Entrevista con José Obdulio Gaviria

José Obdulio Gaviria: “El posicionamiento político de Duque es un triunfo del genio político de Uribe”

En diálogo con LOS IRREVERENTES, luego de que el partido Centro Democrático le confirmara que en el escrutinio obtuvo los votos para renovar su credencial de senador de la República, José Obdulio Gaviria se despachó contra la lista abierta, exaltó el fantástico papel de Iván Duque como candidato presidencial.

Igualmente, lanzó algunos dardos contra enemigos suyos al interior del uribismo y aseguró que Juan Manuel Santos es un cocalero de la misma calaña de Evo Morales.

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LOS IRREVERENTES Senador, sea lo primero felicitarlo. Este portal, fue el primer medio de comunicación en confirmar que en el escrutinio usted obtuvo los votos suficientes para continuar en el senado durante el cuatrienio que empezará a cumplirse el próximo 20 de julio. Para nadie es un secreto que usted fue el primer promotor de la candidatura de Iván Duque cuando él hizo pública su aspiración presidencial. ¿Cuál será su papel en el senado con Duque como presidente de la República?

JOSÉ OBDULIO GAVIRIA Mi presencia en el próximo congreso tiene dos facetas: la interna en un senado al que llega más de una decena de miembros provenientes, o directamente de la criminalidad, o de la apología de la criminalidad: cinco delincuentes de las FARC, tres petristas, un indígena con condena por secuestro, dos “polos” y varios verdes que cantan loas a los “guerreros”. Y la externa, que es ser vocero de las ideas y propuestas legislativas del presidente Duque. Espero contribuir a neutralizar a la ‘gaminería’ política y coadyuvar a la formación de una sólida alianza de apoyo al gobierno.

L I. Recuerdo vivamente el intense debate que usted sostuvo con algunos dirigentes del uribismo que estaban empecinados en abrir la lista al Senado. En criterio suyo, la lista abierta reduciría el número de curules, mientras que los apologistas de la lista abierta, como el doctor Francisco Santos, insistían en que ésta garantizaría entre 25 y 30 senadores. El tiempo le dio la razón la razón a usted: el CD bajó de 20 a 19 curules.

J O G. Yo le anticipé a Uribe que si se abría la lista, la proyección de curules bajaría de 25 a 19. ¿Sabe por qué? Por una de las leyes del movimiento de Newton: la fuerza es masa por aceleración. El razonamiento es simple: si usted divide la masa de candidatos, si los pone a trabajar dispersos y a gastar como endemoniados, pierde su ventaja que es la unidad alrededor de un líder, una doctrina y una plataforma política. Con la lista abierta pasamos a gritar un número, en un procedimiento contrario a nuestra naturaleza uribista. De hecho, el CD abrió la lista pero los electores no: votaron muy mayoritariamente por Uribe y por el logo.

L I. Eso es absolutamente cierto. El CD fue víctima de un experimento macabro que trajo muchos dolores de cabeza. Entre los elegidos al senado hay un sujeto que fue un activista enfermizo del SÍ en el plebiscito de 2016. ¿No cree usted que el próximo congreso debería asumir con entereza una reforma electoral en nuestro país, que empiece por la eliminación de la lista abierta?

J O G. Si no acabamos con la lista abierta en jurisdicción nacional, ella acabará con el Estado y la política en Colombia. Ya mató a los partidos liberal y conservador. Le aseguro que ese sistema no fue ideado por los ñoños sino que el sistema los creó a ellos, a esas excrecencias monstruosas de la política. Acabo de saber por La Silla vacía otro dato que confirma que se consolidó un sistema feudal que desplazó a los partidos: 22 senadores fueron elegidos en 2018 como representación de casas políticas controladas por gobernadores. Dinero corrupto y electorado clientelar, así se está conformando el congreso de Colombia: 22 senadores hijos de operaciones como el cartel de la hemofilia.

Reforma política y reforma judicial serán los dos pilares de mi tarea como senador de la bancada de Duque. Duque y yo tenemos identidad plena sobre lo que hay que hacer. No es una identidad que presumo. Consta en actas porque ambos nos hemos referido expresamente a esos temas en plenaria y comisiones.

El “caso Merlano” o sea el allanamiento de una sede política en donde está la memoria completa de una trama para la compra de una curul al senado, va a permitir hacer algo no soñado: tener la arqueología del sistema de lista abierta. Aparentemente todas las respuestas están ahí: cuánto vale una curul, cómo llega el dinero, cómo se traslada a los tenientes políticos y de estos al elector, etcétera. Tendremos los argumentos para desmontar semejante engendro político al que adoran y rinden culto los corruptos de todos los partidos.L I. Hablemos de la campaña presidencial en la que hemos visto con verdadero regocijo el crecimiento exponencial de Iván Duque, un candidato con muchísima proyección.

J O G. Quiero hacer un reconocimiento: el actual posicionamiento político de Duque es un triunfo del genio político de Uribe. La campaña del 14 fue un desastre. Repetirla en el 18 era un suicidio. Uribe diseñó y construyó el relevo. Mire usted: puso en el senado a un “mozalbete inteligentón”, lo sentó a su lado y le entregó todos los elementos de su propia formación política. Eso es un hito para la historia de un país. Eso nunca o casi nunca se produce. Duque es un discípulo de Uribe en el pleno sentido del concepto; y todos, principalmente Uribe, esperamos que el discípulo supere al maestro.

