¿Exigencia de las Farc?

Santos niega cada rumor que proviene de La Habana, pero todo va resultando cierto a medida que se van conociendo los acuerdos.

El presidente Santos ha tenido especial interés en desmentir la afirmación de que encarcelar al expresidente Uribe es una exigencia de las Farc para firmar el papel que diga ‘paz’. No solo le ha encomendado esa misión a su negociador plenipotenciario en La Habana, Humberto de la Calle, sino que ha recurrido también a los buenos oficios del expresidente César Gaviria, a quien puso a tirarle piedras al Procurador así como un año atrás lo mandó a gritarle a Uribe mentiroso.

Sin embargo, hay que ver que las intervenciones del señor Presidente se asemejan cada vez más a las declaraciones que hacía el finado Hugo Chávez a finales del milenio anterior cuando aseguraba cosas como “no soy comunista”, “no me voy a quedar en el poder” o “no voy a expropiar empresas”. Ahí están los videos en internet.

En ese sentido, Santos niega cada rumor que proviene de La Habana, pero todo va resultando cierto a medida que se van conociendo los acuerdos. Por ahora, Santos niega que se vaya a dar una cacería de brujas contra quienes fueron víctimas de extorsión paramilitar o que a Uribe lo vayan a procesar, pero queda difícil creerle ante la dinámica de los acontecimientos.

Ojalá se tratara solo de una estratagema para restarle votos al Centro Democrático en las elecciones regionales del próximo domingo, pero la encerrona contra el uribismo es más que evidente. Ese trato de “nuevos terroristas” (Roy Barreras) que se mantienen “ladrando porque cabalgamos hacia la paz” (Santos) está muy lejos de contribuir a la construcción de un escenario de reconciliación, sobre todo porque los que no queremos impunidad ni entreguismo somos más de los treinta gatos de los que hablaba el mismo que pidió “fusilar” a los que están contra este proceso (Benedetti).

Mientras Santos lo niega, por lo menos tres de sus hombres han indicado que Uribe tendrá que comparecer ante el Tribunal de Paz: Montealegre, Yesid Reyes y el “nuevo plenipotenciario” Juan Carlos Henao. Este último aseguró que nadie tendría fuero ante esa todopoderosa corte, en tanto que los otros dos puntualizaron que los expresidentes no comparecerían, pero alguien en calidad de exgobernador sí.

Y, como por arte de magia, reapareció el tema de la masacre de El Aro, demostrándose una vez más que la justicia es totalmente sesgada: les da validez a las denuncias gaseosas que un criminal de la calaña de ‘don Berna’ hace contra quien lo extraditó, pero hace oídos sordos a declaraciones como la de ‘Rasguño’, que compromete a Ernesto Samper con el asesinato de Álvaro Gómez Hurtado, o las del periodista Daniel Coronell en relación con el ingreso de 12 millones de dólares a la campaña Santos en el 2010.

Desde el Tribunal Superior de Antioquia, un magistrado de extrema izquierda que no ha desmentido los señalamientos de haber pertenecido a la Anapo y el M-19 arremete contra Uribe con unas inferencias dignas de esa nueva pseudociencia del ‘contexto’, con la que van a condenar a todo el que estorbe. Una víctima dice que vio el helicóptero amarillo de la Gobernación de Antioquia sobrevolando el lugar de la masacre, con lo que se pretende demostrar que el gobernador Uribe fue el responsable de la muerte de esas 15 personas. Para asegurarse, también le achacan los desaparecidos de la operación Orión, que les arrebató a las Farc una comuna entera a diez minutos del centro de Medellín.

Ya en Arauca mandan las Farc y el Eln. A los empresarios los amedrentan con argumentos muy discutibles, como en el caso de los azucareros. Vienen el ‘congresito’ y las leyes habilitantes… Bien deduce Pastrana que Colombia va en camino de convertirse en Venezuela; es que desde el desayuno se sabe qué sapos nos van a atragantar.

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