es un activo circulante tan valioso como la felicidad o la verdad. Este mercado no está regido por valores mayores o menores, sino por valores necesarios y complementarios.' Parar un baño de sangre’ no es solamente un valor mayor o menor que el de justicia por el que se le deba otorgar un mayor valor de intercambio en el mercado político y conveniente de la paz, sino que es una necesidad en el mercado real de la convivencia; de lo que se deriva que ‘política y convivencia pacífica’ no pueden estar separadas. De no tenerse en cuenta esa dimensión del mercado, tendríamos entonces ‘la desconfianza’ en los negocios de la convivencia pacífica, porque tendríamos circulantes chimbos que no se ganaron el ‘derecho de circular’; es decir, no pagaron el valor que todos pagamos o respaldamos para vivir en una sociedad democrática: cumplir con la ley, tener ‘fondos’ morales y éticos. En la política del proceso de paz la pretensión que estamos viendo se denomina IMPUNIDAD CONSENTIDA, y ese circulante es tan peligroso para una comunidad como lo son para una economía LOS BILLETES FALSOS, O LA MERMELADA INMERECIDA.

El ‘Banco de la Paz’ no existe en el momento. Solamente ‘conocemos’ de nombre a sus potenciales accionistas. Pero si les vamos a confiar los fondos del negocio de nuestra vida, debemos conocerlos mejor, develando sus pretensiones. El ‘billete’ de mayor necesidad de la paz se llama “Certeza basada en evidencia racional de credibilidad sobre la paz.” Nadie lo quiere porque ‘manejarlo, intercambiarlo’ es un encarte como los nuevos billetes de cien mil. Los ‘negociadores’ pretenden ponerlo a circular y nuestro ‘detector’ de billetes falsos analiza su ‘lenguaje’ que nos permite conocer a las personas; buscamos entender cómo nuestra percepción puede ser engañada; procuramos procesar ‘sus’ razones y las ‘nuestras’ contra la experiencia histórica de acuerdos como patrañas políticas, y estamos pendientes de no tomar decisiones mediante las emociones de simpatía o antipatía política o personal, ni dejar que ellos tampoco se refieran a nosotros, nos juzguen o tomen decisiones de acuerdo con su prejuicios.

Con ese ‘detector’ examinamos cuántos de esos billetes legítimos tienen las Farc o Santos en su ‘fondos’, y tratamos de entender por qué existe UNA FUNCIÓN SUBLIMINAL DEL PROCESO cuyo papel no ha sido detectado en el negocio del mercado de la paz: el FONDO DE GARANTÍAS, ACOMPAÑAMIENTOS Y OBSERVADORES ESPECIALES, con dos dictadores a bordo, cuyo papel es aportarle AUTORIDAD MORAL Y POLÍTICA al proceso con base en SU CREDIBILIDAD, pero sin capacidad de trasmitirles a las Farc o a Santos, su liderazgo ético o moral, cuya esencia intrínseca es el respeto por los otros, la obediencia a la ley, la humildad para asumir los reveses de sus decisiones. Nuestra tarea, por ahora, ha sido examinar el primer billete chimbo: el discurso de Timochenko y su letra menuda.

Frente a esa realidad apabullante de componendas políticas, si no queremos que el ‘Banco de la Paz’ quiebre, debe ser permanentemente auditado mediante preguntas simples que no nos quiten el PODER de conocer. Si conocemos mediante el lenguaje, no toleremos la mentira mediática ni política; si conocemos mediante la razón, no toleremos los razonamientos chimbos; si conocemos mediante la emoción, señalemos el populismo del gobernante que manipula las emociones; si conocemos mediante la percepción, expongamos la manipulación de medios. Y hagamos preguntas éticas sobre el manejo del ‘banco’, analizando las decisiones y ejecuciones de Santos sobre sus deberes como presidente frente al primer billete chimbo de Timochenko y los problemas planteados por el postconflicto. Veamos algunas preguntas basadas en que los socios del proceso de paz son: Farc, Gobierno, Ejército, Comunidad Empresarial, rama judicial, oenegés, Fiscalía, Congreso, oposición, opinión pública.

1. Si uno de los socios de los que apoyan o critican al gobierno y las Farc no cumple con lo pactado, ¿Deben Santos y las Farc admitirlo, reconocerlo, y hacer infelices a los otros socios, o no decir nada y engañarlos? ¿O aplicarán sus denuncias solo a la oposición? ¿Cumplirán Santos y las Farc esa regla con la opinión pública, socia del proceso de paz? ¿Lo cumplirán en el postconflicto?

2 Para los medios. Si tienen EVIDENCIAS Y PRUEBAS CONCRETAS de la falta de credibilidad ética de TODOS los socios que pueden poner en peligro el proceso de paz pero reciben instrucciones de su empleador de que para que el proceso de paz sobreviva solamente pueden sacrificar a un chivo expiatorio ¿A cuál sacrificarán, o se lo seguirán achacando todo a la oposición?

3. En su discurso dice Timochenko: “No es cierto que no existan dineros para la paz (¿Por qué desmiente con tanta seguridad? ¿Sabe algo que no sepa Min hacienda o la opinión pública?) Ni que todo tenga que ser ayuda internacional; basta con cambiar prioridades.” (Léase: cambiar rubros en el presupuesto y recortar el de defensa.) La posible aclaración de lo que dice el guerrillero está en el artículo de Semana “¿Cómo será la arquitectura de la paz?” El redactor dice que hay casi 1,3 billones para “zonas muy influenciadas por las Farc.” (¿Cómo será el control del dinero en esas regiones?) PERO para la parte esencial, la llamada ALISTAMIENTO no se sabe de dónde saldrá la plata. Por otra parte, en su columna “A las buenas o a las malas” Saúl Hernández Bolívar presenta pruebas en contrario con evidencias de fuentes muy serias. Vemos con este ejemplo que la INCONGRUENCIA circula libremente en la comunicación del proceso porque no hay un parámetro de conocimiento que oriente, ya que no existe un escenario de racionalidad óptima. Frente a ese escenario ¿Se puede utilizar el ‘todo vale’ engañando a la opinión y empresarios con amenazas de guerra que justificarían impuestos, porque igualmente se necesitarán para el llamado alistamiento? Esta es la misma lógica terrorista de amenazar con ejecutar rehenes, si no se accede a sus caprichos o demandas.

Los anteriores son conflictos éticos en el campo del deber que no se pueden resolver con una moral absolutista y que se dificultan más, si no cuentan con un comunicador eficaz de las dificultades del dilema; y la cuestión se vuelve más insoluble cuando los comunicadores son cínicos (Farc); creen que su cargo no los obliga a dar explicaciones (Presidente); o están interesados en vender la mejor noticia (medios). Acciones que claramente surgen de una fe ciega y torcida en la legalidad o necesidad de sus actos. Si tenemos en cuenta que la paz se debe impulsar con una fe racional, pero se debe decidir con la honestidad vertical de la razón y sus pruebas, yo le diría a Santos: “Nada está decidido hasta que todo sea impecablemente razonable y ético.” Su engaño lo expuse el 11 de enero de 2016 en mi columna “Las complicaciones de: ‘Nada está acordado hasta que todo esté acordado.”

En el campo de lo humano, el sentido pragmático de debatirnos entre la fe humana y la razón, en esto que se ha venido a llamar proceso de paz, ha sido ciertamente como caminar entre brasas y puntillas invisibles, porque, como en muchas cosas del Siglo XXI, en la mesa de los diálogos está vacía la silla del Gran Ausente. Pero todos se creen dueños de Su legado, la Paz Verdadera.

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