EPL y Rastrojos protagonizan ola de violencia en frontera con Venezuela por control del contrabando

Un reciente enfrentamiento a tiros en el principal paso fronterizo entre Colombia y Venezuela y el asesinato de cinco personas en otra localidad fronteriza del lado venezolano son señal de la agudización de las conflictos entre nuevos y viejos grupos criminales que se disputan el control del contrabando y otras economías criminales en esa amplia frontera llena de migrantes.

El viernes 2 de mayo una intensa balacera en las adyacencias del Puente Simón Bolívar, que une a Venezuela con Colombia, generó caos y alarma entre las autoridades y las miles de personas que transitan a diario por las trochas cercanas, pues ese paso fronterizo se encuentra cerrado desde el 23 de febrero de 2019.

El incidente, que dejó una persona herida, fue atribuido a los grupos irregulares que hacen vida en la zona dedicados a actividades como el tráfico de personas, extorsión, tráfico de drogas y contrabando entre otras. “Los disparos fueron el resultado del enfrentamiento entre un  grupo de contrabandistas (…) presuntamente por la lucha de las trochas”, dijo Cristian Kruger, director de Migración Colombia, según reportó El Espectador.

Una semana antes una ola de homicidios ocurridos en menos de 24 horas sacudió a los municipios fronterizos Ureña y Ayacucho, en el estado Táchira. Los asesinatos comenzaron en la mañana de este jueves 25 de abril cuando Marcela Andrea Rodríguez Ríos, fue atacada dentro de su vivienda luego de ser sorprendida por dos desconocidos que llegaron a bordo de una moto. Uno de los sicarios tocó la puerta, la llamó por su nombre y le disparó en siete ocasiones.

En horas la tarde, fue asesinado un hombre que para el momento del suceso no portaba identificación. Fuentes policiales narraron que esta víctima intento refugiarse en una institución educativa, pero fue perseguida por dos desconocidos, que le dispararon. En horas de la noche fue asesinada Noraima Yaneth Contreras Rodríguez, luego de ser interceptada por un desconocido que descendió de un vehículo y le disparó en varias oportunidades.

Minutos después, dos hombres le dispararon a Saida Yasmith Laguado Suárez frente a su vivienda. Todos estos crímenes ocurrieron en Ureña, mientras que el municipio Ayacucho, también fronterizo con Colombia fue asesinada de un disparo en el abdomen Karla Yuraima Fagundez, durante un enfrentamiento entre grupos contrabandistas de carne y miembros de los Comandos Rurales de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), en el sector de Guarumito.

Todos los hechos han sido atribuidos a las mafias que controlan el contrabando, como Los Rastrojos, y en particular a la reciente presencia en la zona y en las trochas de miembros del Ejército Popular de Liberación (EPL) y de “colectivos”, vinculados al gobierno de Venezuela.

Análisis de InSight Crime

Las muerte de las tres mujeres y un hombre en Ureña, según fuentes locales consultadas, responden a pugnas por el control de contrabando, pues informantes de la zona indicaron que las damas tenían vinculación con el contrabando de gasolina, y el joven por identificar además de participar en cuestiones ilegales, es señalado de expender sustancias ilícitas.

Los miembros de la banda criminal EPL, también conocida como “Los Pelusos”, que opera en el Departamento del Norte de Santander (Colombia) librando una batalla por el control de los territorios y mercados del contrabando habrían emprendido la serie de asesinatos para imponerse en el municipio Pedro María Ureña, aseguraron a InSight Crime fuentes en la zona.

Mientras que en la franja fronteriza de la zona norte, Los Rastrojos han sido desplazados hacia el lado colombiano por comisiones de militares de la GNB y Ejército venezolano, lo que ha desencadenado una posible acción de respuesta de esta organización contra cuerpos militares que intentan hacer operaciones “anticontrabando” por esta importante zona de Guarumito que sirve de autopista para el paso de infinidad de mercancías y migrantes venezolanos.

De acuerdo con la minuta policial, en Guarumito lo que produjo el enfrentamiento que pudo haber sido una respuesta de Los Rastrojos para demostrar su presencia y control. Habitantes de esa localidad aseguraron a InSight Crime que a través de las docenas de trochas que existen allí han visto a militares intentando establecerse para obtener ganancias que generan las movilizaciones de mercancías y drogas. La reciente captura de un jefe de Los Rastrojos en territorio venezolano también habría agudizado esta disputa.

Por otra parte, la balacera ocurrida en el puente Simón Bolívar, que se atribuye a las disputa por el control de las trochas, habría sido protagonizada por Los Pelusos que desde hace un año intentan ejercer un control territorial parte hacerse de los jugosos negocios ilícitos que se desarrollan en esta zona fronteriza, donde ya operaban Los Rastrojos, el Ejercito de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y ahora también están los colectivos venezolanos.

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