¿Elección entre el me gusta / no me gusta?

"Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo". Abraham Lincoln

Cuando he oído hablar de elecciones los expertos dicen que la gente vota con la emoción y equiparan la decisión con un sencillo “me gusta / no me gusta” como en las redes. Llegar a ser el candidato del gusto de las mayorías es el reto o el misterio para unos directores de campaña, el problema para otros. Mientras que muchos se dedican, más bien, a amplificar el ‘no me gusta’ del contrincante. Sin embargo, para la gente pensante lo anterior sería un problema de mercadeo político, en el que se ha convertido, desafortunadamente, la democracia; y no un problema de polarización y violencia como lo quieren mantener los interesados que no saben llamar la atención de otra manera. Ahora bien, el sano mercado compite con ofertas racionales; el falso mercado con engaños sobre todo lo habido y por haber: política, libros, carros, personas, etc.

Por otra parte, la religión se salva del esquema, pero existe, como en todo, la tentación. A pesar de eso se la asume con esperanza y confianza. Y debido a que los ‘componentes’ de la religión son tan efectivos, muchos convierten una actividad mundana, el fútbol por ejemplo, en religión. Por ese motivo, yo creo, sociológicamente hablando, que el Centro Democrático es COMO una religión que infunde ESPERANZA Y CONFIANZA RACIONAL para una gran mayoría; por eso me gusta. No es sino repasar de RCN el video Los logros del gobierno de Álvaro Uribe – YouTube para constatar con documento visual lo que digo. Por lo que no debemos confundir lo anterior con una ‘religión’ revelada. De ahí que los antiuribista se devanan los sesos para detener a Uribe, DE CUALQUIER MANERA, no dándose cuenta que es un resultado natural de la sociología y no de la estupidez, ni del fanatismo; es un asunto de simpatías y respeto natural de quienes lo admiramos, de cerebro para escoger lo mejor, y de agallas para defender la escogencia. No entienden esos señores que uno no escoge un Mercedes Benz porque odie un vehículo limitado del Siglo 19. Siguen, por ello, aplicando fórmulas estúpidas cuando deberían estudiar ciencias sociales y la mecánica de las simpatías humanas. Por ese motivo a sus candidatos no les es fácil llegar al ‘me gusta,’ sin poder provocar el ‘no me gusta’ contra Uribe.

Algo de eso le pasó a Hillary Rodham Clinton quien se fajó un libro de 469 páginas, Qué pasó, para desentrañar un problema de mercadeo político. Su marido le dijo: “Puedes perder”, ella respondió “Lo sé”; ambos sabían por qué, pero no lo admitieron porque eran parte del ‘establishment’ contra el que votó la gente por lo que finalmente el mercado les dijo: “No me gusta.” Pero como son ‘ateos’ no le creyeron al nuevo ‘dios’ de la religión del mercado, sencillamente porque desconocen el mercado de las personas que es diferente al de los productos. Y no exagero, religión viene de ‘religare’, unir. ¿Pero… por qué votan o no votan las personas?

LAS 20 RAZONES POR LAS QUE LA GENTE VOTA O NO VOTA EN COLOMBIA. QUIEN SEPA ORDENAR LAS PRIORIDADES POR SECTOR POBLACIONAL Y HABLAR O ARGUMENTAR DE ACUERDO CON ELLAS, SE LLEVA EL PREMIO GORDO.

