Impulsaré un Ministerio de Fronteras que dure 12 años: Marta Lucía Ramírez

Entrevista publicada en el periódico El Centro

Marta Lucía Ramírez quiere seguir revolucionando a Colombia y convertirse en la primera mujer en ocupar la poltrona de la Vicepresidencia. Esta abogada, fórmula de Iván Duque, ya tiene un norte definido de lo que va a hacer en el segundo cargo más importante del Estado y entre sus planes está impulsar la creación de un Ministerio de Fronteras para que haya un desarrollo social y económico en sociedades claras con los países vecinos.

Ramírez es una combinación entre boyacense, barranquillera e italiana que ha enriquecido su ADN para no tenerle miedo a los retos que ha asumido en su vida pública y privada. Por ello, no hace cálculos electorales a futuro sino que centra su atención en la Vicepresidencia.

Desde la Vicepresidencia ¿Cuáles iniciativas promoverá que generen un verdadero impacto en el país?

Todas aquellas que estaban dentro de mi programa para la Presidencia y sobre las cuales estamos justamente fusionando los dos programas. Me gustaría muchísimo impulsar un Ministerio de Fronteras, que dure máximo tres periodos presidenciales: 12 años. También, crear un ministerio de la Mujer y la Familia; sacar adelante una ley de Zonas Económicas Especiales de Desarrollo. Son similares a lo que tuvo en el sur China. En Colombia ya lo habíamos hecho en el 97, aproximadamente y, lamentablemente, en esa época el país no supo entender la importancia de esa ley y después la derogó. 

Impulsar el emprendimiento que ha sido una de mis pasiones hace 20 años cuando fui Ministra de Comercio Exterior, y me siento muy feliz de coincidir en esa pasión con Iván Duque. Él y yo seremos los padres de una revolución emprendedora en Colombia, donde no haya un solo colombiano que frustre la posibilidad de una idea de negocio por no haber tenido apoyo del Estado.

Me interesaría muchísimo impulsar una ley de seguridad y defensa nacional, y una ley de veteranos, ahí tenemos una gran coincidencia con Duque.

Trabajar también en el desarrollo agrícola y agroindustrial. Quiero que el país suba, por lo menos, a 10 millones y medio u 11 millones de hectáreas sembradas en alimentos. 

Quisiera ver mi presencia en el gobierno, darles un acelerador a esos proyectos. Ojalá que antes de terminar el primer año de gobierno esté andando a plena marcha.

Es importante que en los primeros proyectos de ley que presentemos al Congreso el 7 de agosto será la reforma a la justicia y la reforma política que el país está necesitando urgentemente.

¿Cómo se articularía la iniciativa con la Cancillería?

Es que crear un ministerio para el desarrollo de las fronteras implica una visión integral sobre el desarrollo fronterizo. El error hasta ahora ha sido mirar esto simplemente desde la óptica de la Cancillería que, desafortunadamente, siempre ha sido muy volátil en su visión sobre las fronteras, porque ha visto esto desde el punto de vista exclusivo de la soberanía y del cuidado unos tratados fronterizos, pero que jamás ha tenido la capacidad jurídica de liderar el verdadero desarrollo.

Quiero que haya condiciones atractivas para que se establezcan empresas, ojalá empresas binacionales, que podamos estimular esta integración con países como Perú, Brasil, Panamá. Que podamos tener de nivel binacional en el tema de ecoturismo.

En el gobierno de Álvaro Uribe, cuando fui ministra de Defensa me inventé el programa de soberanía social en las fronteras. Lamentablemente después se abandonó. 

Un grave suceso queda marcado en la historia con los inconvenientes de las consultas del 11 de marzo, ¿Daría pie esto para plantear una reforma electoral?

Cuando me refiero a la reforma política y a la justicia es porque la solución a la crisis política depende de un fortalecimiento de los partidos. Necesitamos partidos que sean fuertes, claros ideológicamente, que sean fuertes en sus organizaciones de base, que tengan membresía ciudadana importante, democráticos en los que definen las grandes directrices y estrategias que no sean solamente los congresistas, al contrario, que sea de base ciudadana, con gran participación política de las regiones.

Una vez que se haga la reforma política, creo que las siguientes elecciones presidenciales van a ser muy diferentes a estas. No estoy segura de que en el futuro se requiera tanto de coaliciones como ahora, porque en este momento estamos jugando es el futuro de la democracia.

