Julia Pastrana, mujer extraña

“La mujer más fea del mundo”  era tierna y alegre en un interior.

Un cadáver de mujer momificada recién llegó a  Culiacán, provincia de Sinaloa en México. Recibió homenajes sencillos, honras fúnebres sin pompa y reconocimiento social, mientras el mundo se pregunta: ¿Quién fue Julia Pastrana?

Se  presume de origen indígena. Su nacimiento en 1834 y su muerte en Moscú, 1860. “La mujer más fea del mundo”  era tierna y alegre en un interior. Convirtió la enfermedad, el desorden genético con que nació, en instrumento de trabajo. Tenía la piel cubierta de cabello oscuro, en especial su cara. Además sus maxilares protuberantes le hicieron agregar a la descripción el término de “la mujer simio”, el evidente eslabón perdido en la teoría evolucionista.  Julia Pastrana era víctima de una hipertricosis e hiperplasia gingival. Fue vendida por sus padres que no deseaban esa carga maldita a un comerciante norteamericano que la exhibía y cobraba por este fenómeno. Se casó con ella para garantizar la administración y los ingresos. Se presentó en el  Gothic Hall, N .Y., después de haber abandonado el servicio doméstico en casa del Gobernador.

Julia Pastrana era pequeña de estatura, 1.37 metros, bailaba elegante en la punta de pies, tocaba guitarra y su voz era mezzosoprano. Cuando tuvo un hijo, el único que procreó, vino con la misma enfermedad y murió a temprana edad. Pero lo embalsamaron y lo presentaban junto a su madre. Los científicos señalaban  que Julia  era un híbrido entre humano y orangután. Los médicos alemanes recomendaban a las mujeres embarazadas no asistir a las presentaciones de La Mujer más fea del Mudo para que sus hijos no se contagiaran.

Los cadáveres de Julia y su hijo fueron vendidos en una convención de circos por su hermana  Zeodora. Julia había muerto a causa de una fiebre puerperal.  Posteriormente la momia de Julia llegó a Oslo. Pero antes las momias habían sido robadas y luego abandonadas en una zanja donde la momia del crio fue devorada por los ratones.

Un largo trámite e innumerables gestiones debió hacer una comisión de personalidades de Sinaloa para obtener la entrega de los restos de Julia Pastrana, cuya figura impresionó al mundo y dejó réditos económicos a sus empresarios. Los sinaloenses han decidido poner un plancha de hormigón en la tumba de Julia Pastrana para evitar el robo de su cuerpo momificado y el  uso comercial de su cara cabelluda que atraiga el morboso mirar de los humanos lampiños y el asombro gutural de los gorilas del circo.

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