1. Identificación: la persona vota porque se siente identificada con el candidato.
2. Reconocimiento del nombre que más oye en términos positivos, de parte de los amigos.
3. Necesidades básicas que las puede usted conocer en la Pirámide de Maslow. Es lo que quieren explotar los camaradas, pero como no saben hacerlo cometen toda clase de delitos contra ricos y pobres. Por eso la gente vota contra ellos. Los que les comen cuento votan a favor.
4. Escasez de honestidad en el sistema por lo que el votante se adhiere a un candidato por su probidad.
5. Solidaridad: se vota por contribuir a una buena causa: la democracia. Eso da status intelectual, moral y cívico.
6. Conveniencia de partido, mermelada, trabajo, etc.: el votante necesita algo urgentemente en un momento concreto y vende su voto.
7. Recambio: para sustituir una condición política por otra que cree más ventajosa. Cree que votar por firmas es mejor que votar por partidos. Uno no cambia porque se cambie de vestido.
8. Prestigio: el votante respalda a un candidato para ganar en “prestigio” por su fidelidad a una ideología o en contra de otra. Son los que ‘se creen más inteligentes’ de la izquierda y los supuestos tradicionales de la derecha.
9. Vacío emocional: a veces la gente vota simplemente para sustituir un vacío democrático que no sabe cómo llenar. Eso explica el voto protesta.
10. Por deber. Pero ojo. Hay un deber de bajo costo: el que se hace por tradición. Hay otro: el que se lleva a cabo por conveniencia analizada y racional de lo que le conviene al país.
11. Moda e innovación: el votante adolescente vota porque está de moda fulano/a y muchos hablan de él / ella. Por eso los candidatos pelean en la radio, para hacerse notar.
12. Cohersión: una fuerza externa lo obliga a votar por un candidato.
13. Alimento para el ego: Hay el ego del club, el partido, el grupo, la cuadra; votar le ayuda a sentirse mejor que el resto.
14. Presión: los votantes quieren sentirse a la altura del resto. La gente vota por lo que dicen, sientan, piensan los amigos.
15. Reciprocidad: en este caso se vota para pagar un favor.
16. Empatía: se vota por alguien aunque sabe que lo que ofrece no es lo que puede llevar a cabo. Es el voto de la familia, los amigos y conocidos.
17. Adicción: en este caso es una fuerte adicción al partido la que motiva el voto. Claro que en este caso los adictos están desapareciendo. Es el voto tradicional de los adultos mayores.
18. Miedo. En determinadas ocasiones, el votante lo hace simplemente para sentirse más seguro y ahuyentar el miedo.
19. Indulgencia: vota porque sí.
20. No vota porque no se siente identificada con el sistema, los partidos, el establecimiento; le da igual una cosa o la otra porque NUNCA ha sentido que le han aportado nada. Niega cada una de las 19 opciones anteriores.

Ahora bien, en la edición del 17.09.17 de El Tiempo leemos el estupendo artículo del analista político Fernando Cepeda Ulloa “El ocaso de los partidos políticos,” en el que dice: “Aunque el sistema democrático se reforma, la pérdida de credibilidad en ellos se acentúa y los políticos parecen indiferentes frente a los temas más importantes del país” que diagnostica UNA DE LAS CAUSAS del problema, pero que al comunicarlo en lenguaje político, sufre la misma suerte de los partidos, pues estos son desechados o aceptados como parte de un producto cultural que hoy se llama mercado. Por lo ¿qué tal si oímos el consejo de las damas que tienen una excelente experiencia en mercados? ¿Acaso no van a Carulla y la Olímpica? Hice el ensayo. Le pregunté a mi esposa: “¿Por qué crees tú que los partidos políticos están en decadencia?” Me respondió: “Yo no sé de política, pero creo que por sus vicios y malas prácticas.” Es decir, ella no sabe de política, pero sabe discernir productos. Siempre la veo leyendo la fecha de vencimiento, cosa que yo no hago; porque pareciera que yo compro solamente empaques; es decir, para lo del mercado soy bruto, razón por la que no soy político, y puedo ser parte de una de las categorías descritas arriba, quizá la Nº 10.

Y ese es el problema. Muchos políticos, como cualquier vecino, no disciernen el ‘producto interno bruto’, es decir, la psiquis de las personas, pues la dificultad estriba en el enredo que uno tiene en la cabeza y el corazón, sobre uno mismo para obrar en consecuencia, sobre la política, como lo hacemos con un mal producto, al desechar sus defectos y cambiar. Para ordenar su psiquis échenle un vistazo a la listica de POR QUÉ LA GENTE VOTA, a ver si usted se orienta sobre su verdadera motivación y trabaja en ello.