O sea que ¿estas serían las últimas elecciones con coaliciones?

Iván Duque y yo sabemos, así como lo supieron Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, que aquí lo que está en juego es el futuro de la democracia. Lo más importante era pensar en el país por encima de cualquier aspiración individual y para nosotros hacer una consulta era de vida o muerte, no para nosotros, sino para Colombia, porque éramos las únicas personas que pudieron ofrecer una alternativa real frente al riesgo del populismo, que es lo que encarnan algunos candidatos, o frente al riesgo del continuismo que encarnan otros.

En el futuro la necesidad de las consultas va a depender, quizás, de lo que suceda en nuestro gobierno. Estoy segura de que Iván Duque y yo vamos a hacer un gobierno que les devuelva a los colombianos la confianza en las instituciones y que permita fortalecer los partidos y, en el futuro, tener unas elecciones en las que el país se juegue una visión del Estado y no el futuro mismo de la democracia. 

En el futuro cualquier otra consulta tiene que hacerse en unas condiciones de mejor eficiencia, gerencia por parte de la Registraduría, porque el manejo del tarjetón fue totalmente inaceptable. Vemos una gran improvisación y una falta absoluta de transparencia sobre cómo fue el resultado de la consulta. 

Proyecciones políticas

Vargas recibió apoyo de CR y La U, algunos uribistas, algunos conservadores; De la Calle ya le dijo no a Fajardo, en una eventual segunda vuelta con otro candidato, ¿Qué alianzas serían viables para obtener una victoria definitiva? 

Desde ya estoy totalmente convencida que tenemos mucha cercanía con gente como la doctora Viviane Morales, varios de los recién elegidos al Congreso, sectores de las iglesias cristianas, gente muy afín a nosotros. 

Por encima de todo diría, desde ya, que Iván Duque y yo queremos sellar una alianza para los próximos cuatro años con el pueblo colombiano, esa es la principal alianza. No solamente vamos a trabajar por un partido o dos, no, vamos a trabajar por los 50 millones de colombianos.

He dicho desde hace mucho que nos gustaría que el partido Conservador, como institución, y con un acuerdo programático como el que hice con Óscar Iván Zuluaga cuando lo apoyé hace cuatro años. Ojalá el Partido Conservador venga y apoye esta candidatura, con eso podrían reparar buena parte de la equivocación que cometieron yéndose a reelegir a Juan Manuel Santos hace cuatro años.

¿Cómo unir las bases conservadoras y recuperar los sectores que se ha llevado Vargas? 

No creo eso, creo que es más lo que han dicho y lo que han querido hacerle ver a la opinión, que lo que en realidad sucedió.

Lo que tengo clarísimo es que en el Partido Conservador los que ponen los votos son las bases del conservatismo, esas bases son muchísimos concejales, exconcejales, diputados, exdiputados, muchísima gente que cree en esta ideología conservadora. Ellos han estado acompañando a Marta Lucía Ramírez, por encima de todo.

Son más los amagues de apoyo a otro candidato que la realidad que estén apoyando a alguien diferente.

La única manera que concibo un acuerdo nuestro sería con el verdadero acuerdo programático, así como le propuse a Óscar Iván Zuluaga hace cuatro años, porque no creo, para nada en esos acuerdos de simplemente de sumar dos colectividades o en sumar fuerzas políticas, simplemente sumar por sumar votos. Hay que ver cuál es la identidad y tiene que estar reflejada en ese compromiso de fortalecer el Estado de Derecho, fortalecer las instituciones, recuperar la justicia, lograr una reforma política que de verdad cambie el desprestigio de los partidos por una mayor credibilidad, una verdadera. 

La política da muchas vueltas y sus personajes mucho más, ¿Qué reflexión le deja no haber seguido con los llamados ‘quíntuples’ y que ahora sea la fórmula vicepresidencial en una alianza con Uribe, de quien -en su momento-, tuvo serias críticas?

Nunca he tenido críticas sobre el expresidente Uribe en particular. Hemos tenido posiciones diferentes en algunos momentos sobre algunos temas, pero con el presidente Uribe no he tenido posiciones críticas.

Lo que siempre he rechazado es el clientelismo, la contratación a dedo para las maquinarias políticas de los congresistas y, por esa razón, es que me tuve que salir del Partido de la U, porque rápidamente observé que era un partido al cual solo le motivaba ver qué le sacaban al gobierno Uribe, pensando ya ellos en la segunda reelección.

