La batalla del siglo según semana

“El mundo se divide en tres categorías de personas: un número muy reducido que hace que los acontecimientos ocurran; un grupo más algo numeroso que vigila y asiste a su cumplimiento y, finalmente, una amplia mayoría que nunca sabrá qué ha pasado realmente.”

NICHOLAS MURRAY BUTLER

Rector de Columbia University, presidente de Carnegie Endowment for International Peace, miembro fundador y presidente de Pilgrims Society y miembro del Council on Foreign Relations (CFR) además del British Israel. Premio Nobel de Paz, 1931.

Sorprendido me quedé con la lógica de Rudof Hommes cuando dice: “Llama la atención que la derecha ha dejado de meterle susto a la gente con las Farc, y ahora tienen a la clase media petrificada con la posibilidad de que Petro llegue a la presidencia en 2018.” (Petrificados, El Tiempo, Feb. 25/18)

El Profesor Hommes trata a la opinión pública como si fuéramos niños a los que se nos manipularía con terrores infundados para controlar nuestra conducta, como cuando nos metían miedo con un inexistente coco. Por el contrario, el miedo a Petro y las Farc no se basa en temores irracionales, sino en conductas reales sufridas por mucho tiempo. ¿O qué le dicen a Hommes las miles de historias de venezolanos que han llegado a Colombia huyendo del comunismo? Por lo que se me ocurre pensar que Hommes quiere pertenecer a ese reducido número de personas que sueña con que ciertos acontecimientos ocurran en contra de lo que dicen los hechos.

Hay otro grupo de personas de las que se olvidó el Doctor Murray y Hommes desconoce; el que, con fundamentos, desconfía de los medios, y ciertos políticos como el ex rector de la Universidad de Los Andes. Déjenme decir entonces que el título de Semana (“La batalla del siglo” – edición 1869) es un excelente ejemplo de lo que Freud llama ‘lapsus linguae’ en el que la persona sufre un conflicto interno, ya que manifiesta algo de lo que no está seguro ni convencido, sino que está interesado en decir, al igual que Hommes. Sin embargo lo reprimido no tiene porqué ser verdad, sino que puede ser mentira. Semana dice que el posible llamado a indagatoria de Uribe sería “La batalla del siglo” cuando hasta ahora se trata de algo muy diferente. ¿Qué clase de hipotética batalla podría ser esa? ¿No es eso meter susto de parte de una revista que no es precisamente de derecha? ¿Por qué un procedimiento judicial se eleva al rango de batalla? ¿Qué es lo que está en juego además del buen nombre de Uribe? Lo que está en juego es el posible enjuiciamiento de muchos de nosotros, si en Colombia llegara a instalarse un régimen comunista. Pero dejemos que sea Franz Kafka en su novela ‘El Proceso’ quien describa el comienzo de esa horrible posibilidad que ya vemos en Venezuela:

“(…) no hay duda que detrás de todas las actuaciones de esta corte, y en el caso de mi arresto y la diligencia actual, se esconde una gran organización. Una organización que no sólo se ocupa de tener guardianes sobornables y necios inspectores y jueces de instrucción, que en el mejor de los casos son discretos, sino que además sostiene jueces de alto rango con un incontable e indispensable séquito de servidores, escribientes, gendarmes y otros ayudantes; quizá incluso verdugos, la palabra no me intimida ¿Y cuál es el sentido de esta organización, señores míos? Consiste en arrestar personas inocentes, iniciando en su contra procesos insensatos e infructuosos, como en mi caso ¿Cómo podría toda esta insensatez evitar la peor de las corrupciones burocráticas?”

Es clara la perspectiva de Kafka: denunciar cierto autoritarismo disfrazado de democracia. Para ello algunos expertos tratan de enredarnos el cerebro con sutilezas legales para de cualquier parte extraer, donde antes no había nada, una gran culpa inexistente. Por ese motivo desde el instante en que algunos tribunales inician un proceso en contra de contradictores políticos, ya hay una suposición de su culpabilidad, y esto implica una imposible restitución de la condición que se tiene antes de ser acusado. De ahí que el cinismo judicial colombiano haya acuñado la expresión que debería avergonzarnos: “un proceso judicial no se le niega a nadie.”

