La adaptación de la farcocracia & co

“A nosotros no nos interesa quedarnos con una porción del territorio nacional, sino hacer política para gobernar el país.”

Palabras de Tirofijo en San Vicente del Caguán, Caquetá, en pleno proceso de paz con el gobierno de Andrés Pastrana Arango, 1999.

“En la práctica nosotros somos otro gobierno dentro del gobierno.”

Entrevista con la Revista Semana, 18 de enero de 1999, después de haber plantado al presidente Andrés Pastrana Arango en el inicio formal de los diálogos de paz el 7 de enero de 1999.

Fuente: “Frases de grueso calibre de guerrilleros, narcotraficantes y sicarios” Recopiladas por Camilo Chaparro, Intermedio Editores, 2008. Página 41

“Que las FARC compitan por el apoyo de los colombianos. Sin exclusiones una vez que asuman el reconocimiento de responsabilidad acudan a la Jurisdicción Especial para la Paz y reparen a sus víctimas…”

Fuente: Declaración del Jefe de la Delegación del Gobierno, Humberto De la Calle, La Habana 24 de agosto de 2016 al terminar su labor en La Habana.

Las FARC no cometieron "crímenes de lesa humanidad" en Colombia. “Si el régimen intolerante, excluyente y violento nos hubiera permitido hacer política en paz, nunca habríamos surgido como expresión de la organización de la resistencia popular.”

Fuente: Hispan TV de Irán / Sábado 1º de noviembre de 2014. Publicado por Agencia Prensa Rural

Como los que están intentando construir la paz son cierta clase de políticos, no sociólogos, dicen lo que creen lógico y no se dan cuenta que la gente sabe que mienten; porque no tienen en cuenta el funcionamiento de la sociedad, sino cómo la usan para sus intereses. Entonces se sorprenden cuando experimentan cómo cobra la sociedad las mentiras.

La mentira de un individuo puede ser tolerable; entendible, perdonable. Pero las mentiras de una organización terrorista, por su misma esencia, son una afrenta a la sociedad, no a una persona. Y cuando esa mentira se publica internacionalmente, es un reto a las autoridades nacionales e internacionales. Así, ninguna acogida funciona. Por lo tanto, un acuerdo jurídico, elaborado por los mejores cerebros del régimen, puede ser bueno y confiable, no porque haya que hacer sacrificios, como pide Santos, sino porque esos sacrificios son proporcionados, racionales, y hacen sentir bien una estructura social, ya que son éticos, sabios, justos, necesarios para la sociedad; imparciales, respetables. Pero no siendo así, la sociedad se resiste. EJEMPLOS DE LOS QUE VEMOS:

1. Es un dilema ético que hace sufrir aceptar un acuerdo de paz con un grupo terrorista por sus atrocidades cometidas en el pasado; es decir, hacer concesiones cuestionables para la paz y, por otro lado, tratar de ENEMIGO a quien se opone a esa concesión; considerar BRUTOS a los que saben que es un SACRIFICIO ATROZ por lo que se menosprecia la inteligencia de esa sociedad diciendo que TIENE QUE TRAGAR SAPOS, o MANIPULÁNDOLA con amenazas, si no accede; o acudiendo a una FALSA MISERICORDIA: “Hay que ser generosos con las Farc.” (Santos)
2. El dilema de la legitimidad e imparcialidad ideológica de la JEP. Además ¿Pueden justificarse las intervenciones de personas ajenas al sistema judicial, o un abogado español que pretende mandar en Colombia, conductas que van contra el sentimiento de dignidad de la sociedad y contra las metas e intereses de una verdadera paz, no solo de un cese de hostilidades?
3. El dilema del poder del gobierno vs hacer lo malo para conseguir algo supuestamente bueno en favor de las Farc. Se manifiesta en el uso del poder por parte de los que negocian la paz para bloquear temporal o definitivamente las acciones de una parte del acuerdo (Las responsabilidades de las Farc ante la justicia), o la crítica de la oposición, sin explicar o abordar los motivos legítimos subyacentes en esas acciones. El inconsulto proceso de La Habana con la opinión pública fue también el caso. Con lo anterior se corre el riesgo de crear un cambio temporal solamente, que puede volver a causar problemas más tarde porque el negociador ha utilizado su poder para forzar un aplazamiento de la verdadera resolución del conflicto, máxime cuando el pueblo ha rechazado el acuerdo.
4. En contraste, el sacrificio de pagar impuestos desmesurados duele en el bolsillo, pero no en alma. Quien no la tiene, desde luego, no entiende.

Ahora bien, estos dilemas y sacrificios no son procesados ni jurídica ni políticamente por la sociedad colombiana, sino como un comportamiento culturalmente incorrecto, amenazante. De esa forma el problema de la paz, por parte del gobierno y las Farc, ha sido que ellos ignoran que la sociedad colombiana tiene un patrón de supuestos éticos básicos que hemos heredado, inventado, descubierto o desarrollado para aprender a lidiar con los problemas de nuestra adaptación interna como ciudadanos y para afrontar también la pretensión externa de alguien que habiendo tenido un comportamiento criminal desea una integración social , como es el caso de las Farc o el de cualquier criminal que desea ser miembro respetable de la sociedad. Esa falta de sensibilidad es socialmente inexplicable por lo que uno diría entonces que se trata del desorden de una personalidad antisocial.

Las Farc alegan un derecho a la rebelión, pero no existe un derecho al terrorismo, ni al narcotráfico, aunque esas acciones se basen en motivos políticos, al igual que factores económicos, porque las consecuencias de sus actos recaen sobre personas inocentes y sus familias en el peor de los ámbitos: el del terror psicológico generando paranoia, sensación de incertidumbre, desconfianza e inseguridad generalizadas. El fundamento para lograr este efecto se basa en el miedo e indefensión que produce en sus víctimas, sumada a ello la irracionalidad de los actos terroristas según la perspectiva de la gente. Y este grupo aspira a ser admitido en la sociedad colombiana. Por todo lo anterior el primer triunfo innegable de Uribe fue que la ciudadanía pudiera salir de la prisión bogotana y transitar libremente por las carreteras del país custodiados por el Ejército. ¿Hemos olvidados eso? No seamos desagradecidos.

¿Qué sucede con este inmenso dilema social? Antes de ingresar a un grupo, institución o país cualquier sociedad verifica que el ASPIRANTE NORMAL a ser miembro haya funcionado lo suficientemente bien, como para ser considerado digno de confianza y, por lo tanto, para ganarse el derecho de que se le enseñe la forma correcta de percibir, pensar y sentir en relación con los problemas de integración a una colectividad democrática. Para una PERSONA NORMAL eso es entendible. Pero ni las Farc ni Santos y sus amigos han querido entender ese mínimo y básico funcionamiento social, que es universal, ya que está por encima de cualquier conveniencia política; y, por el contrario, pretenden enseñarnos cómo deben ser las cosas, los terroristas acostumbrados a tratar a las patadas a su propia gente y a fusilarlos por cualquier pendejada. ¿Por qué desertaban los guerrilleros si vivían tan felices en familia como dicen cínicamente los del Secretariado?

Hasta el sistema jurídico ha previsto un sistema de inhabilidades para defender a la sociedad por cosas más nimias; y como burla al sentido común se ha manipulado el discurso del perdón para evadir esa catedral de injustica e impunidad por parte de Timochenko aspirando a la presidencia; y el colmo de todos los colmos es cuando el editorialista de El Espectador le dice a los congresistas “No más chantaje con la paz” (Nov. 5/17), pero no menciona el chantaje de Santos al país cuando habla de que debemos ser generosos con las Farc, porque si no, habrá guerra (Noticiero RCN de las 7 p.m., noviembre 2/17)
Pero no somos pendejos, señor editorialista. La ‘estrategia cristiana’ de Santos está en línea con la de las Farc, Chávez (invocaba a Cristo en público para que lo curara del cáncer), Maduro y los hermanos Castro, creyendo poder manipular a los Papas y latinoamericanos católicos. “Si en repetidas ocasiones invitamos al Papa (Pablo VI) a Casa Verde, fue ante nuestra imposibilidad de buscarlo y conversar con él en Bogotá. Y como habitamos en un país católico estamos en nuestro derecho de invitar al Papa sin el permiso de El Tiempo.”

(Carta del Estado Mayor de las Farc dirigida a Enrique Santos Calderón por una columna de Contra escape firmada por Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas, Raúl Reyes, Alfonso Cano y Timoleón Jiménez, 8 de julio de 1986. Fuente: Frases de Grueso Calibre, página 37)

Pretendían en 1986 y 2017 manipular el sentimiento católico mediante una entrevista con el Papa por lo que después de hablar con Francisco, Raúl Castro dijo: "Leo todos los discursos del Papa y si el Papa continua hablando así volveré a rezar y regresaré a la Iglesia y no lo digo en broma." Obviamente mentía descaradamente.

Junto con la reflexión sociológica anterior me abrió los ojos el libro “FARC el País que proponemos construir,” (Editorial La Oveja Negra, 2001.) que reúne una serie de propuestas de líderes importantes del comunismo criollo. Por lo que me surgió esta pregunta: ¿Por qué no hay dudas, ni se discuten, las condiciones de adaptación y reincorporación de un guerrillero raso a la sociedad y sí se admite la ‘defensa’ de las pretensiones de Timochenko por parte de Santos? Ahí les dejo esa pequeña incógnita que es el meollo que enfrentamos. Pero procedamos a hacerles un examen de ‘ingreso’ a las Farc, no según nuestros parámetros, sino con los que ellos consignan en el libro mencionado.