Me salí de la U porque vi que había un grupo de congresistas que no tenían mayor compromiso con esa seguridad democrática, que era en lo que sí creía.  Estaban viendo cómo iban a una tercera elección presidencial y eso me hizo tomar distancia, porque no me parecía que era una buena idea lo de la tercera elección.

Tenía una afinidad con los quíntuples, ese discurso de los cinco en contra del clientelismo, de la politiquería, de la contratación a dedo, de entregar el Estado a las maquinarias políticas, cuando el Estado colombiano tiene que estar al servicio de 50 millones de colombianos. Estoy convencida que, si hubiera seguido en los quíntuples, ellos nunca se hubieran izquierdizado tanto como ha pasado últimamente. 

Lo que me hizo descartar esa idea, después de pocas semanas, fue ver cómo a la vanidad era superior a la capacidad de organizar un partido coherente desde el punto de vista ideológico y de organización política seria, mirando hacia el futuro. 

¿Cómo trabajar con un Congreso para lograr acuerdos sin entregarle mermelada?

Lo más importante es reconocer a los partidos como instituciones y lo que vamos a hacer es volver a recuperar a los partidos, que sean creíbles, que tengan la legitimidad de que es la institución la que está representando allí en el Congreso a los ciudadanos. Necesitamos que representen a los ciudadanos y no partidos que se organicen simplemente para desarrollar el interés clientelista de sus parlamentarios. Esos son dos concepciones totalmente distintas.

El gobierno de Iván Duque, sin duda, va a hacer acuerdos con los partidos como instituciones para sacar adelante unas reformas en el Congreso, como la reforma política. 

Teniendo en cuenta que el Vicepresidente no podrá ser elegido Presidente ni Vice para el período inmediatamente siguiente, ¿Demorará su aspiración de pisar como titular la Casa de Nariño hasta 2026?

Realmente creo que uno no puede entrar a un cargo tan importante como la Vicepresidencia para hacer cálculos y pensar en las aspiraciones personales, ni en hacer cosas o guardarse cosas en función de cálculos politiqueros ni para las aspiraciones personales.

Uno en la Vicepresidencia debe actuar todo el día con total despego y pienso que esto me va a dar una oportunidad maravillosa de hacer algo con lo que siempre he soñado, es dedicarme a impulsar la generación del relevo. Quiero impulsar a jóvenes que queremos ver ocupando los cargos en la administración pública, pero, sobre todo, apoyar esos líderes que esperamos que tenga la Presidencia de Colombia, por lo menos por los siguientes cuatro gobiernos.

Usted fue la primera Ministra de Defensa mujer; prácticamente creó el Ministerio de Comercio; la primera viceministra y luego titular, y sería la primera Vicepresidente, ¿Qué reflexiones puede hacer de toda la trayectoria?

La reflexión más importante es que cuando uno realmente ama a Colombia, como amo yo a este país, tiene que pensar que uno le sirve al país con total dedicación y las aspiraciones personales tienen que pasar a un segundo lugar.

Acepté ser parte de esta consulta porque le tengo mucho miedo a que Colombia se vaya hacia el populismo y precisamente por eso acepté, hipotéticamente, podría ser la persona que quedara en el segundo lugar y como vicepresidente. Asumí la consulta a sabiendas que tenía ese riesgo.

Mucha gente me ha dicho que debí irme a la primera vuelta y yo miraba para atrás, me pregunto si estuviera dispuesta a llegar a la primera vuelta y la verdad es que no, porque me daría muchísimo miedo que las opciones de Colombia fueran solamente las del populismo y las del continuismo, porque estoy segura que, si no hubiera estado en esta consulta, el Centro Democrático realmente no hubiera podido llegar a la primera vuelta fortalecido, como vamos a ver que va a suceder en este momento. Por eso, para mí lo más importante es que actué con coherencia, absoluto desprendimiento.

Creo que si lo que me tiene reservada la historia es ser la primera Vicepresidenta, me voy a sentir tremendamente orgullosa y feliz de que, ya no como Presidenta sino como Vicepresidenta, voy a seguir insistiendo tercamente en abrir espacio para que otras mujeres puedan pararse en mis hombros y, después de mí, lleguen otras mujeres y ojalá podamos verlas en la presidencia muy pronto, porque quiero seguir poniendo mis hombros para que se paren muchas otras detrás de mí.

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