En un mal momento

Porque Maduro apoya el proceso de paz, el gobierno de Colombia ha cerrado los ojos a la desesperada situación de Venezuela.

La situación de América Latina es muy grave. Mandatarios de ciertos países, rebasando sus deberes constitucionales, coartan las libertades y atropellan a sus opositores. Y hay quienes se han enriquecido con los dineros públicos. Decir que Venezuela es el país al que peor le va en la región es llover sobre mojado. Su presidente, Nicolás Maduro, en plan de imitar a Hugo Chávez, está convertido en un tirano.

De sus arbitrariedades y atropellos, de la dramática situación de la nación y de su gente, informan los medios internacionales, pues en Venezuela fue perseguida y vetada la prensa libre. Allá solo suena la voz del Gobierno. Quien la contradiga termina en la cárcel. A la resistencia le echan bala. Valientes opositores, como Leopoldo López, alcalde de Chacao, lleva meses en la cárcel por el delito de protestar contra el Gobierno. Y María Corina Machado, destituida por Diosdado Cabello, de la Asamblea Nacional, está a punto de ser detenida por denunciar ante el mundo la dramática realidad de su país.

Porque Maduro apoya el proceso de paz, el gobierno de Colombia ha cerrado los ojos a la desesperada situación de Venezuela. Pero los colombianos que también apoyamos ese proceso no debemos permanecer callados. El pueblo venezolano está sufriendo demasiado y necesita mucha solidaridad…

En Ecuador la realidad es diferente. Correa no ha llevado su país al desastre. Pero es autoritario, intransigente y no tolera críticas. Persigue a la prensa libre y ha llegado a insultar a periodistas que osan cuestionarlo. Pero son admirables sus logros en educación y empleo. Y son fantásticas las autopistas que cruzan el país en todas sus direcciones. Existe el peligro de que Correa se perpetúe, pues, para los políticos, el poder es un afrodisiaco.

Por haber construido cerca de Quito la sede de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el presidente Correa está en primer plano. Concebida por Hugo Chávez, para emular con la OEA sin la presencia de EE. UU., Unasur ocupa un edificio aerodinámico: 20.000 metros cuadrados, diseño de David Guayasamín, costó 43 millones de dólares, a cargo del Estado ecuatoriano. Lleva el nombre del difunto presidente Néstor Kirchner, su primer secretario, y su estatua domina el panorama. En la inauguración, presidida por el secretario, Ernesto Samper, el discurso fue de la presidenta Cristina K, viuda del homenajeado. Mandatarios de la región, empezando por Maduro, aplaudieron a los Kirchner.

Pero en Argentina, a estos no los aplauden. Las críticas al matrimonio que domina el país desde el 2003, cuando N. K. asumió como presidente, son implacables. El periodista Jorge Lanata, en su programa de TV, les hace graves cargos al difunto presidente y a la viva presidenta, que pontifica en Argentina. Y circula El dueño, historia secreta de Néstor Kirchner, escrita por Luis Majul, sobre cómo, sin tener ni un peso, se volvió millonario. No era, pues, el momento para ensalzar la imagen del difunto. No obstante, con Samper y Maduro a la cabeza, presidentes de la región aplaudieron tan equivocado homenaje.

Tampoco fue afortunado que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, hiciera un foro presidencial sobre educación y cultura, cuando el país está conmocionado por el atroz asesinato de 47 estudiantes. El ambiente no era propicio para discurrir sobre esos temas, y no creo que haya salido nada nuevo de esa inoportuna reunión. Quedará, sí, para la historia la foto del grupo, en que saluda al mundo, brazos en alto. Y, en medio, sobresaliendo con más de dos metros de estatura, Felipe VI, nuevo rey de España.

En los últimos 15 días, el presidente Santos asistió a foros en Quito, México, Lima y Miami. Entre tanto, en Colombia, el paro judicial completa 64 días sin arreglo a la vista.

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