Pero lo interesante no es que la ficción se adelante a la realidad sino averiguar, como lo afirmaba el Doctor Murray, quiénes podrían ser, en el caso de la realidad política colombiana, ese “número muy reducido (de personas) que hace que los acontecimientos ocurran” y por qué.

Pues llama la atención que un caso engavetado reviva en época preelectoral para perjudicar a Uribe. Y al examinar la motivación subyacente, como cortina de humo algunos la atribuyan a un odio personal contra Uribe la razón fundamental de esa decisión. Puede que sea cierta por parte de los camaradas de las Farc arrinconados en la selva, que huyeron del país y que ahora se ufanan con supuestas razones legítimas para gobernarnos; pero estamos viendo que esas razones se están usando para ponerlas al servicio de un régimen que no sabe justificar ante la comunidad internacional el crecimiento del narcotráfico. ¿Por qué lo digo?

Busque en internet “EL Grasso abrazo” y verá usted una foto de Raúl Reyes con el presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York, Richard Grasso, quien vino a buscar la plata de las Farc para que invirtieran en Wall Street. Sorpréndase cuando lea: “ONU denuncia que el dinero de la droga salvó a varios bancos de la crisis” y muchas otras noticias de la relación mafia – sistema financiero. Es decir, sacar a Uribe como contradictor del narcotráfico nacional e internacional es prioridad para los involucrados en el negocio.

Pero si usted es de los que no traga entero, empezará a atar cabos. Para ello le recomendaría que lea mis artículos: “Lo que Santos no querría que leyeras” publicado en DEBATE el 10 de enero de 2017; y “La entrevista del Coronel Mejía, los secretos de Fidel y el verdadero juego” del 01/06/ 2015.

Sin el escenario anterior usted no comprenderá por qué Semana llama “La batalla del siglo” a un sencillo procedimiento judicial. Ni tampoco por qué los columnistas de la edición 1869 no publican ni hacen referencia a los pronunciamientos jurídicos que se han dado en contra de los falsos testigos contra Uribe, su hermano Santiago y otros. La desinformación, que de eso se trata en este caso, cuando se exagera u oculta un tema, es la manipulación informativa o mediática cuya acción y efecto es procurar un rechazo en la opinión pública contra Uribe, evitando la circulación o divulgación del conocimiento de datos, argumentos, noticias o información que no sea favorable a sus propósitos. ¿Cuáles son estos? Defender todo el entramado de intereses que estarían detrás del advenimiento a la presidencia de un candidato de izquierda.

¿Cuáles serían los posibles intereses de la izquierda internacional y doméstica en una presidencia colombiana en el 2018 o 2022 que sería lo que impediría el candidato del Centro Democrático y un movimiento de toma de conciencia sobre el peligro inminente?

