Gases en la atmósfera

Las emisiones de gases de invernadero en el país van al alza, en contravía de lo que se busca con el Acuerdo de París que entró en rigor. Habrá que redoblar esfuerzos para limitarlas.

Ningún esfuerzo sobra cuando de reducir las emisiones de gases de invernadero se trata, el grave problema que tiene en vilo a la humanidad.

Pero mientras en Marruecos comienza hoy la Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático, la número 22, y acaba de quedar en firme el Acuerdo de París para reducir las emisiones al año 2030, no son buenas las noticias en el país.

El Ideam reveló que las emisiones nacionales van al alza. Representan muy poco en el contexto mundial, el 0,4% , mas el mensaje es que se actúa en contra de lo que persigue el mundo, mostrando que los anuncios y medidas tomadas se quedan cortos.

Entre 1990 y 2010 hubo un aumento de 15 % en las emisiones, que pasaron de 245 millones de toneladas de carbono equivalente a 281 millones.

La mayor cantidad de gases liberados proviene de la deforestación, que sigue siendo elevada: 124 000 hectáreas deforestadas en 2015 de acuerdo con otro informe reciente del mismo Instituto. Con la tala no solo se libera carbono sino que se reduce la oportunidad de tomarlo de la atmósfera.

La tala de bosques es acrecentada por la minería, los cultivos ilícitos y la expansión de la frontera ganadera en amplias regiones. Esta última está relacionada con la mayor pérdida de masa boscosa en la rica Amazonia.

Es el sector forestal el que más contribuye a las emisiones según el reporte, seguido por el agropecuario.

Entonces resulta clara la interrelación entre los bosques, el sector pecuario y la liberación de gases.

Hubo también un aumento fuerte de emisiones por parte de la industria manufacturera, indicativo de lo que falta no solo para que las medidas sean efectivas sino para que haya una conciencia nacional acerca de la necesidad de frenar el nada benéfico aporte a la atmósfera.

Ante el mundo el presidente Juan Manuel Santos se comprometió el año pasado a reducir las emisiones colombianas en 20 %. Así sea poco lo que se emita, la necesidad es global y así debe ser el compromiso de las naciones.

Como dijo la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Patricia Espinosa, la “acción climática rápida, inteligente, grande y mejor, reduce las emisiones de gases de invernadero que derivan en el cambio climático”.

Es una obligación actuar sobre todos los sectores que aportan más de la cuenta al calentamiento global si se quiere que surta efecto el Acuerdo de París que entró en vigencia el viernes pasado.

El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, divulgó la semana pasada un estudio que muestra que aún con ese Acuerdo, las emisiones proyectadas son muchas más de las requeridas para que la temperatura del planeta no supere 1,5 °C sobre la era preindustrial.

El margen de maniobra es escaso y se requiere la contribución de todos. Por eso el Gobierno Nacional, con el Presidente en primer término, tendrá que reforzar las medidas y acciones tendientes a que de veras se logre reducir las emisiones en 20 %, siendo urgentes la intervención de las autoridades regionales para contener la deforestación y la minería ilegal, y alentar con políticas claras la actividad manufacturera para que se sume al esfuerzo nacional.

Colombia no le puede fallar al mundo, es por el bien de todos que se debe reducir la presión sobre la atmósfera. No queda tiempo para perder.

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