LO QUE QUIEREN LAS FARC SEGÚN SUS PROPIOS DOCUMENTOS

1. “Para facilitar el logro de este objetivo, las FARC ha recabado la necesidad de que la paz consiste en una política de Estado, que para el comandante Marulanda, según lo expresó en la entrevista antes citada, significa: Que la política de paz no estará sometida a los caprichos de los gobernantes de turno, sino que tendrá una continuidad; y la paz, como política de Estado, debe ser encaminada A ERRADICAR TODOS LOS FACTORES OBJETIVOS QUE HICIERON QUE UN CONSIDERABLE NÚMERO DE COMPATRIOTAS SE LEVANTARAN EN ARMAS CONTRA EL ESTABLECIMIENTO.” Esto sencillamente se llama VENGANZA. Los que les mataron las gallinas a Tirofijo ya murieron. Luego esos ‘factores objetivos’ son los de ahora, para que haya tranquilidad y poder manejar sus intereses; uno de esos factores es, obviamente, Uribe. Es decir, la paz habanera, es una cortina de humo. Sin embargo, todo lo anterior se hubiera podido evitar. El 4 de mayo de 2014, Juan David Laverde Palma publicó en El Espectador “La oferta secreta de los narcos para entregarse” en la que se revela un documento de 109 páginas, “Agenda para solucionar el problema del narcotráfico y la violencia que genera” al que puede usted acceder en internet. Los narcos proponían desmontar el negocio a cambio de no ser extraditados; tampoco querían el poder, sino la comodidad relativa de quedarse en Colombia. Esto lo plantearon en el 2011, pero Santos prefirió dialogar con las Farc. Resultado: la cosa se complicó porque el negocio y la violencia siguen vivitos, las Farc no ayudarán a desmontar el narcotráfico y quieren el poder; lo anuncian de manera cínica, ofenden, y Santos calla, o no le importa. Al fin de cuentas está organizando maletas. J.J Rendón fue el intermediario con la Presidencia; al revelarse el asunto, hizo temblar la Casa de Nariño y nada pasó. Si esto hubiera ocurrido en EE.UU, Santos no estaría en el poder y habría sido procesado por traición.
2. Las Farc conciben la paz como la apertura que se le debe dar a la izquierda para sus conquistas socialistas con un modelo económico de desarrollo de prosperidad (Pág. 10) Pregunto: ¿No va el narcotráfico en contravía de ese desarrollo?
3. Consideran que ellos como enemigos del estado han sido mal definidos al considerárselos bandoleros, delincuentes comunes o grupo mafioso. (Pág. 13) Entonces ¿Por qué comparecerían ante la JEP? Ah… ¡Por acciones relacionadas con el conflicto! ¿Y cómo se llaman esas acciones? Crímenes de lesa humanidad.
4. Creen que el gobierno no quiere hacer cambios de fondo. Pero no definen qué son ni cuánto cuestan esos cambios, ni política ni económicamente. Y su razón es la habitual: su concepción trasnochada de la clase explotadora, los empresarios y la élite nacional. No sé si Marulanda alguna vez cayó en cuenta del cambio que el mundo ha tenido hacia la globalización en donde no hay explotadores ni explotados, sino un gran mercado, por lo que ellos no se consideran parte del problema. (Págs. 14-16)
5. En el 2001 el estado tenía claro LO QUE NO ERA NEGOCIABLE a pesar de que la guerrilla estaba en un momento fuerte. Marulanda se quejaba y exclamaba ¡Qué carajo es negociable! (Pág. 17-18) Afirmaba Marulanda, en aquella época: “Luis Carlos Villegas de la ANDI y Jorge Visbal Martelo de FEDEGÁN decían que no eran negociables la libertad de empresa y la propiedad privada, pero no dicen que es negociable.” Pero parece que Santos y las Farc en el 2011sí se pusieron de acuerdo en qué parte del país lo era. Entre los puntos de aquel entonces la aspersión aérea no era negociable; las instituciones del estado no podían ser modificadas; pero se introdujo la JEP, es decir, se negoció la justicia; tampoco se podían ignorar los compromisos internacionales; pero la CPI ha tenido que venir al país a recordar ‘cosillas’; el Plan de Desarrollo, de corte neoliberal, según las Farc, se sustituyó por las ZRC y la pretensión de gobiernos autónomos. En los dos gobiernos de Uribe se reafirmaron aquellas cosas que en el 2001 no se negociaban. Todas esas conquistas mantenidas se fueron al garete con Santos, para la ‘apertura democrática’ que querían las Farc.
6. LA SOLUCIÓN POLÍTICA DE LAS FARC. (Págs. 22-29) En 2017 el país tiene la idea de que el proceso de paz se fraguó en La Habana. No. Las Farc lo tenían concebido y lo impusieron como se demuestra con el documento del 2001, arriba mencionado.

