Entrevista a Óscar Iván Zuluaga

Se hizo con la victoria en la primera ronda de las presidenciales contra los pronósticos. Óscar Iván Zuluaga, economista de 55 años, ha sido concejal, alcalde de Pensilvania (su pueblo natal), directivo de una empresa familiar, senador y ministro de Hacienda de Álvaro Uribe. No solo compartió gabinete con Juan Manuel Santos, su rival, sino que fundó con él el Partido de la U. Ahora es el aspirante a Casa Nariño por el uribista Centro Democrático, de reciente creación.

P.- Esta campaña ha sido dura, ácida, y deja heridas abiertas que dejan a Colombia muy dividida. El lunes, tras conocerse los resultados de las urnas, ¿se olvida todo, gane quien gane?

R.- Por mi parte, sea cual sea el resultado adoptaré una actitud positiva, pasaré página. Porque lo que hay que hacer es resolver los problemas del país. Espero que sea la misma actitud de Santos.
Usted era casi un desconocido hace dos meses. ¿Cuál fue la clave de su ascenso? ¿Álvaro Uribe?

Es una suma de varios factores. He venido haciendo un trabajo político desde hace dos años y he hecho una campaña consistente, coherente, recorriendo el país, escuchando a los ciudadanos sus problemas y elaborando propuestas concretas. El segundo factor es que logramos un resultado muy favorable como Centro Democrático en las elecciones legislativas de marzo, con el liderazgo de Uribe. Nos convertimos en una nueva realidad política y dio más fortaleza a la candidatura uribista a la presidencia. Y, en tercer lugar, una campaña publicitaria exitosa. Hace dos meses, cierto, no me conocían más del 60% de los colombianos.

P.- Desde el inicio le tacharon de ser el títere de Uribe. Si usted gana, ¿manejará el poder el ex presidente desde detrás del trono?

R.- No. Soy un hombre firme, leal a unas ideas, pero independiente. Cuando fui ministro de Hacienda me tocó enfrentar la crisis más difícil de la economía mundial de los últimos 80 años y creo que mostré carácter para manejarla con criterio y decisión. Tengo muy claro que voy a ser el presidente y debo actuar pensando en los intereses de los colombianos con el criterio y el carácter que eso demanda.

P.- Si gana, ya ha declarado que pondrá a las FARC condiciones para seguir con un proceso de diálogo. Pero, si las rechazan y se levantan de la mesa, ¿qué escenario vislumbra? ¿Más terrorismo?

R.- Las FARC estarían ante una prueba de fuego: ¿realmente quieren una paz negociada basada en condiciones? ¿Están comprometidas con las víctimas? La única solución es que abandonen el terrorismo. Y esa prueba viene precedida de un debate presidencial sobre cuál es el modelo de paz negociada que quiere el país. Ganar con los criterios que yo le propongo a Colombia me da toda la legitimidad para poderlos plantear en la mesa de negociación. Si las FARC dicen que no, volvemos a que Colombia siga aplicando su Constitución, con una actitud generosa hacia la desmovilización y la reinserción. Cuando una organización al margen de la ley esté dispuesta a aceptar las condiciones, el Gobierno siempre tendrá la voluntad de buscar una paz negociada.

P.- Santos ha aglutinado un amplio espectro desde la extrema izquierda a la derecha. ¿Tiene más capacidad que usted para el consenso?

R.- En esto lo importante es la claridad sobre los acuerdos que uno construye. Clara López (presidenta del socialista Polo Democrático), dijo:«Me mantendré en la oposición pero voy a votar por Santos, por el tema de la paz». Eso genera una profunda contradicción. ¿Está o no está con el Gobierno? Yo creo que lo que necesita un país para asegurar gobernabilidad es un acuerdo programático integral. Me parece que nuestras alianzas le dan más señales de claridad y solidez al país.

P.- Santos se refiere a ustedes como ultraderecha; en Europa se vinclula a partidos xenófobos como el de Marine Le Pen. ¿Cómo define usted a su formación?

R.- Como un centro democrático que busca acuerdos sobre temas que son fundamentales para la sociedad: seguridad, inclusión social, inversión, educación, Estado austero. Es un punto de encuentro alrededor de unos elementos fundamentales para el país.

P.- Si gana, ¿qué haría al día siguiente con Venezuela? Usted ha sido muy crítico con el Gobierno de Maduro.

R.- a libertad de expresión es un pilar esencial de la democracia y tampoco Colombia puede abandonar la exigencia de que ningún país albergue el terrorismo. Sufrimos a las FARC por ser tolerantes, por tener un silencio cómplice hacia Venezuela o hacia cualquier otra nación que permite que su territorio sea refugio de terroristas. Eso son temas en los que Colombia tiene que tener una actitud de liderazgo, debe ser un defensor de lo que significan los valores y las instituciones democráticas. No se nos puede olvidar que Colombia fue el promotor de la Carta Interamericana de la OEA y es muy clara respecto al compromiso de cada uno de los países para preservar los valores democráticos y garantizar la libertad.

P.- ¿Por qué cree que España ha perdido influencia en Colombia?

R.- Creo que la ha vuelto a aumentar desde hace una década por sus niveles de inversión en América Latina, pero la pérdida general obedece a una realidad y a un modelo económico y social que es la Unión Europea. Como bloque, muchas veces hay que actuar en consonancia con los otros países, todo tiene que ajustarse a una agenda y unos tiempos. ¿Se quieren levantar las visas? Ya no es decisión exclusiva de España, es de Unión Europea. Las integraciones hemisféricas van limitando soberanías de los países.

P.- ¿Cree que el Príncipe Felipe sustituirá la influencia del Rey Juan Carlos, que ha sido un personaje de peso en esta región?

R.- El príncipe tiene dos componentes para ganarse un espacio: preparación y juventud. Cuando cuenta con esos elementos y entiende el rol que debe desempeñar, se le abre un espacio grande para ganarse la confianza y el apoyo.

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