La carta de 25 exmandatarios

Las cumbres del bla bla bla

Con mucha alharaca y aspavientos se reunió la VII Cumbre de las Américas en Panamá. Asistieron casi todos los primeros mandatarios del continente. Y como ha sucedido históricamente todo se volvió bla bla bla de personajes y medios. Como las decisiones se adoptan por consenso, el proyecto de acuerdo que había sido preparado anticipadamente desapareció gracias al torpedo venezolano que solicitaba entre otras cosas, que los Estados Unidos levantaran las sanciones a siete funcionarios del Gobierno venezolano por violadores de derechos humanos y narcotraficantes y que pidieran excusas por haber intervenido para derrocar a Noriega, un dictador y narcotraficante (como son los actuales dirigentes venezolanos) las que deberían quedar registradas en la  declaración final, lo cual obviamente no prosperó. Los países latinoamericanos hacen genuflexiones a Venezuela, pero no llegan a tanto.

América tiene muchas cosas importantes sobre las cuales se debe llegar a soluciones conjuntas, como la educación, la interconexión eléctrica y de transportes, la salud y muchas más. De todas ellas se ha tratado en las cumbres anteriores que se iniciaron en 1994 por iniciativa de Clinton que propuso la creación de una Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que fracasó en las cumbres siguientes porque Chávez se opuso y, en cambio, impulsó la creación de Alba y Unasur. Me acuerdo de un personaje que vivía en un barrio de gente decente pero resolvió irse a un tugurio porque allá tenía un amigo que le pegaba a la señora.

Los documentos finales, cuando se hacían, estaban llenos de lugares comunes y ninguna decisión práctica, a pesar de lo cual la OEA implementó un Grupo de Revisión de la Implementación de Cumbres (GRIC), un órgano de Seguimiento e Implementación (Sisca) y un Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres (GTCC) los que hacen lo que las cumbres: nada.

Lean ustedes las declaraciones del presidente Varela de Panamá, las de Ban Ki-moon, las del Papa y los editoriales de los medios del continente, y encontrarán la mejor colección de lugares comunes sobre política, la paz, el diálogo etc., pero de avances prácticos absolutamente nada. Bla bla bla.

En la Cumbre actual, lo que se destacó fue la “reconciliación” entre Estados Unidos y Cuba, la cual por cierto se cumplió en diciembre pasado, pero los mandatarios concurrentes querían ver el saludo de Obama y Castro. Este aprovechó para echarles una rociada a los gringos. Lo que avanza es lo que se pactó en diciembre y que seguirá su marcha quién sabe por cuánto tiempo.

Hay que destacar la carta de los 25 exmandatarios, encabezados por Andrés Pastrana, que pidieron elecciones democráticas en Venezuela y la libertad de los presos políticos. Pero como eso no tiene apoyo de los gobiernos cómplices latinoamericanos, no tiene futuro. Gracias a que había otros países fuera de los de Unasur, no resultó un apoyo masivo a Maduro y sus secuaces. En cambio, de manera paralela, las valientes señoras de López y Ledezma demostraron, una vez más, que hay presos políticos en Venezuela.

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