a. “Cese de fumigaciones en los pequeños cultivos…entorno social favorable…La tregua es bilateral. Como lo es también el cese de fuegos…Ambas partes silencian los fusiles y la guerrilla permanece donde está, en sus sitios habituales” (Pág 25)
b. “La tregua es para trabajar la materia prima de la Constituyente. Es una visión muy diferente a la que tienen LOS ENEMIGOS DE LA PAZ” (Pág.26). Parte de esa constituyente se fraguó en el Acuerdo Final.
c. “A la Constituyente (Acuerdo Final) se llegará con un acuerdo de paz; por eso se recomienda que en ese momento las FARC depongan las armas (no entregarlas, ni desmovilizarse, eso debe quedar claro), que es el compromiso de no usarlas.” (Pág 26) Para eso son el partido político, las disidencias y las caletas que no se han ubicado. Queda claro que el proceso de paz es un señuelo. Lo confirma Santos cuando en el Noticiero Nocturno de RCN de Nov 2/17, dijo: “Vamos a tener que ser generosos, porque si no, no entregan las armas y continuamos la guerra” al referirse a la sinvergüencería de la JEP. ¿Acaso no las han entregado según la ONU?
d. “A su vez las Fuerzas Militares se ‘ajustarán’ a la nueva realidad, lo cual equivale a su reestructuración como está establecido en la ‘Agenda Común’ pues se requerirá de una fuerza pública ajena a la Doctrina de Seguridad Nacional y a actuar bajo los parámetros del conflicto de baja intensidad, como sucede hasta ahora. En el fondo, unas nuevas Fuerzas Militares para la paz y la democracia.” (Págs. 26-7) “Establece una nueva doctrina militar y de defensa nacional BASADA EN LOS PRINCIPIOS BOLIVARIANOS… respetuosa de los Derechos Humanos.” (Pág. 30) Son conocidos los cambios de doctrina de las Fuerzas Armadas bajo el nuevo ‘paradigma de la paz’ tal como lo querían las Farc en el 2001.
e. PARAMILITARES. Las Farc solo conciben “El fin de la impunidad y el sometimiento a la justicia… (de los paramilitares) depuración de las Fuerzas Militares…la Policía, organismos de seguridad que hayan colaborado con el paramilitarismo. Deben ser procesados por la justicia ordinaria. También debe extenderse el castigo a los civiles que colaboran con la financiación y acción de estos grupos.” (Pág. 27)
f. EL ORIGEN DE LA JEP. “El Estado debe adoptar las recomendaciones de Naciones Unidas y hacer lo mismo con las de las ONG y otras instancias internacionales que no tienen carácter vinculante, a fin de que, junto con la legislación nacional al respecto, se puedan integrar en un solo cuerpo a manera de herramientas legales y constitucionales para someter a la justicia a los grupos paramilitares.” (Pág. 27) Las ‘ONGS’ la conformaron Enrique Santiago, Álvaro Leyva y los asesores de la Presidencia. Del sistema de justicia colombiano solo copiaron los sueldos de los magistrados.
g. EL ANUNCIO DISIMULADO DE UN ESTADO SOCIALISTA. “El Estado (¿Qué clase de estado? ¿Manejado por quién?) será el principal propietario de los sectores estratégicos (energéticos, comunicaciones, servicios públicos, vías, puertos y recursos naturales) al tiempo que señalan orientaciones del manejo económico para ampliar el mercado interno, la autosuficiencia alimenticia y el estímulo permanente a la producción, a la pequeña, a la mediana y a la gran industria, a la autogestión, la microempresa y la economía solidaria.” (Pág. 31) ¿Acaso no se hace todo esto en la sociedad capitalista de manera más efectiva? En el gobierno Uribe se vio el crecimiento de la economía y la inversión.
h. “De esta manera despejan el temor de los capitalistas en el sentido de que su sacra propiedad privada esté amenazada.” (Pág 31) En Venezuela y Cuba esa propiedad no está amenazada siempre y cuando el propietario ‘colabore’ o sea parte del régimen. ¿O si no cómo se explica las fortunas de muchos funcionarios de esos regímenes en paraísos fiscales? “Lo que sí existirá es intervención del Estado para que la propiedad cumpla un papel social y que las utilidades de los dueños no afecten la mejor distribución del ingreso.” (Pág 31) (Cualquier abogado tributarista podrá explicarle a las Farc el berenjenal que pretenden resolver, sin saber nada del asunto.) “El 50 por ciento del presupuesto nacional será destinado al bienestar social, en contraste con lo actual, que entrega para los gastos militares y de pago del servicio de la deuda el 75% del presupuesto nacional, dejando el resto para lo social y el funcionamiento.” (Pág. 31) Se ve que estos tipos no tienen la más remota idea de presupuesto, ni cómo se elabora, o por qué se distribuye según necesidades sustentadas con cifras y documentos, no caprichos imaginados. ¿Jamás se preguntan por qué ciertas partes del presupuesto no se ejecutan?
i. LA PERLITA DE LA ‘ADMINITRACIÓN ESTATAL’ FARIANA. “Proponemos como un alivio para las víctimas del salvajismo capitalista, y como mecanismo provisional de redistribución, la creación de un subsidio estatal para todos los desempleados, mientras ponemos a funcionar una estrategia de creación y reconstrucción de empresas del sector productivo agrario e industrial. ¿De dónde saldrá la plata?”
j. “A propósito de la anterior pregunta, ya hemos planteado a la comunidad internacional la necesidad de una moratoria de 5 años en el pago de los servicios de la deuda externa, para invertir esos recursos, cerca de cien billones de pesos de hoy, en la reconstrucción de la industria nacional, en la economía campesina, en la investigación científica. Hemos señalado la necesidad de que esos recursos que se ahorren, queden a disposición de la Mesa Nacional de Diálogos, dados los altísimos grados de corrupción de la llamada clase política colombiana.” (Pág 71). Entonces estos tipos quieren que se lo sirvan todo en bandeja de plata. Santos entendió; yo no.

