Indispensable que grupos guerrilleros se sinceren

Es preocupante para el país que el señor Presidente, continúe avanzando con el Proceso de Paz, cuando en los horizontes de nuestra Patria existe un ambiente enrarecido, por la falta de unidad de mando de las FARC, como lo demuestran las masacres de los últimos días.

¿Será que quienes se encuentran en la mesa de negociación por parte de las Farc, no son sus auténticos representantes?

El peor fracaso para cualquier negociación que adelanten los gobiernos con grupos insurgentes, es que estos, no tengan definición ideológica, y un cronograma a seguir dentro de su agenda revolucionaria, como lo están demostrando los señores de las Farc.

Los actos de violencia cometidos últimamente, no tienen nombre, y la sociedad Colombiana, debería levantarse pacíficamente para pedir al Gobierno, que sus representantes negociadores del proceso de paz, exijan a sus similares de las Farc, cumplan su palabra liberando a todos los niños que se encuentran en sus filas, y cese todo tipo de hostigamientos y asesinatos contra la población civil.

En cuanto al Eln, que se ha sobrepasado en crueldad, al exhibir como trofeo de guerra las extremidades del cabo Ávila del Ejército, que pisó una mina cuando se encontraba acondicionando un parque para niños, en Convención, Santander, es un acto de tal barbarie que además de vergonzoso, pone de presente que para poder entrar en diálogo el grupo subversivo debe comprometerse a manejar una hoja de ruta acordada con los negociadores del Gobierno, que permita un diálogo sincero y verdadero.

Si analizamos ambos grupos guerrilleros, nos damos cuenta que hace varias décadas cambiaron su ideología revolucionaria, por la del narcotráfico, -colocando toda su infraestructura y logística guerrillera a favor de la siembra, industrialización y comercialización de coca-, hasta ubicarse en ser toda una multinacional, que al día de hoy se puede decir: son las organizaciones narcoterroristas mas potentadas del Mundo.

Como si fuera poco, se dedicaron también al negocio del: secuestro, la extorsión, y el chantaje; desplazamiento forzado de predios rurales, con las consecuentes matanzas de campesinos y la violación de sus esposas; sobre estas crueldades el País conoce de casos tan desgarradores y denigrantes, que a decir verdad no se han cometido en ninguna parte del Mundo.

Los miles de episodios dolorosos cometidos por los grupos guerrilleros de las Farc y el Eln, nos da pie para decir sin lugar a equívocos, que han perdido su ideal revolucionario y convertido en grupos de facinerosos para atemorizar a la población civil, especialmente de las áreas rurales y municipios aislados, con el fin de someterlos a punta de violencia.

Los auténticos grupos guerrilleros por lo general tienen un ideal muy bien definido y su lucha armada para lograr sus objetivos revolucionarios, está limitada a lo esencialmente necesario, sin ir a traspasar las límites de su accionar violento, regulados por los organismos del Derecho Internacional Humanitario.

Lamentablemente la guerrilla en nuestro País ha perdido ese norte, su militancia se ha limitado a ser grupos terroristas de ostentación económica alimentadas especialmente por el narcotráfico bajo las cortinas del terror y de violencia, que desde hace varios años vienen sembrando las áreas rurales y urbanas de tumbas y calvarios.

Pero lo más grave de todo es que las Farc, no honran su palabra: hace unos días se comprometieron a dejar en libertad a los niños menores de 17 años que se encuentran en sus filas, pero, sorpresivamente han cambiado de parecer, la razón es muy sencilla: saben que liberando a un grupo, quedarán al descubierto todos los horrores y arbitrariedades que cometen con los niños reclutados a la fuerza.

Pero también tendrán que responder a los cientos de padres de familia, por la suerte que han corrido sus hijos, que muchas veces a su temprana edad tienen que librar combates con el ejército, que prefiere no enfrentarlos y más bien capturarlos para ser llevados a hogares del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

Considero que la sociedad Colombiana con los organismos internacionales a la cabeza, no debe quedarse inerme ante tamaño desafío en pleno proceso de paz, el gobierno no hace bien que los señores de las Farc que hace unos días se comprometieron a liberarlos, ahora salgan con que no lo van a hacer, debería exigirles que cumplan su palabra.

Se calcula que las Farc en un 40% está integrada por menores de edad de ambos sexos, niñas menores de quince años, que son violadas por sus comandantes y al resultar embarazadas son obligadas abortar, so pena de ser sometidas a tratos crueles, que muchas veces terminan en fusilamiento.

¡Oh! los liberan, o el proceso de paz debería suspenderse, hasta tanto se aclare tan delicada situación; que un grupo subversivo con pretensiones de firmar un Acuerdo de Paz, se niegue a liberar a cientos de niños que han sido reclutados a la fuerza, es un desafío de tal magnitud que lesiona gravemente nuestra sensibilidad humana, y quebranta las más elementales derechos de los niños.

Es tan inhumano y cruel el trato que les dan, que muchas veces a su temprana edad no resisten el peso de los trabajos impuestos, finalmente para deshacerse de ellos, son sometidos a consejos verbales de guerra por el delito de ser infiltrados, condenándolos al fusilamiento o a la horca, pero previamente los ponen a cavar su propia fosa y la ejecución la debe cumplir obligatoriamente un compañero de filas, so pena de correr la misma suerte.

Son miles los testimonios que se reciben, pero, muy especialmente de quienes han vivido el flagelo del secuestro, en cada uno de sus libros hay testimonios desgarradores, niños que son maltratados, niñas violadas, y sometidos a trabajos tan crueles, como por ejemplo: llevar al campamento hasta cien viajes de leña en un día, o abrir kilómetros de trincheras en un mes.

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