1. Favorecer al gobierno comunista de Venezuela convirtiéndose en un apoyo ideológico y fáctico.
2. Al favorecer a Venezuela salvaguardar indirectamente los intereses de Rusia y China en ese país porque Venezuela no tiene con qué pagarles.
3. Comprar con mermelada o burocracia el apoyo de miles de empleados. Los camaradas tendrían chanfa de por vida.
4. Salvaguardar los intereses financieros de cierta élite colombiana que protege a la izquierda bajo la condición de apoyar a un aparentemente irremediable régimen de izquierda como ocurrió en Venezuela. Sin embargo, los empresarios y dueños de medios colombianos deben aprender que de nada les sirvió a los venezolanos apoyar a Chávez.
5. Pero los más avezados no son bobos; si sube alguien de izquierda, ya tienen preparada su ruta de escape de capitales que le aprendieron a sus congéneres venezolanos. De un día para otro empezarán a verse transferencias que no se podrán trazar; los expertos para estas operaciones saldrán a ofrecer sus servicios, ganándose un buen porcentaje.
6. Con la estupidez de Petro de gravar las tierras del campo, el pánico ya se siente en las regiones de la costa. Y volverá a organizarse la resistencia contra el despojo, esta vez por parte del estado, lo que traerá una grave confrontación. Eso es lo que quieren los comunistas ‘para acelerar las contradicciones del sistema’ y aprovecharlas para su cháchara de cooptación.
7. Los jóvenes incrédulos de ahora jamás se han preguntado el porqué de tantos colombianos en el exterior. La migración la produjo ‘la industria del secuestro’ (como la llamó Alfonso López Michelsen 1974-1978, actividades en las que persiste el ELN) y la permanente amenaza del socialismo. Ahí fue cuando nuestros ricos aprendieron a sacar su fortuna del país. Por eso les importa un pito lo que aquí pase.
8. Con todo lo anterior, subvertir la influencia geopolítica de EE UU en la región.
9. Convertir a Colombia en un apoyo del régimen cubano parásito de Venezuela, que se convertiría en la sanguijuela de nuestra patria debido a nuestras riquezas. Con el problema de la salud en Colombia, los brigadistas médicos cubanos serían los primeros a los que les daría la bienvenida ese gobierno, pues vender médicos es un buen negocio para Cuba.
10. Asegurar y multiplicar el crecimiento político de la Farc para instaurar inicialmente una ‘dictadura democrática’ estilo PRI.
11. Asegurar un régimen proclive a ciertos intereses de los que participan las Farc.
12. ¿Se contaminarían las FF.AA y el estado colombiano de la corrupción y el saqueo venezolano?
13. ¿Qué pasaría con el éxodo de venezolanos hacia nuestra patria y el de profesionales colombianos de clase media hacia otras tierras como ocurrió en Venezuela?
14. Quienes piensan que esto no podría pasar aquí, que hablen con los norteamericanos que jamás se imaginaron que tendrían un presidente como Trump. Y que lean en Semana HABLA LOPEZ MICHELSEN publicado el 4/11/ 1983 para que vean que la misma situación catastrófica de ese entonces se está viviendo ahora.

SEMANA y la Farc saben que con Uribe y el Centro Democrático de por medio, ese propósito de cierta izquierda mafiosa, (pues existen excelentes ciudadanos de izquierda tan equivocados como en la derecha), sería muy difícil de realizar. Sin embargo, el Secretariado Secreto de las Farc denunciado por el Coronel Hernán Mejía Gutiérrez encriptado en instituciones colombianas y altos niveles de decisión están haciendo difícil la labor de contención del comunismo con sus tramoyas judiciales, sin la claridad que se requiere para rechaza el comunismo. Pero antes de llegar a ese temido desenlace debemos prepararnos para entender la puesta en escena de una supuesta batalla jurídica en la que los jurados serían la opinión pública.

Desde las primeras palabras del documento presentado por las CSJ, la percepción que SEMANA presentó es la de un bumerán que se devuelve contra Uribe; de esa forma usted esperaría que cada movimiento de la trama funcione en anticipación del final de la historia que quieren las Farc y sus simpatizantes. Pero no se deje engañar. Como cuestión del negocio político antiuribista, Semana induce a la opinión pública a esperar el frenteo, por parte de Uribe, de un supuesto e inminente proceso penal para vender las portadas de las próximas ediciones. A ciertos espectadores de izquierda se les enseña a esperar un final e incluso a estructurar tramas trabajando hacia atrás desde el final, según sus expectativas. Es decir, los antiuribistas están esperando que cada una de sus historias termine antes de que los hechos reales del litigio comiencen. ¿Qué crea eso? Confrontación, expectativa, miedo, confusión que son el escenario predilecto de los camaradas para armar protestas por cualquier causa para alimentar una supuesta polarización.

Semana da por cierto lo que debe probarse. Sin embargo, la trama del posible litigio entre el Doctor Granados y la CSJ difiere estructuralmente de las historias contadas para el público. Así que usted está en lo cierto cuando sospecha que inducirnos a aceptar una sinrazón de parte de una corte cuya probidad está en duda, busca crear un distractor que le reste votos a la derecha que se opone a la triste versión de un comunismo tropical.

Por todo lo anterior creo que esta estratagema de última hora por parte de los que no quieren que este país vuelva por sus cauces normales, no va a servir para distraer a los colombianos de bien alrededor de los excelentes propósitos uribistas del Centro Democrático para bien del país.

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