El voto latino en el 2016

La decisión de un tribunal federal de apelaciones de Nueva Orleans de mantener la suspensión del decreto ejecutivo del presidente Barack Obama que ordenaba detener las deportaciones de más 4 millones de inmigrantes indocumentados, fue interpretada en los medios como un importante revés para las políticas de inmigración de la Casa Blanca. Pero, políticamente, será un regalo del cielo para los demócratas en las elecciones del 2016.

A corto plazo, la decisión del tribunal federal de apelaciones fue una victoria para Texas y otros 25 estados que habían desafiado el decreto ejecutivo de Obama del 2014, conocida por sus siglas DAPA, que ordenaba detener las deportaciones de millones de inmigrantes indocumentados, y permitirles trabajar hasta que regularizaran su situación.

Ahora, tanto los defensores como los críticos de Obama coinciden en que su decreto ejecutivo de detener las deportaciones no entrará en efecto en el corto plazo. Obama tiene que elegir entre enviar el caso de regreso a la corte de apelaciones, o ir a la Corte Suprema.

Casi todos los aspirantes a la candidatura republicana para las elecciones del 2016 están apoyando la decisión de la corte federal contra la orden ejecutiva de Obama, y — una vez más — se están cavando su propia fosa para las elecciones del 2016. De hecho, la decisión de la corte federal le dará nueva munición a los demócratas para describir a los republicanos como el partido “antiinmigración” y “antihispano”.

Ya está sucediendo. Solo horas después de que el tribunal de apelaciones emitió su fallo el martes, America's Voice, un grupo que apoya la reforma migratoria y la orden ejecutiva DAPA de Obama, envió un correo electrónico masivo instando a sus partidarios a luchar en contra de la “actual demanda legal republicana” contra el DAPA.

“El hecho de que los republicanos en todos sus niveles están haciendo todo lo posible para detener el alivio migratorio que millones de familias están esperando no va a ser olvidado o perdonado pronto,” escribió el director de America's Voice, Frank Sharry.

Señalando que dos aspirantes republicanos — Chris Christie de Nueva Jersey y Scott Walker de Wisconsin — están entre los gobernadores que están apoyando desafíos legales de sus estados contra DAPA, Sharry añadió: “Por favor, únase a nosotros para exigir que el gobernador Christie y el gobernador Walker terminen sus ataques a nuestra comunidad.”

El ex gobernador de Florida, Jeb Bush, el más moderado en materia de inmigración entre los principales aspirantes republicanos, y los senadores Marco Rubio y Ted Cruz también han criticado la acción ejecutiva DAPA de Obama. Cruz, quien nació en Canadá, ha dicho que una de sus primeras acciones como presidente sería eliminar la acción ejecutiva de Obama sobre la inmigración.

Y entre los republicanos en el Congreso, la retórica antiinmigración está alcanzando nuevos límites. El congresista republicano Dave Brat comparó recientemente a los llamados “Soñadores” — los jóvenes indocumentados que fueron traídos al país cuando eran niños, y que se han criado aquí — con los terroristas de ISIS.

Todo esto debe ser música para los oídos de Hillary Clinton y otros posibles aspirantes presidenciales demócratas. Cuanto más larga sea la controversia sobre DAPA, más fácil será para los demócratas ganar nuevamente el voto hispano en forma masiva en el 2016.

Mi opinión: el Partido Republicano no aprende de sus errores. Perdieron las elecciones del 2012 porque su candidato Mitt Romney ahuyentó a los votantes hispanos para ganar el apoyo de la extrema derecha antiinmigración de su partido en las primarias, y no pudo reconquistar la confianza de los votantes latinos en las elecciones presidenciales.

Varios estrategas electorales de Romney pensaban que podían ganar sin el voto hispano mediante una votación masiva de hombres anglosajones, cristianos conservadores y otros grupos no latinos. Parece que los republicanos van a cometer el mismo error en el 2016, con el agregado que con la economía de Estados Unidos en alza, y con la caída en la migración ilegal, se les hará aún más difícil reemplazar el voto latino con votos antiinmigrantes.

La mayoría de los encuestadores coinciden en que los republicanos necesitarán entre 40 por ciento y el 44 por ciento del voto latino para ganar la Casa Blanca en el 2016. La última vez que los republicanos ganaron la Casa Blanca, en el 2004, el ex presidente George W. Bush obtuvo el 44 por ciento del voto latino. Romney obtuvo solo el 27 por ciento del voto hispano en las elecciones del 2012.

Por más español que hablen Jeb Bush y Rubio, o por más sombreros mexicanos que se pongan durante la campaña — si alguno de ellos gana la candidatura republicana — su oposición al decreto ejecutivo de Obama les costará caro en el 2016. Hillary puede relajarse: el nuevo veredicto de la corte de apelaciones será una gran bendición para su campaña.

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