L I. Somos muchos los que creemos, empezando por el propio presidente Uribe, que este será un caso en el que el discípulo superará al maestro. Iván Duque es una estrella de la política latinoamericana y como presidente hará en Colombia una obra similar a la que en su momento hizo el doctor Uribe Vélez. Pero la campaña es dura y esta particularmente estará cargada de “dinamita” contra el propio Iván Duque. ¿No teme que los ataques de los enemigos del uribismo le hagan daño al candidato presidencial?

J O G. Una de las cosas que más me complace cuando veo actuar a Duque como candidato es que está curado contra espantos y blindado contra  los ataques personales, tan propios de los enemigos del uribismo: “¡que Daniel Coronel tal cosa, que María Jimena Duzán tal otra, que van a hablar de su papá, que viene un libro con no sé qué acusaciones, que un hacker, que la fiscalía…”. Ya Uribe y su familia, yo mismo, todos tenemos espuela y sabemos hacerle frente a las trapisondas y zancadillas del  antiuribismo. Esa es una ventaja enorme de Duque. Se vio magnífico en el debate de la Universidad de Columbia.

L I. Aunque las encuestas muestran una importante ventaja de Iván Duque sobre sus rivales, no se puede perder de perspectiva que el candidato uribista está enfrentando al macabro Castrochavismo que representa el exterrorista Gustavo Petro. Y abundan los ejemplos de la forma como esa corriente corrupta y criminal ha logrado ganar elecciones en distintos países latinoamericanos.

J O G. El “castro-chavismo”, desde el punto de vista cronológico, debiera llamarse “petro-chavismo”. El pacto de Petro y Chávez para la toma del poder fue en 1995. El de Castro y Chávez para cogobernar fue en 2003. El Foro de Sao Paulo tuvo éxito electoral en siete países de Suramérica; siguen gobernando en cuatro y tienen los ojos puestos en Colombia. Uribe y Duque son el muro de contención.

Simpática la anécdota de la gran encuesta de RCN. Ganó Duque por nocaut y todos se le fueron encima a RCN dizque por el “montaje”. Al otro día les calló la boca Caracol, luego Semana y el domingo, El Tiempo. Vamos a tener que explicar con plastilina que Colombia está viviendo una polarización que ya padecieron siete países de Sur América: socialismo Siglo XXI versus democracia liberal. Y que Petro es la encarnación perfecta de lo primero y Duque de lo segundo. En esas circunstancias, Vargas y Fajardo son simples anomalías. Cuando entiendan eso, van a dejar de tener la ilusión de que los actores secundarios ascenderán a protagonistas por obra de no sé qué alianzas; y van a comprender que el triunfo de Duque es simplemente un teorema. ¡Colombia no va a experimentar con el socialismo del Siglo XXI ni de fundas!

L I. A usted se le conoce por ser una suerte de celoso guardián de la doctrina uribista. Su destreza no está en la consecución de votos, ni en la construcción de maquinarias, pero sí en la elaboración y defensa de un discurso. Tal vez por eso, el presidente Uribe pidió públicamente, pocos días antes de las elecciones, que usted fuera elegido. ¿Usted le puede garantizar a la base uribista que Iván Duque será un presidente que gobernará con apego a la doctrina e ideas uribistas?

J O G.  Duque y yo solemos regalar libros, una manera sutil de crear corriente política. Alguna vez usted, Yamhure, se rió porque yo leía la autobiografía del ex presidente Lagos. Me lo regaló Duque y yo entendí el mensaje: nuestro partido es un partido de centro. Yo por mi parte le regalé Diálogo de conversos, de Ampuero y Rojas. Mi mensaje fue: con énfasis liberal. Entre Duque y el Centro de Pensamiento hay empatía absoluta, confianza absoluta. Nuestro apoyo a él es incondicional.

L I. Me le voy a salir un poquito del tema de esta entrevista para preguntarle por el asunto de la coca. Es preocupante el creciente número de hectáreas cultivadas que hay en nuestro país. ¿Cómo contener esa amenaza?

J O G. Santos es un cocalero. Como Evo, como las Farc, como Petro y como el jefe del Cartel del Golfo. Santos acaba de radicar un proyecto para legalizar el cultivo de coca en parcelas de hasta 1.7 hectáreas. ¡Inaudito! Estoy seguro que en este congreso no tiene cómo lograr su aprobación y que Duque, luego, se encargará de desmontar la política santista-fariana de fomento de la coca.

L I. Luego de que se confirmara que en el escrutinio usted en efecto logró los votos que le permiten continuar en el senado, una de sus competidoras, una mujer muy cuestionada del Norte de Santander, Milla Romero, a través de testaferros y validos ha mandado a decir infamemente que usted y el señor expresidente Uribe hicieron trampa. Valga indicar que esa excandidata, quedó por fuera del senado. ¿Algún comentario al respecto, senador Gaviria?

J O G. Yo no voy a igualarme con la señora Romero. No moví un dedo en el escrutinio. Confío íntegramente en la organización del CD y me atengo sólo a las noticias que dé la directora del partido, la doctora Nubia Stella Martínez. El jueves de la semana pasada, ella me comunicó que obtuvimos 19 curules y que yo soy la votación número 18, ergo soy miembro de la bancada. ¡A trabajar!

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