EL REMEDO DE UNA SOLUCIÓN JURÍDICA PARA LAS FARC

1. UNA NEGOCIACIÓN REALISTA VS LA ‘DIALÉCTICA’ FARIANA. Estimado lector: compare lo que dicen estos Extractos de la Declaración del Jefe de la Delegación del Gobierno, Humberto De la Calle en La Habana el 24 de agosto de 2016, con lo que está ocurriendo. Pongo mis observaciones en paréntesis) “No quiero pedirles que confíen en la paz a ciegas”. (¿Por qué nos previene? ¿Será porque conoce el veneno escondido?) “La firma de un acuerdo de paz no es un salto al vacío… (Es decir, es válido criticarlo, pero quienes lo hacen son declarados enemigos.) Debemos esperar con humildad el veredicto de la ciudadanía…” (La humildad estuvo ausente. Hubo engaño que continúa.) “No hemos hecho propiamente una negociación…” (¿Entonces qué fue lo que hicieron?) “Las tareas de implementación van a exigir aplicación, recursos, voluntad política…” (¿Qué pasó con la voluntad política de los apoyadores del gobierno?) “Que las FARC compitan por el apoyo de los colombianos. Sin exclusiones una vez que asuman el reconocimiento de responsabilidad acudan a la Jurisdicción Especial para la Paz y reparen a sus víctimas…” (Esa ‘pendejadita’ la están evadiendo con el apoyo de Santos.) “La violencia del otro no puede justificar la violencia propia… Que la única reacción legítima contra el crimen es la fuerza democrática del Estado…” (¿Hay entonces que poner la otra mejilla cuando el estado está ausente? ¿Qué pasa con el derecho de defensa de la vida y los bienes?) “En la justicia ordinaria la pena cumple un papel disuasivo. Las sanciones previstas en el Acuerdo tienen en cambio un amplio contenido reparador. La justicia transicional tiene el propósito de superar una etapa de violación masiva de los derechos. No se trata de cerrar los ojos ante el delito. En la justicia ordinaria la pena cumple un papel disuasivo. Las sanciones previstas en el Acuerdo tienen en cambio un amplio contenido reparador. La justicia transicional tiene el propósito de superar una etapa de violación masiva de los derechos. No se trata de cerrar los ojos ante el delito…Pero ante el fenómeno del conflicto armado interno, la visión de la pena adquiere mayor relevancia de cara a las víctimas si amplía su contenido restaurador…” (Todo lo anterior suena muy bonito, pero como veremos más adelante JAMÁS SE LE EXPLICÓ A LA OPINIÓN PÚBLICA EL PANORAMA COMPLETO). “Repito que el acuerdo es un acuerdo sobre lo posible. Pero de la sociedad colombiana depende que sea ejecutado. Primero, si lo aprueba con el voto.” (No lo aprobó.) “Hemos cumplido la promesa que hizo el Presidente Santos desde un principio. Los colombianos tendrán la última palabra…” (No es verdad. Santos pretende que sea la suya.) “Termino con una voz personal: haber logrado un Acuerdo con las FARC no significa que haya existido una claudicación mutua. La Mesa no fue un ejercicio de condescendencias, ni de intercambio de impunidades.”(¿No? Pues estamos viendo a Timochenko burlando la justicia. ¿Por qué?)
