Envejecer para intentar vivir

La seguridad social tiene un capítulo final para quienes están a cubierto con sus planes: la pensión de vejez. Una de las mayores preocupaciones de los seres humanos es su culminación en la trayectoria laboral que desemboca en un ingreso garantizado por su trabajo a lo largo de los años o por las normas que los protegen en casos de invalidez. Es un problema mundial que atañe a la solidaridad y a la dignidad de toda persona. Solidaridad porque los jóvenes trabajan y cotizan no solo para su futuro, sino para que los viejos tengan un nivel de asistencia y vida que sea calificado como una vejez con dignidad y respeto.

El trabajo es la fuente de subsistencia y es también la forma de crear riqueza, no solo individual, sino la riqueza de las naciones. Mientras más alto sea el empleo en un país, más capacidad de consumo impulsará el mercado interno y la posibilidad de exportación de mercancía con valor agregado. En Colombia hablamos de empleo formal e informal, aplicando al primero las condiciones laborales de salario con prestaciones y estabilidad mediante un contrato a término definido o indefinido. El informal es lo contrario: es inseguro en los ingresos y en el tiempo, es aplicable a mano de obra no calificada y no se encuentra registrado para efectos de la pensión de vejez.

De los 46 millones de habitantes que tiene Colombia, 23 millones figuran como ocupados, pero menos de 11 millones de los ocupados cotiza a los riesgos laborales, según investigación reciente de Fasecolda, que ha puesto al descubierto los efectos de la desindustrialización: la mayor cantidad de trabajadores cotizantes pertenecen a las empresas con más  de 50 empleados que son el  11 por ciento de las compañías que concentran el 79 por ciento de los asegurados. Se suponía que la fortaleza de la formalidad laboral garantizaba el funcionamiento futuro de los pensionados. No es así y estamos enfrentados a una grave crisis pensional cercana. Y ya lo es, pues los millones de mujeres y varones colombianos, en el trabajo informal, llegarán a viejos sin sustento y sin dignidad.

Uno de los aspectos de la supuesta formalidad que deforma la apreciación global de esta categoría es la duración de los períodos laborales de cotización: el 40 por ciento de los empleados cotizan por tiempos menores de 9 meses (años 2008-2013) lo que demuestra un alto porcentaje de los formales sin contrato en buena parte del año. Esto ocurre por la precariedad contractual que se está convirtiendo en la manera de laborar por el sistema de prestación de servicios, tan de uso en la contratación oficial: nación o gobierno central, departamentos y municipios, valga decir la administración pública. Un ejemplo de este tipo de contratos volátiles, exprimidores y coadyuvantes a las presiones políticas de los jefes son los profesionales y empleados en las agencias creadas por el gobierno nacional para diversas áreas como la restitución de tierras y atención a las víctimas. Sus contratos son por tres y seis meses y algunas veces por un año, honorarios sin prestaciones sociales y etapas de ausencia de contrato, por lo tanto. Y son centenares de trabajadores que hacen parte de esta formalidad informal. El gobierno no da ejemplo de contratos dignos y “decentes” como suele decir el Ministro de Trabajo que aúpa con su silencio esta modalidad.

Cabalga la sociedad sobre este barril de dinamita que es el déficit financiero de las pensiones a corto y mediano plazo. En la crisis de los modelos de “bienestar” europeos hace pocos años, donde la mano generosa de los gobiernos y la irresponsabilidad sindical coparon la capacidad fiscal y de endeudamiento, los pensionados fueron los más perjudicados. Observar a los viejos pensionados esperar en las equinas una ayuda “humanitaria” de los transeúntes, cuadro similar a los militares pensionados de la antigua URSS deambulando con una botella de vodka en una axila, no está lejos de ver la misma escena en otros países, incluyendo Colombia. Y estarán los ancianos a la intemperie con su cédula arrugada. Aumentarán sus enfermedades incurables y se multiplicarán las muertes por suicidio.

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