En defensa de la gremialidad

A poco tiempo de llegar Juan Camilo Restrepo al Ministerio de Agricultura en 2010, y por razones injustificadas, inició una campaña de desprestigio contra FEDEGÁN, que no dudo en calificar de “rabiosa”, pues convirtió dos décadas de colaboración y resultados exitosos, en una relación de controversia permanente y mensajes equívocos, que logró, inclusive, deteriorar la relación con el Gobierno.

Su primera bandera fue cuestionar la representatividad y la estructura democrática de FEDEGÁN para administrar el Fondo Nacional del Ganado, desconociendo que sus antecesores, tanto en 1994 como en 2004, en cumplimiento de la Ley  89 de 1993, en especial de su artículo 7, y de la sentencia C-678/98 de la Corte Constitucional, evaluaron debidamente las condiciones de FEDEGÁN para decidir su condición como entidad administradora.

Durante 22 años FEDEGÁN ha sido sujeto de control fiscal a través de auditorías anuales de la Contraloría General de la República (CGR), siempre con satisfactorios resultados que han oscilado entre 82,16 y 97,18. En la última, obtuvo una calificación de 88,9 a su gestión y de ¡100/100! a su manejo financiero y contractual, que envidiaría cualquier entidad pública, incluido el propio Ministerio de Agricultura. No obstante, en contravía de la gestión del máximo órgano de control, el exministro decidió que FEDEGÁN no lo estaba haciendo bien y se gastó ¡mil millones de pesos! del erario para tratar de comprobarlo, en una inusual auditoría privada, practicada por una empresa -BDO Audit- que hoy tiene pliego de cargos formulado por la Junta Central de Contadores y la propia CGR, por las irregularidades cometidas y la forma como fue contratada.

Pero la incomprensible malquerencia de Restrepo no cesó con su salida del Ministerio. Por el contrario, ha arreciado a través de los medios y ha logrado extender sus lazos hasta el interior de la Contraloría misma. El señor Andrés Bernal, ex asesor jurídico de Restrepo en el Ministerio y uno de los protagonistas de la irregular contratación con BDO, terminó siendo el Contralor Delegado para el Sector Agropecuario, responsable del control fiscal al Fondo Nacional del Ganado.

Por ello, a finales de 2014, y a pocos días de la renovación del contrato con FEDEGÁN, la Contraloría lanza un “malintencionado” comunicado de prensa que se traduce en insólitas prórrogas y, además, malogra el acuerdo con los bancos suscrito por la empresa Friogán desde 2012, obligando a solicitar la inclusión de dicha empresa y del FNG en el régimen de la Ley 1116 de 2006.

Tras el impecable resultado de la Auditoría realizada en 2014, el Contralor Delegado logra contaminarlo con un escrito de última hora sobre unos "hechos relevantes", que no solo interfiere una vez más con la renovación del contrato sino que, como lo denuncié en carta al Contralor, “deja la clara sensación de que hay que perjudicar a FEDEGÁN, hágalo bien o hágalo mal”.

Hoy se ha restaurado una relación armoniosa con el Ministerio, pero el escenario está volviendo a ser montado por el señor Bernal. En efecto, a pocos días de la renovación, que esperamos definitiva, pues la Ley es para cumplirla, la Contraloría Delegada concluye una Actuación Especial sobre las inversiones del Fondo en la empresa Friogán, y sin dejar enfriar  el informe, lanza un comunicado lleno de imprecisiones y juicios de valor que contradicen su propia gestión auditora.

Ya no más. Defenderemos la gremialidad y los derechos de FEDEGÁN a su buen nombre y a la igualdad ante la Ley, entre otros, frente a exfuncionarios y funcionarios que pretenden utilizar las instituciones para tramitar sus malquerencias, perjudicando a un gremio respetable, a un valioso instrumento de fomento y a una actividad estratégica como la ganadería.

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