2. LA ESCUELA DURA DE NEGOCIACIÓN SOVIÉTICA QUE EL GOBIERNO NO SUPO AFRONTAR. Stalin se quedó con media Europa en los acuerdos de Yalta, simplemente diciendo: Niet, no, y aguantando. Cuando Enrique Santos buscó a las Farc para negociar, comenzó perdiendo. En la Habana como con los sindicatos, siempre se empieza con demandas intransigentes u ofertas ridículas que afectan el nivel de expectativa de la otra parte. Demoran en hacer cualquier concesión y cuando la hacen, esta solo refleja un minúsculo cambio en su posición. Tienden a ser pacientes y a actuar como si el tiempo careciera de importancia para ellos, lo cual manejan muy bien las Farc. Amenazan para obtener resultados y Santos utiliza la misma estrategia contra lo que él cree que somos: una sociedad de cobardes. Los soviéticos decían, si no logras convencer a tus enemigos amenázalos. Aquí se quitan ministerios, mermelada, influencia, etc. Con su discurso marxista tanto las Farc como Santos tratan de menguar psíquica y físicamente al adversario; Santos ayuda con su discurso del ‘baño de sangre’. ¿Supo reconocer el gobierno esas tácticas? ¿Por qué no se paró de la mesa el jefe del gobierno y le dijo a las Farc que negociaran ellos con ellos mismos? ¿A quiénes enfrentan las Farc ahora? Al Congreso que utiliza las mismas mañas. Utilizan el estilo ‘suave’ de las reglas democráticas y les quitan tiempo. Enredan, como hacían Las Farc en La Habana, que fue la estrategia de la guerra fría, la misma que utilizan Trump y el Hombre Cohete. El bobo español de Enrique Santiago llama a esa estrategia corrupción. Stalin fue un hombre reconocido por sus nervios de acero, capaz de aguantar hasta el final en las negociaciones sin inmutarse y sin hacer ninguna clase de concesiones. Aplicaba el viejo adagio negociador con perfil competitivo “lo mío es mío, lo tuyo es negociable” y jamás hizo una cesión voluntaria, que para él no era más que una confesión de vulnerabilidad, pues creía que todo “favor” de esta índole siempre generaba nuevas exigencias y presiones de sus antagonistas. Santos cedió y por eso ahora Timochenko quiere ser presidente. Ese es el secreto de la ‘entrega’ de Santos. No aguantó la presión, ni la aguanta ahora. Ese es el secreto de las pretensiones farianas: desgastar.
3. LAS VÍCTIMAS, LA PENA Y LA JUSTICIA RESTAURADORA. La pena o sanción es el recurso de la sociedad y el estado para controlar el delito, mediante diferentes tipos de restricciones o pérdidas de derechos, existiendo una proporcionalidad entre la pena y el delito. Siendo que la pena es una coacción psicológica con la que la sociedad amenaza a los potenciales delincuentes para que se abstengan de delinquir, también tiene una función positiva que es confirmar la vigencia del ordenamiento jurídico en la conciencia colectiva. Pero como el señor Santos ni De la Calle han tenido la gentileza de explicarle a la opinión pública qué carajos es la justicia restauradora, aquí va una presentación pedagógica de ESPECIALISTAS en el asunto, PARA QUE NOS DEMOS CUENTA DEL ENGAÑO, además de que hay un pequeño problema, NO IMPORTA QUÉ CLASE DE JUSTICIA RESTAURADORA SE APLIQUE, las Farc por ser comunistas opuestos a la civilización cristiana y que hacen la paz como una medida de acceso al poder SE PERCIBIRÁN COMO UNA AMENAZA, NO COMO UN COMPETIDOR POLÍTICO FIABLE; es decir, quiero que me perdones para poder gobernarte. Ja…Ja…Ja…Además, que Timochenko de candidato presidencial es una BURLA A LO QUE DECÍA HUMBERTO DE LA CALLE en la cita al comienzo de este escrito.

AHORA BIEN, ¿QUÉ ES LA JUSTICIA RESTAURADORA?

