Falacias para desplumar el ganso

“El arte de los impuestos consiste en desplumar al ganso de forma tal que se obtenga la mayor cantidad de plumas con el menor número de graznidos posible”, y la desplumada que se viene con los impuestos hará chillar mucho a los pobres, no a los ricos, como lo prometió alguna vez el presidente Santos.

Y es que el ruido de los graznidos los busca acallar el Gobierno con chantajes, como el cuento de que si esta reforma no se aprueba, las calificadoras de riesgo quitarán a Colombia su actual grado de inversión, degradando a nivel de basura sus títulos de deuda pública en el mercado nacional e internacional, algo similar al miedo inculcado con el plebiscito que perdió, según el cual si ganaba el No, el país entraría en guerra al día siguiente.

Prueba de lo infundado de este chantaje es que un país con una situación económica mucho peor a la nuestra, como es Brasil, perdió su grado de inversión en diciembre pasado y, sin embargo, desde ese momento sus acciones y precios de bonos no han dejado de valorizarse, pagando menos intereses que antes de tan “mala noticia”.

Disfrazar con mentiras la falta de argumentos técnicos, para justificar la regresiva estrategia de subir los impuestos a los que viven de un sueldo, para así poder bajárselos a los que viven de sus rentas capitalistas, muestra un Gobierno alejado de la realidad social y que parte de la falsa premisa según la cual la salud de la economía de mercado se basa en mantener felices a los dueños del capital, a costa de castigar a los trabajadores.

Aumentar impuestos al consumo, como el IVA, es castigar una demanda interna ya agobiada por altos niveles de deuda en hogares y está en contravía de los estímulos que aplican países desarrollados, como Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, donde, además de ofrecer tasas de interés cero o hasta negativas, bajan los impuestos a sus ciudadanos y hasta consideran regalarles dinero de emisión primaria para mejorar la demanda como combustible del crecimiento económico.

Amenazar al ganso con las muy desprestigiadas calificadoras del riesgo internacional es equivocado, pero definitivamente deja claro que, antes que técnico, el debate de los impuestos es ante todo político.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar