Entre dos Aguas

Hay que insistir en defender el trono moral; es imperioso. (Una digresión: recomiendo hacer curso intensivo para adquirir destreza en ese propósito, mediante la lectura de la novela de Plinio Mendoza Entre dos aguas. Allí se dice al pan, pan y al vino, vino: al cura que pontifica en todas las latitudes contra Colombia y sus dirigentes se le muestra como lo que es: cómplice, calanchín del terrorismo. Él es el malo. Los militares, en cambio, son patriotas sacrificados, perseguidos sin clemencia por la bigornia. Sin generalizar, eso sí, sobre curas y soldados.)

¿Por qué llegó hasta donde llegó el tema AIS? ¿Por qué están en la cárcel cuatro técnicos probos, que, según el propio juez, no se apropiaron de un solo peso? ¡Porque en el tema del campo tenemos perdido el trono moral!

La bigornia predica que Colombia es sociedad feudal. Que para liberar a los campesinos del yugo terrateniente hay que expropiar las tierras y entregarlas a los ‘siervos’. De entrada descalifican cualquier propiedad rural porque se presume que es el producto de usurpaciones, robos y violencia. Para la bigornia, cualquier contradicción entre campesinos y propietarios supone una lucha entre los buenos y los malos. Para enfrentar a la maldad de los propietarios y del Estado, promueven organizaciones campesinas de extrema izquierda, a las que controlan y financian a través de asesores y colectivos de abogados, que facilitan la combinación de la lucha legal con la lucha armada.

El gobierno Uribe les tuvo pisada la pita y por eso lo enfrentaron con saña. AIS partió de la base de que en Colombia rige el capitalismo en la agricultura. Con el apoyo a todos los agentes productivos se quiso crear, como en efecto ocurrió, más riqueza social y bienestar para todos. Eso era como mencionar la Cruz a Lucifer. La bigornia considera que el progreso de los pobres es un hecho negativo porque congela la lucha de clases. Ahora sí están felices porque tienen un ministro que comparte ese discurso atrabiliario y bilioso. Como Chávez, cree que construirá un paraíso expropiando y persiguiendo ricos. Esperemos. Tal vez en unos meses asociaremos su nombre a otros dos apagones: el alimentario y el inflacionario.

El fiscal y el juez de AIS estuvieron a la altura del ministro. Las personas valen huevo; lo que importa son las ideas. Como estaban criminalizando a Uribe, al ‘feudalismo’, a la ‘extrema derecha’, el ministro, feliz, echó cebo al candil y animó a la ‘justicia’ para que no pare y prosiga con las capturas de los demonios capitalistas y modernizantes.

Veo que la infamia que se cometió contra los funcionarios de AIS y la apertura del proceso penal contra Luis Carlos Restrepo han hecho cambiar ciertas percepciones a muchos amigos. Pocos nos batíamos hasta ahora contra los dictados de una justicia politizada y, por ende, prevaricadora. Eso nos desguarneció y nos puso en la mira del empresario de emisoras que dirige una cadena radial y de sus conmilitones instalados como francotiradores, bien resguardados en diferentes trincheras desinformativas. Pelear solo contra el mundo fue demasiado y casi que me hacen ‘chicuca’. Impunemente (si la justicia está secuestrada por ellos, qué sentido tiene denunciar a alguien por injuria y calumnia) escribieron y gritaron todo tipo de mentiras: que me voy a suicidar; que viajé para comprar testigos, etcétera. No creo que haya antecedentes de tanta sevicia mendaz practicada desde medios de comunicación. Creo haber sido el único colombiano con director nacional de fiscalías propio, un locutor de emisora, quien prepara declaraciones contra mí, las tramita y las transmite desde sus micrófonos. Todo impunemente, a pesar de que, como sabemos, eso es un grave crimen en el actual Código Penal.

En fin, ¡bienvenidos compañeros a la lucha! Y, como aconsejaba Franklin: caminemos juntos, porque si no, nos ahorcarán por separado.

José Obdulio Gaviria

Eltiempo.com

Abril 20 de 2011

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