La barca de Calderón

EL NON REFOULEMENT

En el acostumbrado desayuno dominical del Centro de Estudios Nacionales "Los Pájaros Dormidos", en Bogotá, se discutió el tema relacionado con la deportación de Colombia de dos jóvenes ciudadanos venezolanos a su país de origen, violando flagrantemente elementales normas del Derecho Internacional.

VIOLADO EL PRINCIPIO

Con la expulsión a Venezuela de los estudiantes opositores al régimen bolivariano, que se encontraban  en Colombia, el Gobierno del Presidente Santos terminó violando el Principio del Non Refoulement que impide devolver a un individuo a un territorio en el que su vida o su libertad corran peligro. Según el ex constituyente Álvaro Leyva Durán, esta norma está contemplada en el Derecho Internacional Consuetudinario y es de obligatorio cumplimiento para todos los Estados de la Comunidad Internacional.

ESTATUTO DE LOS REFUGIADOS

El artículo 33 de la Convención de Ginebra de 1951, donde aparece consignado el Estatuto de los Refugiados del 28 de octubre de 1933, en el que se recoge la prohibición de devolución de refugiados, dice a la letra:

“Ningún Estado contratante podrá por expulsión o devolución poner en modo alguno a un refugiado en las fronteras de territorios donde su vida o libertad peligre por causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social o de sus opiniones políticas”

HECHOS HISTORICOS

El ex ministro Leyva Duran recordó que gracias a sus oficios, el ex presidente Misael Pastrana evitó que sacaran del país al jesuita Roger Vekermans, quien se convirtió luego en el asesor de monseñor Aníbal Muñoz Duque. El clérigo suelto, perteneciente  a la escuela de Su Santidad el Papa Francisco, fue el mismo Vekermans, quien ayudó a contestar el conocido Catecismo Holandés.

OTROS CASOS

El Barquero se reunió con el estudioso Tito Livio Caldas, quien trajo a la memoria los hechos relacionados con el estudiante de República Dominicana, Manuel Lorenzo y Carrasco, a quien defendió con todo vigor el ex presidente Eduardo Santos desde las páginas editoriales de El Tiempo, cuando  ordenaron devolver a su país de origen al estudiante dominicano para ser entregado al dictador Rafael Leonidas Trujillo, hecho que desafortunadamente  ahora ignora el presidente Juan Manuel Santos.

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