Exijamos cesación acciones criminales

En un supuesto gesto de buena voluntad, la anunciaron con bombos y platillos, pero la violaron de manera reiterada. Los hechos obligan a señalar que, en realidad, nunca existió el dicho cese unilateral.

Siguen pasando los días sin que haya ninguna señal esperanzadora desde La Habana. Por el contrario, lo que se conoce públicamente solamente da lugar a que crezca el número de ciudadanos escépticos. Todos los colombianos que queremos la paz preferiríamos ver señales positivas e indicadoras de la existencia de un camino que conduzca a que se pueda vivir y trabajar con tranquilidad.

Desafortunadamente, lo que se percibe no permite mirar las cosas de esa manera.Las Farc siguen planteando que el objetivo de la mesa en Cuba es cambiar la estructura económica, política y social del país como presupuesto indispensable para alcanzar la paz. Por su parte, el esfuerzo del Gobierno se dirige a que, en lugar de hacer terrorismo, las Farc hagan política. Y la agenda no está clara todavía. El Presidente y sus voceros insisten en que contiene solo cinco puntos, en tanto que los delegados de la organización terrorista no han dejado de plantear que el preámbulo del documento firmado con la administración Santos permite hablar de todo.

Sobre la duración de las conversaciones, ni hablemos. El Presidente reitera que los avances se medirán en meses y hasta de plazos ha hablado, mientras que sus interlocutores continúan repitiendo que no se les puede poner tiempo a los encuentros en Cuba. Las dificultades originadas en las evidentes diferencias sobre el esquema básico de los diálogos son apenas una parte de la maraña de obstáculos que existen, a la que las Farc agrega problemas adicionales, de forma constante, con sus pretensiones y su comportamiento. Recordemos que esa organización pretende que el acuerdo que suscribió con el Gobierno haga parte del bloque de constitucionalidad. Es decir, busca que los diálogos sean incorporados a la Constitución Nacional a fin de que adquieran el carácter de obligatorios para todos las administraciones en el futuro.

Pero no les basta eso. Toda vez que andan en busca de ser reconocidos como sujetos de derecho internacional, desde ya plantean acuerdos especiales, pese a que ni siquiera mencionan el requisito básico de comprometerse con el cumplimiento de los mínimos humanitarios. Pero esto no es todo. En procura de fortalecer su pedido de un cese al fuego bilateral, que es inaceptable desde el punto de vista institucional, hacen malabares con la cesación unilateral de hostilidades. En un supuesto gesto de buena voluntad, la anunciaron con bombos y platillos, pero la violaron de manera reiterada. Los hechos obligan a señalar que, en realidad, nunca existió el dicho cese unilateral. ¿Qué otra cosa puede afirmarse , si el Ejército informó acerca de 52 violaciones y la Defensoría del Pueblo comunicó que fueron 57? En estas condiciones es imposible decir, como lo hizo equivocadamente el Presidente, que las Farc cumplieron con excepciones.

En fin, el escepticismo acerca del resultado de las conversaciones en Cuba sigue creciendo. Y continuará aumentando hasta convertirse en rechazo, si las Farc no demuestran con hechos creíbles y duraderos que en realidad quieren la paz. ¡Exijamos la cesación de sus acciones criminales!

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