Trata de los conflictos con sus repercusiones graves de orden personal, familiar y más ampliamente social en donde hay víctimas, (no solo los individuos directos porque el concepto de víctima en este escenario es mucho más amplio) autores o actores, allegados, que pertenecen a una comunidad. Busca la posibilidad de que esas personas tomen parte activa en la búsqueda y en la aplicación de soluciones susceptibles de permitirles retomar el curso de su vida (restauración) de la manera más serena posible. En el caso Colombia la sociedad, afectada por el conflicto, NO PARTICIPÓ en ese proceso. Fue una cosa privada entre Santos y las Farc en contra de todo el mundo.

De conformidad con la filosofía de la Justicia Restauradora, las medidas que promueve se inscriben en un proceso dinámico. Suponen: la participación voluntaria de todos aquellos que se sienten afectados por un conflicto de naturaleza criminal con el fin de negociar juntos; aquí no hubo participación voluntaria, sino que no se sabe cómo ‘surgieron organizaciones en representación de…’ En una participación activa hay una presencia bajo el control de un “tercero de justicia” (en este caso esa jurisdicción se descartó)y con el acompañamiento eventual de un “tercero psicológico y social,”(no se ha visto por ningún lado) buscando las mejores soluciones para cada uno, de tal forma que se pueda establecer la responsabilidad de los actores, (no sabemos de dónde surgió una comisión para conformar otra comisión sobre la verdad) para reparar a todos con el fin de restaurar globalmente la armonía social. ESO NO ESTÁ OCURRIENDO PORQUE NO HAY UNA FILOSOFÍA QUE LO INSPIRE, sino que en su lugar se ha establecido un organismo para castigar y absolver, según el criterio de jueces solamente, no de la sociedad.

“ Las promesas de la justicia restauradora conducen a devolver a las partes y las personas afectadas, que lo desean, la posibilidad de reapropiarse el conflicto, de volver a ser sujetos activos para hacerse cargo de las consecuencias inmediatas del crimen por la justicia penal (Farc y ofensores) y, sobre todo, en el hecho de afrontar , paralelamente, de manera cotidiana y por todo el tiempo como sea posible, los efectos de sus repercusiones de orden personal, familiar y más ampliamente social , a través de medidas restaurativas disponibles.” (Robert Cario)

Vemos entonces que la justicia restauradora no tiene como único objetivo ofrecer a todas las personas afectadas por el crimen un espacio de diálogo en seguridad y respetuoso de todos los participantes, para saber y perdonar, pues tiene por finalidad la restauración de todos, que pasa por:

La auténtica resocialización del infractor después de la ejecución de las obligaciones que le incumben, como pasar por la JEP y reparar económicamente a las víctimas;
La reintegración de la víctima después de la reparación de todos sus perjuicios;

El restablecimiento de la paz social en el seno de la comunidad.

Las evaluaciones disponibles de las medidas de justicia restauradora, practicadas desde hace más de 40 años en el mundo entero, muestran que contribuye de manera decisiva al apaciguamiento de las personas y de los conflictos. Entonces esto no es un juego con el que se nos puede embaucar con cuentos chinos, como si fuéramos párvulos.

LO QUE LA JUSTICIA RESTAURADORA NO ES. Numerosos autores han contribuido a explicar lo que no es la justicia restauradora.

a. La justicia restauradora no está especialmente dedicada a las víctimas. Por definición implica a todos los protagonistas del crimen que se estiman afectados: infractores, víctimas, sus allegados y las comunidades a las que pertenecen. ¿Cómo restaurarían las Farc a los pueblos bombardeados, a las familias de El Nogal, por ejemplo, y a la sociedad colombiana que ha sufrido? Como la cosa es difícil, entonces nos pretenden NEUTRALIZAR PSICOLÓGICAMENTE con la manipulación y el lavado de cerebro del perdón.
b. La justicia restauradora no está exclusivamente orientada hacia el perdón. Aunque el diálogo que permite instaurar durante los encuentros facilita su expresión, queda a la apreciación libre e íntima de los interesados; pues el perdón personal, nada tiene que ver con la deuda social del infractor que se atempera con la justicia proporcional, pues los crímenes de lesa humanidad son irreparables.
c. La justicia restauradora no está sometida a ninguna creencia religiosa. Los valores espirituales que la animan pertenecen a todo aquel que se sienta unido a la humanidad como persona laica. Con la visita del Papa excluyó a las otras denominaciones cristianas cuando sus pastores también han sido asesinados por la guerrilla.
d. La justicia restauradora no tiene ninguna ambición terapéutica, de idéntica manera que el proceso penal.
La justicia restauradora no se concentra exclusivamente en un resultado. El proceso puesto en marcha es en sí mismo benéfico para las partes implicadas, como demuestra la experiencia. Se puede, en todo caso, poner fin al proceso a petición de las partes, del mediador, o del monitor, en función de las medidas. Esta función de la ‘justicia restauradora’ ha sido sustituida por una interpretación legal en favor de las Farc.
f. La justicia restauradora no se aplica exclusivamente al lado del sistema de justicia penal clásico. Es operativa EN LA REGULACIÓN DE TODOS LOS CONFLICTOS, pero debe relacionarse de forma ESENCIAL CON UN SISTEMA PENAL ACUSATORIO LEGAL, NO IMPORVISADO, en materia de crímenes y delitos graves, como están definidos en las regulaciones internacionales. Por eso hemos visto la intervención de la CPI.
g. La justicia restauradora no está exclusivamente reservada al tratamiento de infracciones de poca gravedad. Muy al contrario, las evaluaciones científicas destacan que entre más graves sean los hechos, más satisfactorios pueden ser los resultados para los participantes.
h. La justicia restauradora no está necesariamente opuesta a la retribución del acto. Añade con mucha pertinencia el restablecimiento de lazos intersubjetivos después del crimen. Pero esto no es un dogma de fe.
i. La justicia restauradora no está destinada a convertirse en una alternativa para evadir la prisión. De forma complementaria al tratamiento de las consecuencias de los actos de competencia exclusiva del juez penal, participa en el de las repercusiones personales, familiares y sociales, no teniendo con el crimen, a primera vista, ninguna relación directa e inmediata.

