El reloj

Según el reloj de la Universidad de Chicago, que marca el riesgo global, estamos a solo 3 minutos de una potencial catástrofe.

El reloj que marca el riesgo global fue adelantado dos minutos la semana que pasó. Fue fundado por el Boletín de Científicos Atómicos, de la Universidad de Chicago, y ahora quedó a tan solo tres minutos de la medianoche: el final.

Existe desde 1947, cuando la humanidad estuvo cerca del fin por una conflagración entre países. Desde entonces, se ha movido 18 veces. La última, en 1984, cuando las potencias de Estados Unidos y Rusia se mostraron sus armas nucleares. En 1991, cuando se avecinaba la primera cumbre mundial sobre la crisis ambiental, en Río de Janeiro, estaba a 17 minutos del fin.

El consejo científico de esta asociación cuenta con un grupo asesor conformado por quienes han sido galardonados con el Premio Nobel, y hay también científicos de la valía de Stephen Hawking y Leon Lederman. Pues bien, ha sido este grupo de asesores el que ha considerado oportuno publicar los motivos que tuvo para adelantar los dos minutos. A saber: en el año 2015 existen tres evidencias que representan amenazas para la continuidad de la vida humana sobre el planeta: el cambio climático sin control, la modernización global de las armas nucleares y los poderosos arsenales atómicos que han venido acumulando las potencias del mundo. Tomaron nota los científicos de que el año 2014 fue el más caluroso desde que se tienen registros de temperaturas promedio globales, es decir, desde 1880. Tuvieron en cuenta también que 9 de los 10 años más calientes de la historia reciente ocurrieron desde el año 2000. Y, por supuesto, que “los líderes mundiales no han actuado con la velocidad y la escala necesarias para proteger a los ciudadanos de una potencial catástrofe”.

Esto último ya no sorprende a nadie. El actual liderazgo del mundo consiste en conducir a la humanidad, que los eligió como sus representantes, hacia un abismo inédito. Quienes van al comando del tren suicida le imprimen toda la velocidad que alcanzan sus ímpetus de liderazgo, y muchos de los pasajeros ignoran el destino final. Todo indica que el reloj de Chicago se tendrá que volver a adelantar antes del 2055, como ya lo vaticinó el científico noruego Jørgen Randers, en libro recientemente publicado. Mientras tanto, EE. UU. invierte 355.000 millones de dólares para modernizar su arsenal atómico, y Japón anuncia que le hacen falta cuarenta años para terminar de desmantelar Fukushima.

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