¿Qué pasó? Se preguntó Hillary después de perder y escribió un libro. Sencillamente lo mismo que a cualquier colombianito. Porque estamos encariñados con las pantuflas viejas del domingo, (forma de hacer política) no las cambiamos, aunque se vean horribles. Es decir, existencialmente, los LÍDERES derechista e izquierdistas, POR EDAD, somos, sicológicamente, ‘tradicionalistas’; nos aferramos al ‘mercado’ que conocemos porque nos da pereza pensar en nuevos ‘productos’ que implican riesgo. Por lo que, EL JOVEN DE NUEVAS IDEAS, EL ‘OUTSIDER’ que muchos esperan como el ‘mesías’ podrá presentarse con un bus de última tecnología, pero sus ‘pasajeros’ quizá se comporten como los del transmilenio. Caso Macron.

Ahora bien, los zapatos viejos son más cómodos que los nuevos, y eso no se desprecia. ¿Se entiende ahora por qué ‘la derecha’ está ganando en el mundo? Para que la izquierda sea tomada en serio tendría que inventarse unos ‘zapatos’ de alta tecnología que se adaptaran a nuestros peculiares pies y modos de andar por la difícil vida, llena de huecos como Bogotá, que nos hicieran sentir cómodos y como flotando en algodón. Tendríamos que hablar con Súper Nike, algo así como el Papa Francisco. Cosa fregada. A propósito, después de una milimétrica y profesional logística en la que todo estaba planeado para su protección, comodidad y demostración multitudinaria de cariño, se nos olvidó rellenar el hueco contra el que frenó el Papamóvil. Resultado: un recuerdo doloroso asumido con amor y humor. “Tronco de lección para todos,” me decía un costeño despierto. “¿Por qué?” Le pregunté. “Ay hombre, porque nosotros lloramos cuando se le tuerce el ring al carro.”

De igual forma al desconocer la candidata demócrata cómo se comporta el mercado de la gente, en su libro, Hillary habla de muchas cosas que no sé si sirvan para una nueva teoría de la ciencia política o, históricamente, perduren como curiosidades: Se comparó con Mohamed Alí; que la llamaron el anticristo, pero que no lo es; habló de su gusto por las hamburguesas que se comió con Bush; sus paseos catárticos; del aforismo de su marido que no escuchó: “nunca pelees con un cerdo en el lodo”; su aversión a las tareas domésticas; de los diferentes calificativos de su error sobre los correos, etc., además de las diferentes citas difundidas por la edición 1745 de Semana. ¿Pueden estas ‘memorias’ servir para un futuro candidato demócrata? Quizá. Pero no olvidemos que un electorado es como un mañoso toro de lidia. Te embiste por lo que más quieres.

LAS RAZONES DE HOBBES. El filósofo Thomas Hobbes nos ha acostumbrado a la imagen del estado como el aterrador Leviatán, un monstruo marino que triunfa sobre todos los enemigos, descrito en el libro de Job y muchos avalarían la corrección de esa imagen, si se toma como ejemplo el gobierno Santos que será comodín de campaña, por lo que habrá la tentación de practicar la siguiente mitología como ‘metodología de análisis’ para escoger al candidato o lanzarse como tal:

1. Tratar a Santos como el causante de todos los males; y eso gustará a un sector.
2. Que él / o ella son el non plus ultra de la honestidad; y que por eso se ‘desparcharon’ de Santos; también gustará.
3. Que el uno representa una nueva revolución no marxista y el otro la santa tradición de los mejores. Tendrá su público al que le gustan los contrastes para especular.
4. Que él / ella es el marxismo renovado y desde luego que ahí estarán los mamertos de todo color.
5. El marxismo irredento también estará presente en el foro electoral. Silencio en las tribunas.
6. Que el delfinado es una institución antigua, informal pero efectiva de la democracia colombiana; y él como representante de esa estructura cree haber heredado de sus ancestros: prestigio, relaciones, clientelas electorales, la amistad con los órganos colegiados, los ministerios y las administraciones locales al que también le tienen el ojo puesto otros delfinitos cuyo objetivo final es, desde luego, obtener los favores ocultos del horrible Leviatán. ¿Y cuáles son esos ‘favores ocultos’? Heredar el truco del monstruo que convenció a la comunidad internacional y a muchos nacionales que ‘la paz’ es EL TEMA PRINCIPAL.
7. Sale entonces el brujo mayor, Antonio Caballero, para exorcizar a todos los delfines, pues él confunde con ‘máscara’ lo que otros llaman ‘dinámica política’. (Leer: “Candidatos enmascarados.”)
8. Mientras tanto todo lo anterior solo lo cree el 5%; pues la simple y llana supervivencia, es decir, los temas duros en la realidad de todos los días los priorizan en esta proporción de necesidades básicas no resueltas, como temas de interés para una campaña: Desempleo 21,5%, Salud 20,9%, Corrupción política 20,7%; Educación 7,9%, Pobreza 4,5%, Delincuencia menor 4,2%, Aumento de los costos 2,9%, Implementación del acuerdo de paz de las FARC 2,5%, Proceso de paz con ELN 2,4%, Abandono de niños 2,2%.(Fuente: Invamer, Mayo 2017) De acuerdo con esta apreciación, las Farc no deberían poner presidente esta vez.
Y como Semana quiere vender la portada de su edición 1846 con el espejo retrovisor de Venezuela con la foto de Chávez, Maduro, Carlos Andrés Pérez y la violencia madurista diciendo “El descontento con la política en la Colombia de hoy se parece al de la Venezuela prechavista. Pero el peligro aquí no es el castrochavismo, sino la tentación del autoritarismo”; es decir, con la falacia disimulada del falso dilema de creer que castrochavismo es diferente a autoritarismo, como si no fueran la misma cosa; digo, es falsa presentación que crea asociación de conceptos por proximidad sicológica, está diseñado para apuntar maliciosamente al uribismo y vender campañas antiuribistas, mediante el miedo. Entonces yo pregunto:
¿Quién se ganará el ‘me gusta’ del electorado colombiano? No el que grite más, o sea el más bravo, o crea tener la maquinaria; ni el que crea que las firmas producen amnesia; o el creerse el campeón del carisma, porque el Papa es imbatible. Sino el que siendo imperfecto, sea creíble; quien pueda infundir la convicción honesta que la gente le importa, teniendo en cuenta que en intuición un pueblo no puede ser engañado por la desinformación de los medios. Aquel que confiese que no se las sabe todas, pero que demuestre que las poquita que se sabe las conoce y las lleva a cabo de manera excelente. El que de una u otra forma convenza que verdaderamente quiere servir y no quiere llegar a la Presidencia para ejercer poder, conquistar fama y gloria, hacer negocios, o llenarse de dinero. Creo que un presidente bien intencionado recibirá toda la ayuda necesaria del cielo y la tierra.

Ganará el que ENTIENDA POR QUÉ LA GENTE VOTA PARA SANARLOS DE LAS MALAS PRÁCTICAS; no el que crea que SUS RAZONES SON LAS MEJORES, QUE MUCHAS VECES SON LAS DE HOBES. Así de sencillo.

Por lo tanto, te equivocas, Semana. Así como no sabes ni entiendes por qué MÁS GENTE NO COMPRA SEMANA, tampoco entiendes que el voto por el Centro Democrático no será un vengativo puñal de papel, porque sus líderes saben por qué la gente vota, por lo que será una campaña en conciencia por el mejor partido que está a la vista de todos como una prueba de la democracia: Mientras el especialista Cepeda Ulloa dice que los partidos están en declive, el Centro Democrático se eleva como contradicción a su predicción. No son los partidos los que están mal, fue lo que dijo mi esposa, experta en ‘mercados’: “Yo no sé de política, pero creo que (los partidos están en decadencia) por sus vicios y malas prácticas.” Al igual que algunos medios. Es la falta de ética y moral que no solamente inunda los partidos, sino la vida diaria. Y esa falta de ética es la que engendra muchas de las razones por las que la gente vota COMO LO HACE ACTUALMENTE, por lo que nuestra pedagogía electoral será hacerlas conscientes de ese problema para volverlos mejores ciudadanos. Y Rodrigo Uprimmy da la solución cuando dice: “Contra lo malo: transparencia.”

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