4. ANÁLISIS Y RESUMEN CONTRASTIVO CON LOS HECHOS. El pueblo colombiano tiene una experiencia dolorosa con las Farc. Es lo único que recuerda y reacciona en consonancia. Desconoce los documentos que sustentan su actuación y solo se tiene la idea de que son unos comunistas malvados. He presentado unos puntos básicos que nos permiten sacar conclusiones objetivas, sin apasionamientos. Partimos de la base que al no haber aceptado el pueblo colombiano el Acuerdo Final, mediante el voto, como lo pedía el negociador, el esfuerzo fracasó. Hay que explicar por qué. El negociador dice que no fue una negociación y tampoco lo explica porque afrontó el estilo soviético que la opinión pública desconoce. Esto da lugar a conjeturas. La mía es esta: Creo, respetuosamente, que los representantes del gobierno claudicaron pero no saben cómo. Porque debido a la naturaleza dialéctica y política de las Farc ellos son ideólogos marxistas equivocados, no negociadores al estilo Harvard. Y la confrontación ideológica soviética o comunista no reconoce las limitaciones de la realidad objetiva, ni de la política ni intereses del otro. Ese es su problema. Es lo que vemos. Ese el fracaso de cualquier negociación con el marxismo que no reconoce el ‘gana-gana’ por lo que trata de adaptar la realidad que no le gusta a una supuesta verdad dialéctica. Como hay que ‘producir resultados’ el negociador gubernamental se auto engaña considerando que no hubo concesiones porque lograron armar un discurso jurídico. Pero como el pueblo percibe de una manera más integral que incluye la cultura, sí lo considera un engaño porque esas decisiones no están dentro de sus parámetros culturales, ni jurídicos, por lo que se ha desarrollado la denuncia de la impunidad ya que a la opinión pública se le ha dado una parte de la verdad sobre la justicia restauradora y el concepto de víctima.

Finalmente, el escenario descrito parte de una premisa falsa difundida por los áulicos del régimen: “Nadie negocia para ir a la cárcel”; y es falsa porque le falta la otra cara de la moneda: “Se negocia para conservar la vida y vivir en dignidad responsable.” Para decirlo clarito: La sociedad colombiana les dio a los de las Farc la oportunidad de que no los bombardearan. Otro aspecto pragmático y obvio es que una sociedad imperfecta no acepta un régimen comunista peor para, como decía la vieja canción de “Sagüita al bate” ¿Vamos a salir de ‘Guatemala’ pa’ entrar en ‘Guatepeor’? La pregunta viene al caso porque los ejemplos vivos de Cuba, Venezuela, El Salvador, Nicaragua están a la vista; al igual que la experiencia histórica de la URSS, Alemania oriental, Vietnam del Norte, China. Los camaradas no supieron construir una URSS a punta de planificación central. Decían que habían expulsado las lacras del capitalismo porque tenían escondidas sus propias lacras. Esa fue la función de la Cortina de Hierro. (Lean por favor: “De viaje por los países socialistas – 90 días en La Cortina de Hierro” de Gabriel García Márquez, publicada en 1957, antes de la revolución cubana. Por eso esa obra es casi desconocida.)¿Pero por qué no investigan cómo un gran estadista comunista, Gorbachov, fracasó con la Perestroika, sin intentar acabar con el comunismo, sino sencillamente al creer que podrá depurarlo de todos sus males? Hoy Rusia es un estado mafioso. Y no queremos eso para Colombia.

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